A las seis de la mañana hora local abrieron los colegios electorales en Burkina Faso, en unas elecciones marcadas por el miedo al terrorismo yihadista, que ha dejado más de 2.000 víctimas este año. La violencia terrorista dejará sin poder votar a alrededor del 7 % del electorado. Estas son las segundas elecciones democráticas en el país tras el levantamiento popular que sacó del poder en 2014 a Blaise Compaoré tras 27 años en el poder.
Alrededor de 6.5 millones de personas están llamados a las urnas en Burkina Faso. Sin embargo, la violencia yihadista dejará a alrededor de 400.000 personas sin poder ejercer su derecho al voto. Según la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI), organizadora de la votación, en 15 de las 351 comunas del país no se pueden celebrar las elecciones.
«Son las comunas que están en el epicentro de la crisis las que no van a celebrar las elecciones. La mayoría de las aldeas han sido abandonadas. Es inútil ir a un lugar donde no hay nadie», declaró el presidente de la CENI, Newton Ahmed Barry. Fuentes de EFE aseguran que se desplegaron 48.000 efectivos para asegurar la seguridad durante el proceso electoral. Por el momento, según informa Reuters, la jornada se está desarrollando sin incidencias.
Escalada de ataques terroristas
Hace solo una semana el grupo Estado Islámico reivindicó un ataque contra un convoy militar que dejó 14 fallecidos, según fuentes oficiales. Días antes, otros siete militares fueron asesinados por supuestos grupos yihadistas. En estos últimos años, la violencia ha crecido de forma exponencial en este país debido al fortalecimiento de grupos ligados a Al Qaeda y al autodenominado Estado Islámico.
La violencia en Burkina Faso ha acabado con la vida de más de 2.000 personas este año y ha reavivado conflictos étnicos, en una escalada de violencia que se dispersa por toda la zona del Sahel. El país fue atacado por primera vez en 2015, tras la caída de Compaoré, cuyo gobierno tenía un pacto con los yihadistas. En contraste, en 2019, la violencia yihadista provocó el aumento a un 10 % en el número de desplazados, según el Consejo Noruego para los Refugiados.
“La crisis de desplazamiento y protección en Burkina Faso se ha convertido en la de más rápido crecimiento a nivel global, superando el millón de personas desplazadas -más de una por cada 20 habitantes- debido a la creciente violencia dentro del país” afirma en un comunicado del pasado mes de octubre la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
13 candidatos a la reelección
En estas elecciones, 12 hombres y una mujer se postulan para dirigir el país. El principal candidato es el actual presidente, Roch Kabore, que busca un segundo mandato de cinco años con la principal promesa de un sistema sanitario gratuito. Su gestión en estos últimos años se ha visto deteriorada por la creciente inseguridad, sin embargo, la fragmentación de la oposición juega en favor de sus posibilidades.
Por su parte, los candidatos de la oposición han firmado un acuerdo para unir fuerzas contra Kabore en caso de haber una segunda vuelta. El principal candidato de la oposición es Zephirin Diabré, líder de la Unión por el Progreso y el Cambio (UPC), que se presentó por primera vez en 2015 y alcanzó la segunda posición en las elecciones con un 29,6 % de los votos. Su candidatura, sin embargo, se ve mermada en esta ocasión por una oleada de renuncias recientes en su partido.
Seguridad, principal preocupación de los electores
«Necesitamos a alguien que traiga la paz a nuestro país. El presidente necesita un segundo mandato para poner fin a lo que ha empezado», dijo a Reuters Maimouna Tapsoba, de 59 años, después de votar en la capital Uagadugú. Sin lugar a dudas, la preocupación por la seguridad en el país ha sido el tema principal sobre el que ha girado la campaña electoral.
En torno a esta discusión, las posturas del presidente saliente y la oposición son completamente opuestas. La oposición aboga por dialogar con los terroristas para intentar conseguir resultados diferentes de los conseguidos hasta la fecha. «El fusil por sí solo no puede luchar contra el terrorismo. Se necesitan otras estrategias. Y estamos listos para negociar con quienes nos atacan», ha prometido Zephirin Diabré.
El presidente saliente, Blaise Compaoré, se niega rotundamente a esta posibilidad. En campaña ha atacado duramente a la oposición y ha declarado que «no negociaremos con quienes planean desmantelar Burkina Faso y socavar nuestra convivencia» y que “tenemos integridad y por nuestro país estamos dispuestos a morir».
Otro de los temas candentes de las elecciones ha sido la posible vuelta al país del expresidente Compaoré, refugiado actualmente en Costa de Marfil tras ser depuesto en 2014 en un golpe de Estado después de una revolución ciudadana en su contra. Tras 27 años en el poder, ahora se encuentra envuelto en una investigación por el asesinato del expresidente Thomas Sankara, a quien sustituyó en el poder.
Con Reuters, EFE y AP.