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En Somalia se acumulan las desgracias

Fuentes: L’Humanité

Traducido para Rebelión por Caty R.

Mogadiscio. La subida brutal de los precios de los productos alimentarios originada por la crisis internacional viene a añadirse a los combates y a la represión.

Por segundo día consecutivo la capital somalí, Mogadiscio, fue ayer escenario de violentas manifestaciones. Los jóvenes levantaron barricadas y lanzaron piedras para protestar contra los comerciantes, que actualmente se niegan a aceptar los viejos billetes de shillings, la moneda local. «Tengo hambre y ni siquiera puedo comprar comida», explicaba un hombre joven a Reuters, asegurando que las protestas sólo cesarán «cuando los comerciantes acepten esos billetes».

Para justificarse, los vendedores explican que sus proveedores se niegan a cobrar en viejos shillings. Esta desconfianza hacia la moneda está alimentada por la circulación de billetes falsos en un país devastado desde 1991 por la guerra civil y donde, desde esa fecha, no hay ni banco central ni impresión legal de billetes. La falsificación sería también una de las causas de la devaluación de la moneda local, que en un año ha perdido más de la mitad de su valor.

Pero la brutal radicalización de los comerciantes frente a un viejo problema podría tener un significado más político. Algunos de ellos señalan la intención del nuevo gobierno de recaudar los impuestos en dólares. El gobierno podría pretender también poner los viejos billetes fuera de la circulación tras anunciar, a principios de mayo, que «va a imprimir su propia moneda, la cual se convertirá en la única del mercado».

El rechazo de los comerciantes se añade a una situación ya catastrófica. La subida de los precios de los productos alimentarios que afecta a todo el planeta, ha golpeado duramente a Somalia donde, según dos organismos de la ONU, los precios de los cereales, en un año, subieron entre el 110 y el 375%. A eso se añade una fuerte sequía que conduce a numerosos habitantes de los campos, especialmente entre los ganaderos cuyos rebaños se están diezmando, a venir a engrosar una población urbana que ya está al borde de la explosión. Actualmente, según la ONU, 2,6 millones de somalíes necesitan ayuda alimentaria para sobrevivir. Una cifra que aumentó el 40% desde enero y que podría ser de 3,5 millones de personas de aquí a finales del año.

Los somalíes también son víctimas de la violencia cotidiana. En un informe publicado ayer, la organización Amnistía Internacional señala las graves violaciones de los derechos humanos cometidas por todas las partes del conflicto, y más concretamente por el ejército etíope. Este último está acusado de numerosas violaciones y de recurrir cada vez más al degüello de los civiles, sacrificados como ovejas. Estas exacciones se añaden a la violencia generada por un conflicto que la instalación en el poder, en diciembre de 2006, de los etíopes del gobierno provisional nunca llegó a calmar.

Los enfrentamientos entre el ejército gubernamental y las milicias armadas próximas a los antiguos tribunales islámicos son casi diarios, aportando su lote de víctimas civiles. Los bombardeos estadounidenses sobre el país, que recientemente consiguieron alcanzar a un importante jefe de la rebelión supuestamente próximo a Al Qaeda, también contribuyen a hacer imposible la vida de los Somalíes de a pie.

Original en francés:

http://www.humanite.fr/2008-05-07_International_Les-Somaliens-cumulent-les-epreuves

Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.