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20 de Enero, a las 21:30 h. se emitirá por el canal de televisión catalana TV3

Emisión del documental «Muro de Arena»

Fuentes: Rebelión

Un muro de arena de 2.700 Km de longitud, construido por el ejército marroquí y flanqueado por campos de minas, atraviesa el desierto del Sahara y divide al Pueblo Saharaui en dos mitades. Mustafá el-Halem, de 73 años, ha sobrevolado hoy por primera vez, en un vuelo humanitario de las Naciones Unidas. Lo han llevado […]

Un muro de arena de 2.700 Km de longitud, construido por el ejército marroquí y flanqueado por campos de minas, atraviesa el desierto del Sahara y divide al Pueblo Saharaui en dos mitades.
Mustafá el-Halem, de 73 años, ha sobrevolado hoy por primera vez, en un vuelo humanitario de las Naciones Unidas. Lo han llevado desde El Aaiún, la capital del Sahara ocupado por Marruecos, hasta los campamentos de refugiados de Tinduf, en el desierto de Argelia, donde vive su hermano Mohamed. Es la primera vez en 32 años que los dos hermanos se ven. La guerra los separó y ahora sólo podrán estar juntos durante un par de días.

En la jaima habilitada para la fiesta del reencuentro, Mohamed reconoce emocionado: «En esta vida, sólo me faltaba volver a ver a mi hermano, a quien admiro, pero no podremos vivir juntos hasta que consigamos la independencia. Antes no podrá ser».
El drama de los hermanos El-Halem es el mismo que vive la mayor aparte de las familias saharauis. Después de la Marcha verde, organizada por el rey Hassan II en 1975, las arenas del desierto de la antigua colonia española del Sahara Occidental fueron el escenario de una larga guerra de 16 años, entre el ejército marroquí y los guerrilleros del Frente POLISARIO.

La firma de un alto el fuego en 1991 debía dar paso a un referéndum de autodeterminación, supervisado por las Naciones Unidas, en el que el pueblo Saharaui decidiera su futuro. Pero, hoy, 16 años después, el conflicto no tiene visos de solución, a pesar de las rondas de negociaciones que mantienen desde hace un año representantes marroquíes y saharauis en la localidad de Manhasset, en Estados unidos, y que se retomaron el 7 de enero.

Hudda tiene 14 años y, como muchos jóvenes saharauis, nació en los campamentos de refugiados. En pocos días dejará a sus padres durante unos meses para pasar el verano con una familia de acogida en Catalunya. El día antes de su partida, su padre, que combatió con el POLISARIO, ha querido llevarla a visitar un lugar muy especial. Un museo donde se conservan muchas armas utilizadas durante la guerra. Ante un Kalasnicov como el que el mismo utilizó, explica: «Para mí y mis hijos no hay nada más que esto: o independencia o tendremos que volver a disparar otra vez».

Aminettu Haidar, de 38 años, nunca ha visitado los campamentos de refugiados, donde viven algunos de sus familiares. Ella se quedó en El Aaiún, la capital de la zona, bajo ocupación marroquí, el denominado Sahara útil, rico en fosfatos y pesca. Su trabajo como defensora de los derechos humanos la ha llevado unos cuantos años a la «Cárcel Negra», y en su cuerpo quedan las secuelas de las torturas a las que fue sometida.

Historias humanas, a un lado y otro del muro, que ponen cara y ojos a este conflicto casi olvidado en las arenas del desierto, y que ya es uno de los más largos de la historia contemporánea.