En camino al Día de África, así hemos titulado los cubanos una jornada de celebraciones, en tiempos de la Covid-19, por el 25 de Mayo, Día de este continente, del que los grandes emporios de la información solo hablan cuando tratan de exacerbar conflictos, y reportan sobre catástrofes, enfermedades y pobreza.
Resaltar sus grandes virtudes, sus hermosas tradiciones y sus costumbres, obviadas cotidianamente, es el propósito de la iniciativa, que tiene desde ya como escenario principal las redes sociales y los medios de comunicación alternativos.
Cuba, enraizada con África, es protagonista de la jornada por el venidero 25 de Mayo, a la que de seguro se le sumarán otras naciones caribeñas y del mundo.
A los habitantes de la mayor de las Antillas los unen a esta región lazos sanguíneos, culturales y religiosos, además de una inmensa amistad y solidaridad forjadas en las luchas por la independencia de los pueblos africanos en las últimas décadas de la pasada centuria.
Desde entonces, Cuba y este continente se han hermanado cada vez más, comparten lo que tienen a través de la colaboración desinteresada, y miran hacia al futuro con optimismo, pese a carencias y los graves problemas que enfrenta hoy la humanidad, como la pandemia Covid-19.
Aunque algunos pretendan borrar la historia con marcada intención, jamás lo podrán hacer porque miles de cubanos combatieron y derramaron su sangre aquí junto a los africanos, y miles de jóvenes de acá se han formado como profesionales y aún otros estudian en la isla caribeña con similar propósito.
Además, actualmente miles de colaboradores cubanos de la salud y de otras esferas ayudan a sus hermanos de esta otra parte del Atlántico, haciendo realidad el legado internacionalista y solidario dejado por dos reconocidos padres de África, el Comandante en Jefe, Fidel Castro, y el líder histórico antiapartheid sudafricano Nelson Mandela.
Que nadie tenga duda que en estas tierras y en la de Cuba hay sembradas semillas de sus respectivos pueblos, que han germinado y germinarán siempre convirtiéndose en árboles frondosos e inquebrantables de amistad.
Ni siquiera la Covid-19 podrá impedir que celebremos juntos, aunque alejados por la geografía y esa pandemia mortal, el venidero 25 de Mayo. Lo haremos desde la distancia, pero con la fraternidad y el mismo cariño que nos ha unido para la eternidad.
Rubén G. Abelenda. Embajador de Cuba en Gambia