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España, un país ensimismado

Fuentes: Rebelión

El debate nacionalista nos impulsa hacia el aislamiento cultural, ahora sólo existimos nosotros mismos y entre nosotros nuestras cuitas y entuertos.

Así, existe un espacio vacío en el álgebra booleana donde estarían los proyectos e ilusiones que nos impulsan como comunidad y nos proponemos lograr en la realidad. Y  desconectados mentalmente olvidamos como sociedad que sólo somos una parte más de la comunidad europea y de la comunidad de naciones latinoamericanas.

Hemos dejado de soñar con un mundo de amplios derechos y libertades compartidos, donde nuestra capacidad de decidir de forma relevante en la esfera pública se iguale al compromiso de cumplir con los deberes consecuentes hacia la colectividad. A fuerza de intentarlo, hemos alcanzado esa colectividad sin alternativa, sin utopías. Y, de este modo, el debate es siempre sobre la asignación de la tarta final de la renta agregada, sobre el perfil territorial de leyes competenciales, sobre la aplicación del Derecho, en torno a las lenguas y las identidades, en discursos repetidos que la radio, la televisión, los periódicos, las redes sociales arrojan todas las mañanas durante el primer café que disuelve las brumas del sueño.

Tal vez hemos olvidado esa verdad tan evidente: una cadena depende de la fuerza de su eslabón más débil, apuntó Thomas Reid en sus Ensayos (siglo XVIII), hablando de la evidencia. Como sociedad no nos definen los logros más excelsos, sino las personas cuyos derechos más fundamentales no logramos garantizar. ¡Hagamos un proyecto compartido para lograr entre todos ese ámbito de derechos para cada una de las personas, para todos nosotros!

Si tan sólo fuese la hora de abandonar las polémicas del pasado y asomarnos a los retos complejos de un mundo cada vez más tecnológico, que no ha abandonado por desgracia los conflictos bélicos, en el que se dan el hambre y la pobreza más extrema.

Quizá estaríamos pensando en cómo alcanzar mayor bienestar social de modo unido, en un esfuerzo común, un reto apasionante en un mundo cada vez más dinámico e interconectado… 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.