La peor tragedia dentro de un centro escolar en la historia de Estados Unidos, como ha sido caracterizado lo ocurrido hoy en la Universidad Virginia Tech, dejó 33 personas muertas, pero en este país fallecen aproximadamente 30 mil al año por heridas causadas por armas de fuego, un promedio de 81 personas cada día. El […]
La peor tragedia dentro de un centro escolar en la historia de Estados Unidos, como ha sido caracterizado lo ocurrido hoy en la Universidad Virginia Tech, dejó 33 personas muertas, pero en este país fallecen aproximadamente 30 mil al año por heridas causadas por armas de fuego, un promedio de 81 personas cada día.
El tiroteo del lunes en la Universidad Virginia Tech sucedió a sólo cuatro días del octavo aniversario de la tragedia de la preparatoria de Columbine, en Colorado, la cual provocó el mismo debate que resucita hoy la sangre derramada en Virginia: qué hacer con un país con la mayor tasa (y por mucho) de mortalidad por balas en el mundo industrializado.
En un país que desde el 11-S ha sido gobernado por una obsesión con la seguridad, lo cual ha justificado una guerra en la que casi todos los días se reportan tragedias de la misma o mayor magnitud de lo ocurrido hoy en Virginia, resulta que la mayor amenaza a la seguridad nacional son millones de armas que circulan libremente.
A pesar de los miles de millones de dólares del presupuesto para el Departamento de Seguridad Interna, y los códigos de color para alertas de amenazas a la seguridad nacional, hay muy poca regulación y es muy limitado, a veces nulo, el control de las aproximadamente 200 millones de armas de fuego en manos privadas en este país, suficientes para armar a cada hombre y mujer en este país.
Según cifras oficiales del federal Centro de Control de Enfermedades, en los pasados cinco años (las cifras más recientes son de 2004), más de 148 mil personas han muerto por una arma de fuego en Estados Unidos, de éstos, 14 mil 500 son menores de edad. En un año murieron 29 mil 569 personas a causa de armas de fuego, un promedio de 81 personas por día o una persona asesinada cada 18 minutos, reporta la organización Brady Campaign to Prevent Gun Violence, con cálculos hechos con información oficial.
De acuerdo con el Brady Campaign, se calcula que 39 por ciento de los hogares en Estados Unidos tiene una arma de fuego. Se registran ventas de entre 3 a 4 millones de armas de fuego al año, y se calcula que entre uno y tres millones adicionales se intercambian en mercados secundarios.
Estadística mortal
En el caso de los menores de edad (hasta 19 años de edad, lo que incluye a muchos estudiantes universitarios como los acribillados hoy), las armas han matado en promedio a uno cada tres horas, según las cifras más recientes. Casi 3 mil niños y adolescentes murieron a causa de armas de fuego en un año -o sea, ocho al día en promedio. Según estas estadísticas, la tasa de muerte por balas entre menores de 15 años era casi 12 veces más alta que el total de los otros 25 países industrializados combinados.
Los heridos por bala sumaron 69 mil 825 en 2005; más de 191 al día.
Una investigación de los costos económicos directos e indirectos de la violencia con armas de fuego en Estados Unidos se calculó en 100 mil millones al año, informó el Brady Campaign.
Pero el incidente de Columbine, y varios más que se han registrado desde entonces, incluyendo recientemente la muerte de cinco niñas en la escuela rural de Amish, no han resultado en un mayor control de armas. De hecho, organizaciones que se dedican a promover leyes de control informan que la mayoría de los estados no requiere que los dueños de armas tengan licencia o que sean registradas y miles de armas son compradas en ferias sin verificación del historial criminal del comprador, mientras que los bancos de datos sobre criminales no son actualizados, permitiendo que delincuentes obtengan armas fácilmente.
Peor aun, la agrupación New Yorkers Against Gun Violence recordó que «desde la tragedia de Columbine, es ahora más fácil obtener armas», y detalla cómo gobiernos estatales han promulgado leyes que minan esfuerzos para controlar las armas. Además, acusa que el Departamento de Justicia ha promovido medidas que hacen más difícil detectar quién está comprando armas, mientras que el Congreso ha promulgado medidas que en los hechos facilitan el tráfico ilegal.
La falta de un control de armas de fuego ha sido un triunfo de poderosas agrupaciones de cabildeo, en particular la Asociación Nacional del Rifle (NRA), que ha convertido el derecho a portar armas en una misión sagrada y patriótica.
«Hace ocho años, los jóvenes en Littleton, Colorado, sufrieron un horrible ataque en la preparatoria Columbine, y hace 6 meses, cinco jóvenes fueron asesinadas en una escuela Amish en Pennsylvania. Desde esas matanzas, no hemos hecho nada como país para poner un fin a la violencia con armas en nuestras escuelas y comunidades. Si algo, hemos hecho más fácil es el acceso a poderosas armas», declaró hoy Paul Helmke, presidente del Brady Campaign, la organización nacional de mayor presencia en el esfuerzo de prevención de violencia armada en este país.
Roger Hayes, presidente de la junta directiva de New Yorkers Against Gun Violence, declaró hoy que «el Congreso acaba de pedir un minuto de silencio… lo cual es apropiado para una tragedia tan devastadora… Pero también queremos un momento de ruido. Queremos que el Congreso se enfoque en el asunto de las armas y el hecho de que nuestro país tiene una tasa de homicidios tan alta comparado a otros países industrializados. Deseamos que tomen acción para promover leyes y dejen de temer a los cabilderos de las armas».
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