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A propósito de Artur Mas, ¿dónde está mi dinero? y la aléfica corrupción en la sanidad catalana

En el corazón de las tinieblas de la sanidad catalana

Fuentes: Rebelión

El 23 de abril de 2013, día de Sant Jordi, se publicó en catalán el libro Artur Mas: ¿dónde está mi dinero? Cerca de un millar de ciudadanos y ciudadanas y de organizaciones sociales financiaron su edición a través de la plataforma Verkami. Vale la pena, absolutamente recomendable para acercarse al corazón de las tinieblas […]

El 23 de abril de 2013, día de Sant Jordi, se publicó en catalán el libro Artur Mas: ¿dónde está mi dinero? Cerca de un millar de ciudadanos y ciudadanas y de organizaciones sociales financiaron su edición a través de la plataforma Verkami. Vale la pena, absolutamente recomendable para acercarse al corazón de las tinieblas de la sanidad catalana, al non olet crematístico y a la cosmovisión antirrepublicana, (ultra)neoliberal y desalmada de sus directivos socioconvergentes. Lo peor de cada casa. Si quieren adquirir el ensayo pueden escribir a [email protected] Absolutamente recomendable.

El libro, prologado por Teresa Forcades y Àngels M. Castells (participan también el ex-fiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo y la ex-concejal Itziar González), destapa y analiza graves irregularidades en el sistema sanitario catalán. Sus protagonistas principales, digámoslo así, son cargos de CiU y del PSC. Sus autores Albano Dante Fachin y Marta Sibina, los dos incansables, imprescindibles y documentados activistas de la revista Caféambllet ]Café con leche].

A principios de mayo Noupaper Editores SL, empresa editora del volumen, pidió un presupuesto para anunciar el libro en los autobuses de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) [1]. Ese mismo día, Promedios, la empresa que gestiona en exclusiva (¿por qué en exclusiva?) la inserción publicitaria en los buses de Barcelona envió las tarifas y una propuesta concreta para la publicidad del libro. A finales de mayo, los primeros 3.000 ejemplares estaban casi agotados y se decidió imprimir una segunda edición del libro y preparar una campaña para informar más de su existencia. El 31 de mayo, Promedios, confirmó su disponibilidad para insertar la publicidad junto con el OK de TMB.

Para algunos viejos lectores, yo entre ellos, la cosa resulta un poco rara. ¡Para qué negarlo! ¿Referencias publicitarias sobre un libro en los autobuses de la ciudad? Demasiado postmoderno, un pelín relacionado con ese lema odioso de «Barcelona, la millor botiga del món». No es éste el punto de esta nota en todo caso.

Promedio envió las plantillas para crear el anuncio definitivo que iba a salir en los buses de las líneas elegidas, el H12 y la 17, la línea que nace en el centro de la ciudad y llega hasta los barrios de casitas altas, donde viven Millet, Messi y Urdangarin. Al día siguiente, el 12 de junio, poco antes de que los anuncios estuvieran listos, los autores recibieron un mensaje de voz de la comercial de Promedios: «Hola Albano, soy comercial de Promedios. Necesito hablar urgentemente contigo por el tema de la campaña. Dime algo cuanto antes mejor».

Lo siguiente lo cuenta Albano Dante Fachin en los siguientes términos [1]:

«Algo parecía haberse torcido. Enseguida llamó la comercial… La gerente -nos explicó la comercial- me ha dicho que claro, que no es exactamente un libro, es ‘como’ una revista … y que esto no se ajusta a las normas …-¿Qué? Esto es un libro, tiene 350 páginas, tiene un número de ISBN y está a la venta en decenas de librerías de Barcelona y Cataluña! -Pero… tienes algo para enviar por e-mail y que yo le pueda enviar a la gerente? Para decirle, mira, no es una revista, es un libro… ¿Tienes algo? -Hombre, ¡el anuncio habla de un libro, sale la portada de un libro! Te envío lo que quieras, pero ¡me parece que estamos hablando de censura directamente! -Yo que sé, no sé que decirte. Envíame algo -Te puedo enviar toda la información que quieras, pero me preocupa esta situación. ¿Son públicas estas normas que regulan qué se anuncia y qué no? -No lo sé, lo tengo que preguntar. Yo no las he visto. -La gerente dice que no nos podemos anunciar porque somos una revista. Esto quiere decir que si quisiera anunciar la revista no podría, pregunté. -No lo sé. -Bueno, en definitiva, me gustaría saber con exactitud en base a que no se permite la publicidad de nuestro libro. -Bueno, ya te pasaré con ella y que hable vosotros directamente. Yo le daré tu teléfono y ella te llamará».

Efectivamente: la llamada de la gerente de Promedios, doña Elena Ramos, nunca se produjo. La empresa les dirigió un correo adjuntando la «Normativa para la utilización de los soportes publicitario en los autobuses de Barcelona». La normativa tiene como objeto «clarificar y objetivar los criterios de admisión de las campañas de los anunciantes» y explica que «las campañas admitidas deben ser de alguno de estos dos tipos: 1: «Campañas publicitarias destinadas a informar a los ciudadanos de los productos y servicios de consumo ofrecidos por las empresas comerciales (En esta categoría entran la inmensa mayoría de las campañas vigentes)». 2. Publicidad institucional, campañas promovidas «por las administraciones y organismos públicos para informar de sus acciones y campañas realizadas por los partidos políticos para difundir sus actividades o pedir el voto en periodos electorales». Las campañas que no serían admitidas según la normativa: «Queda excluida explícitamente la publicidad de mensajes ideológicos o sobre creencias individuales, incluidas en campañas que buscan exclusivamente provocar el debate social y la repercusión mediática, promovidas por cualquier persona, grupo o entidad.»

El comentario de ADF parece razonable: «Después de leer el documento, aunque nos quedó menos claro por qué la publicidad de nuestro libro no era aceptada. ¿No es nuestro libro «un producto de consumo ofrecido a la ciudadanía por una empresa comercial»? Nuestro libro está editado por una empresa, NoupaperEditors SL, que está dada de alta como empresa editorial. El libro tiene un ISBN (978-84-86469-41-2), un depósito legal (B-9896 a 2013) y está disponible en decenas de librerías… Así pues, si estamos hablando de un libro editado por una editorial, ¿qué problema hay?»

Promedios y TMB sí han aceptado publicidad de libros en otras ocasiones. Dos ejemplos: en el último Sant Jordi los buses barceloneses publicitaron «La isla de las mil fuentes» de Sarah Lark y el último de Ildefonso Falcones, «La Reina descalza». ¿Será entonces que sólo se pueden anunciar los libros que Promedios y TMB consideran adecuados? ¿Será que no se pueden anunciar libros críticos, libros que busquen provocar debate social?

Los autores escribieron posteriormente a Promedios formulando una pregunta: «Me podría indicar exactamente qué norma incumple la publicidad de nuestro libro». Respuesta: «La normativa». Nueva pregunta: «¿El problema es el título del libro?» Respuesta: «No». Nueva pregunta: «¿El problema son los colores utilizados? ¿La tipografía?» Respuesta: No. Un ruego-observación: «Ruego por favor una explicación sobre el tema lo más rápido posible». Respuesta: «La Gerente de Promedios se pondrá en contacto contigo».

De eso nada como se indicó.

Ante el silencio de Promedios y como no entendían el motivo de veto en su publicidad, decidieron llamar directamente a TMB. Hablaron con el «responsable de publicidad y patrocinio»:

«-Buenos días, somos una empresa editorial, hemos editado un libro y la empresa que gestiona su publicidad en los autobuses no nos permite insertar la publicidad. Según ellos, incumplimos la normativa, pero hemos mirado la normativa y creemos que no la incumplimos. Como no nos responden, necesitamos que TMB nos aclare qué está pasando.

-No he hablado con ellos y no sé de qué va el libro, pero si este libro queda incluido dentro del grupo que la normativa entiende que puede «generar polémica» esto debe ser lo que les lleva a no aceptar la publicidad del libro

-Pero nosotros hemos visto que los buses de TMB hay publicidad de libros. ¿Esto quiere decir, entonces, que el permiso para anunciar un libro depende de la temática del libro?

-«¿Y ustedes tienen su número de CIF y toda la documentación en regla?, nos preguntó confuso.

-Si claro, somos una S.L. y el libro tiene un número de ISBN y está a la venta en decenas de librerías

-Será que Promedios interpreta que no se ajusta a su normativa»

No hace falta continuar.

En síntesis: Una campaña de publicidad de un libro que cuenta las irregularidades investigadas en varios juzgados de Cataluña sobre la sanidad catalana, ocurridas bajo los Gobiernos de CiU y del tripartito, es un «mensaje ideológico y político» que no puede ser publicitado en los exteriores de los autobuses de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB). Esta es la «explicación» con la que Promedios, la agencia que gestiona la publicidad en los vehículos, justificó el veto a la campaña y la respuesta que ofreció a las denuncias de censura [2].

Promedios ha asegurado que con Dante se siguió la «misma metodología» que con otros clientes. «No tenemos ningún problema con el libro, con el escritor, con la editorial. No nos posicionamos ni con el mensaje ni con personas en contra de este libro, queremos seguir la normativa y por el bien de la empresa no cometer el mismo error que ya nos costó una denuncia», ha apuntado la empresa en una nota (el Síndic de Greuges la denunció en 2010 por la publicidad de la visita del Papa). TMB por su parte asegura que la responsabilidad de cribar la publicidad es exclusiva la agencia.

¿Alguien se cree ese cuento? ¿Es necesario recordar que la presidencia de TMB está en manos de CiU?

¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Qué realidades es esconden en los sótanos de la sanidad catalana? Cosas como las siguientes:

Parece exagerado, parece imposible, parece una pesadilla en Wall Street en noches lluviosas de un otoño sin apenas hojas caídas… pero no es el caso: ¡es real como la vida misma! Una verdad en la que Agamenón y su porquero podrían coincidir [3].

Caso Manté: dos de los máximos dirigentes de la sanidad catalana en las últimas dos décadas, Josep Prat y Carles Manté, fueron detenidos el pasado 27 de febrero. ¿Por qué? Por el pago de la empresa municipal de Reus -Innova, dirigida por Prat- de 720.000 euros a Manté por trabajos que, según el propio Ayuntamiento, no existen. Prat dirigió el CatSalut entre 1998 y 2003; Manté entre 2003 y 2007. Unidos de la mano se les vio por el jardín.

Caso Bagó: Don Ramon Bagó, de CiU, ex alcalde de Calella, es dueño del grupo Serhs. Cuentan con varias empresas dedicadas a la restauración. La Oficina Antifraude de Cataluña ha remitido a la fiscalía un informe: Bagó utilizó sus cargos en la sanidad pública para ayudar a sus empresas a conseguir contratos en hospitales públicos.

Caso Sant Pau: una denuncia del comité de empresa ha dado origen a una macroinvestigación judicial que mantiene imputados… ¡a prácticamente todos los directivos del hospital en los últimos 15 años! El juez investiga pagos ilegales a altos cargos, sobrecostes en obras y adjudicaciones irregulares. Los beneficiados son gestores próximos (tan próximos que se queman) a CiU y PSC.

Caso Crespo. Xavier Crespo, el diputado de CiU en el Parlamento catalán obtuvo más de 200.000 euros de forma irregular de una empresa filial de dos hospitales públicos, a los que causó unas pérdidas de 2,4 millones. El caso está siendo investigado por la Sindicatura de Cuentas y el Tribunal de Cuentas. Fue ocultado por la primera de estas instituciones y por el departamento de Salud de la Generalitat.

Caso Innova. Además de los pagos investigados en el caso Manté, los 720 mil euros citados, un juzgado de Reus investiga cobros irregulares y la gestión de Josep Prat al frente de Innova (la empresa municipal del Ayuntamiento de Reus que gestiona dos hospitales y decenas de centros sanitarios en la provincia de Tarragona). Prat también está imputado.

Y hay más, uno muy importante:

Josep Maria Padrosa es el número 2 del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya. Director del Servicio Catalán de la Salud (el CatSalut, el organismo público con el que la Generalitat financia a hospitales y servicios sanitarios) es a la vez apoderado de 6 -¡seis!- empresas privadas que en 2012 facturaron al propio CatSalut más de 14 millones de euros. Podrían vulnerarse dos leyes catalanas sobre incompatibilidades [4] y se cuestiona además los duros recortes aplicados por el CatSalut desde la llegada al cargo de Padrosa: «las medidas de ahorro, que han llegado al 20% en algunos hospitales desde 2011, no han superado el 9% en las empresas de Padrosa, que ya trabajaban anteriormente para el Gobierno catalán.» ¡Cómo han leído!

Recordemos que el president Mas eligió como consejero de Salud al presidente de la patronal privada, el atila Boi Ruiz, quien se llevó con él al departamento a la cúpula de la Unión Catalana de Hospitales. Padrosa ocupaba un cargo en la Unión como director de Corporación Fisiogestión, holding de empresas dedicado a la fisioterapia, rehabilitación y logopedia. Era director general del holding y apoderado de 16 de sus empresas, que tienen a las Administraciones públicas como principal y casi único cliente. En 2010, el último año que Padrosa dirigió Corporación Fisiogestión, seis de sus empresas facturaron al Cat Salut 15,74 millones. La cantidad supuso la práctica totalidad de la cifra de negocios de esas empresas.

2011 resultó duro para las empresas del grupo, al igual que para toda la sanidad catalana. La facturación de las seis empresas al CatSalut cayó hasta los 14,31 millones. El recorte para el conjunto de la sanidad fue ese año del 10%. Más llamativo fue lo ocurrido en 2012. Mientras los recortes siguieron en el conjunto del sistema, las empresas de Padrosa apenas notaron las tijeras y redujeron su facturación al CatSalut en solo 20.000 euros hasta los 14,29 millones (un 0,1% menos). Padrosa dejó la dirección general del grupo tras su nombramiento pero los poderes en sus empresas no le fueron revocados. «Nuestra práctica administrativa es la de no derogar los poderes, porque los custodiamos nosotros y podemos asegurar que Padrosa no los ha utilizado».

Andrés García, miembro de la Plataforma de Afectados por los Recortes Sanitarios (Pars) considera que «este es un nuevo caso de perversión del servicio público por personas con evidentes intereses en el sector privado». Ha sido una constante desde la llegada de Boi Ruiz al frente del departamento de Salud. «Prácticamente todos los cargos relevantes que ha nombrado son personas que proceden del sector privado y ven en lo público una fuente de financiación del engranaje privado del que proceden».

En la estructura de la Generalitat, el CatSalut ocupa un lugar clave: depende del Departamento de Salud y acapara casi todo su presupuesto: un 97,9% de los 8.685,01 millones en 2012. El organismo financia la red asistencial pública. Entre los equipamientos sanitarios financiados por el CatSalut están los del ICS [5], ocho hospitales y 400 centros sanitarios gestionados por la Generalitat.

Visto lo visto:

¿El señor Pedrosa sigue siendo número 2 de la Conselleria? ¿Cómo es posible?

¿El señor Boi Ruiz sigue siendo el número 1, el Boss neoliberal e indocumentado de la misma conselleria? ¿Defensores de la sanidad pública? ¿Es una broma pesada?

¿El president Mas, uno de los líderes del «soberanismo»-independentismo catalán. los sigue confirmando en su posición? Por supuesto. El que manda, tiene mando en plaza. ¿Lo vamos a permitir? ¿Vamos a seguir permitiendo esta inmundicia sin límites? ¿Vamos a permitir que gestores privados, fanáticos ultraneoliberales, tomen en sus manos la sanidad pública, un asunto de todos y todas?

Notas:

[1] http://www.cafeambllet.com/press/?p=17898

[2] http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/06/17/catalunya/1371496741_084739.html

[3] http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/06/18/catalunya/1371585184_583679.html

[4] La Ley de Incompatibilidades de Altos Cargos de la Generalitat, establece en su artículo 3: «Los altos cargos deben ejercer su función con dedicación plena y no pueden compatibilizar su actividad con el ejercicio de cualquier otro puesto, cargo, representación, profesión o actividad mercantil, profesional o industrial de carácter público o privado por cuenta propia o ajena». La Ley de Ordenación Sanitaria fija en su artículo 13.3: «La condición de miembro del comité de dirección del CatSalut es incompatible con cualquier vinculación con empresas o entidades relacionadas con cualquier tipo de prestación de servicios».

[5] El ICS se vio salpicado en 2012 por otro caso de incompatibilidades. Su presidente, Josep Prat, imputado actualmente y también nombrado por Boi Ruiz, compatibilizaba el cargo con la vicepresidencia del grupo privado USP Hospitales y la dirección de Innova (la empresa del Ayuntamiento de Reus con intereses en el sector sanitario).

Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; director Jordi Mir Garcia)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.