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España debe responder ante la justicia por su abandono del Sáhara Occidental

Fuentes: Rebelión

El próximo año se cumplirán 50 del escandaloso y vergonzoso abandono que perpetró el Estado español en su colonia el Sáhara Occidental. Desde la promulgación de la Resolución 1514 de las Naciones Unidas, relativa a la erradicación del colonialismo en el mundo, dicha Resolución fue burlada por España convirtiendo el Sáhara Occidental en provincia de ultramar del Estado español.

Portugal asume sus responsabilidades, España persiste en la negligencia

 Desde entonces tan solo constan dos abandonos de territorios coloniales, dos negligencias protagonizadas por España y Portugal. El caso de Portugal en Timor Leste fue enmendado y reparado con justicia  años después, gracias a  la presión y rectificación del Estado portugués, junto con las Naciones Unidas.

En el  caso de España en el Sáhara Occidental, el  abandono sigue sin ser reparado y menos rectificadas las posiciones que originaron dicho abandono.

La negligencia e irresponsabilidad de España perduran por casi 50 años, lo que coloca a España a la cabeza  de los países menos serios y menos responsables en el cumplimiento de la legalidad y la justicia internacionales.

España se ha comportado como un Estado vil y cobarde

Es más, lo peor y más penoso de esta situación es que la mayoría de los gobiernos españoles de los últimos 50 años se han lavado las manos del asunto y de forma vil y cobarde han hecho dejación de sus responsabilidades, agravando la dramática situación del pueblo saharaui.

Muchos países que cometieron atrocidades similares han indemnizado a los pueblos víctimas o como mínimo han pedido perdón a esas víctimas:

Los países serios y responsables asumen las consecuencias de sus actos

Por ejemplo Alemania pidió perdón por las atrocidades cometidas por los nazis durante el el Holocausto. También pidió disculpas, aunque no indemnizó,  al pueblo namibio por las matanza de los pueblos herero, mamá y san. 

La iglesia también se disculpó, especialmente en Latinoamérica por las atrocidades cometidas durante la conquista y la evangelización.

Francia igualmente pidió recientemente disculpas al pueblo argelino por las masacres cometidas que dejaron sin vida a más de un millón y medio de personas, reconociendo que la colonización francesa constituyó un «crimen contra la humanidad” . 

El Reino Unido también pidió disculpas a Kenya por las masacres del pueblo kikuyo. 

Estados Unidos pidió disculpas a los afroamericanos por la esclavitud y la segregación racial que sufrieron durante siglos en América.

Son solo varios ejemplos, a los que España se podría sumar reparando de alguna manera el mal causado a los saharauis.

España debe indemnizar a los ciudadanos españoles de origen saharaui por abandonarlos 

 En este caso han pasado casi 50 años y aún el pueblo saharaui espera un gesto oficial de la Administración española. 

Ha llegado la hora de que el Estado español asuma sus responsabilidades históricas por el sufrimiento y el calvario provocado al pueblo saharaui. Debe hacerlo de forma voluntaria o ante la justicia internacional, como se ha hecho en otros procesos similares. Los ciudadanos españoles de pleno derecho que fueron abandonados, sin explicaciones y sin ningún respeto ni cumplimiento  de las normas y leyes internacionales, deben ser resarcidos y reparados moral y económicamente.

Es el único caso de la historia moderna dónde un estado abandona  a sus propios conciudadanos sin ningún tipo de consecuencia ni asunción de responsabilidades. 

La dejadez y desatención del Estado español en este caso no pueden quedar impunes, el dolor y el daño infligidos durante 50 años a la población saharaui, deben ser reparados y compensados. 

Es inadmisible que un estado como España cometa este tipo de actos tan irresponsables y que 50 años después siga sin tener el más mínimo remordimiento de conciencia por la angustia y padecimientos provocados al pueblo saharaui.

Los políticos que sostienen la ocupación ilegal y las violaciones sistemáticas de los derechos humanos por parte de Marruecos deben ser juzgados en España o en tribunales internacionales 

Actitudes reprochables y censurables como las que vienen adoptando el dúo Sánchez-Albares deben ser tomadas como actos punibles. Precisamente porque ahondan, alargan y agudizan el sufrimiento, las violaciones de los derechos del pueblo saharaui y del derecho internacional. 

Cuando individuos con responsabilidades de Estado,  como el dúo Sánchez-Albares, amparan, justifican y sostienen la ocupación ilegal de un territorio, las violaciones sistemáticas de los derechos humanos más básicos de las personas, los asesinatos de civiles, el espolio de los recursos naturales de un territorio aún por descolonizar e ignoran las resoluciones de la justicia internacional, deben responder por sus actos y decisiones, ya que actúan en nombre de un Estado miembro de la comunidad internacional y firmante de todos los protocolos, tratados y convenciones internacionales que exigen el cumplimiento de la justicia y la legalidad internacionales.

Las decisiones del dúo Sánchez-Albares abren las posibilidades  de apertura de un proceso judicial contra este tipo de responsables que se saltan esas mismas normas de obligado cumplimiento para todos los estados.

En cuestiones de estado, los políticos con responsabilidad de gobierno no pueden actuar por su cuenta, deben contar con un mínimo consenso de las estructuras del Estado.

Las decisiones personales en nombre de un estado implican responsabilidades. En el caso saharaui las decisiones del dúo Sánchez-Albares no cuentan con el apoyo de ningún estamento del Estado, han sido reprobadas por el Parlamento, el Senado, la oposición e incluso parte del Gobierno, por lo que estamos asistiendo a decisiones  personales injustificadas de gran trascendencia, calado e  implicación,  en nombre del Estado y un individuo no puede llevar a un estado a asumir sus irresponsables y negligentes decisiones.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.