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España y el continente de Patrice Émery Lumumba

Fuentes: Rebelión

Dejemos atrás un país y una ciudadanía que nunca deberíamos olvidar, la de la República Árabe Saharaui Democrática. Hemos podido comprobar la actitud servil, cuando no cómplice, del gobierno español y, destacadamente, de su ministra de Exteriores, ante la represión (ocultada y persistente) del gobierno y el Ejército marroquíes. Veamos dos ejemplos más de la […]


Dejemos atrás un país y una ciudadanía que nunca deberíamos olvidar, la de la República Árabe Saharaui Democrática. Hemos podido comprobar la actitud servil, cuando no cómplice, del gobierno español y, destacadamente, de su ministra de Exteriores, ante la represión (ocultada y persistente) del gobierno y el Ejército marroquíes. Veamos dos ejemplos más de la actuación real, no la publicitada, del gobierno en asuntos de política internacional relacionados con el continente del líder congoleño asesinado a los 36 años de edad, prácticamente la misma edad en la que murió también su compañero Ernesto Guevara.

El primer ejemplo. España propuso a EE.UU. ser el centro de operaciones del Pentágono para África [1]. Ni más ni menos. ¿Cómo? En la mejor tradición franquista, el Gobierno ofreció a USA aumentar el número de soldados estadounidenses de la base de Rota e instalar en ella el nuevo mando pentagonal para África.

La embajada usamericana, esta vez sí aunque no siempre ciertamente, interpretó el gesto a la perfección: «afán» español por taponar la herida que había irrumpido en las relaciones tras la retirada de las tropas españolas de Irak. Los telegramas oficiales estadounidenses han sido filtrados a través de Wikileaks. El presidente del gobierno tuvo una deferencia destacada la primera vez que recibió en Moncloa al embajador usamericano, Alan D. Solomont. Todas las puertas estaban abiertas para él, se le dijo. El mismo, el presidente de un gobierno no colonial, había transmitido a su equipo que el embajador norteamericano no era «un embajador más», sino alguien muy especial.

De hecho, en agosto de 2007, el entonces embajador de EEUU, Eduardo Aguirre, había planteado la posibilidad de integrar en la base de Rota componentes del AFRICOM[2]. Miguel Ángel Moratinos contestó días después que tanto el presidente del Gobierno como el entonces ministro de Defensa, José Antonio Alonso, estaban entusiasmados con esa posibilidad.

No sólo fue eso. El Pentágono había mostrado su interés en que se ampliara la lista de puertos españoles en los que podían atracar buques de propulsión nuclear. Todo, desde luego, en aras de una mayor eficacia imperial del AFRICOM. De tres puertos -Cartagena, Palma y Rota- en los que actualmente pueden ya atracar buques de esas características a cinco puertos. Se incorporarían al listado Tarragona y Las Palmas. Item más: la ministra de Defensa, la que algunos cálculos políticos sitúan como futura candidata a la presidencia de gobierno en competencia con el primer ministro español in fact, el señor Pérez Rubalcaba, la señora Carme Chacón, quiso elevar el convenio de cooperación para la Defensa entre los dos países a la categoría de Tratado.

El segundo ejemplo nos traslada a Mauritania.

La República Islámica de Mauritania (Yumhuriya Islamiya Mauritaniya), recordemos, es un país ubicado en el noroeste de África. Limita con Argelia y con el Sáhara Occidental. La parte que le fue cedida por el gobierno español a raíz de la marcha verde está actualmente controlada por Marruecos.

Mauritania es una República islámica de sistema presidencialista. El Presidente de la República es elegido por sufragio universal para un periodo de cinco años. El 3 de agosto de 2005, un grupo de militares, incluyendo miembros de la Guardia Presidencial, dieron un golpe de Estado triunfante contra el gobierno del Presidente Maaouya Ould Sid’Ahmed Taya, nombrando al Jefe de la Policía Nacional, Ely Ould Mohamed Vall, nuevo presidente del país. La Unión Europea, los Estados Unidos condenaron el golpe y pidieron el restablecimiento de la constitución. La Unión Africana expulsó a Mauritania provisionalmente de su seno. El 7 de agosto se disolvió el Parlamento y se anunció un referéndum constitucional un año después. El 26 de junio de 2006 se celebró un referéndum donde se reformó la Constitución y se limitó el mandato de los gobiernos. Las elecciones parlamentarias tuvieron lugar el 19 de noviembre y el 3 de diciembre de 2006; las presidenciales tuvieron lugar en marzo de 2007. Se eligió a Sidi Ould Cheij Abdallahi como nuevo Presidente en sustitución de Ely Ould Mohamed Vall.

Con objeto de erradicar la esclavitud, en septiembre de 2007 el gobierno promulgó una ley que la criminalizaba. El 6 de agosto de 2008 varias unidades militares dirigidas por distintos generales y oficiales del ejército dieron otro golpe de Estado y destituyeron al presidente Sidi Ould Cheij Abdallahi, horas después de que el Presidente destituyese de su cargo al Jefe del Estado Mayor, el general Mohamed El Ghazuani. Se constituyó un Alto Consejo de Estado con el general Mohamed Uld Abdelaziz como Presidente y once militares que asumieron el poder y nombraron Primer Ministro de la nación a Mulay Uld Mohamed Laghdaf.

Las condenas internacionales fueron amplias, desde las Naciones Unidas hasta la Unión Europea pasando por los países que más relación tenían con Mauritania: Estados Unidos, Francia, Argelia y España. Argelia y Senegal no reconocieron el nuevo gobierno. La Unión Africana, además de condenar el golpe, suspendía en sus derechos en la organización a Mauritania

España denunció el golpe. De puertas hacia fuera. Ahora se ha sabido que el gobierno español no quería que surgiera lo que han llamado un Estado fallido. Mauritania estaba en riesgos de convertirse, se señaló. en una segunda Somalia en la otra punta de África. De ahí que la prioridad del Gobierno español no fuera restablecer la democracia derrocada, en agosto de 2008, por un golpe de Estado castrense sino el denominado «interés nacional». ¿Les suena? Es decir, según se señala en algún comunicado ventilado por Wikileaks «primero la seguridad y luego la democracia». ¿Les recuerda algo este principio político? Efectivamente: uno de los nudos esenciales de la Administración de Bush II. No más, de acuerdo, pero tampoco menos.

¿Tienen algo que ver estas actitudes y estos comportamientos con el legado y la tradición de Juan Negrín, Julio Álvarez del Vayo o Largo Caballero? No lo parece; se sospecha que la tomaron por asalto y que no están dispuestos a dejar títere con cabeza propia.

PS: Y aprovechando que el Ebro pasa por Tortosa, la ciudad donde está ubicado el monumento más ostentoso del fascismo español en tierras catalanas, me permito señalar otro asunto, no directamente relacionado con las tierras de Nelson Mandela ni tampoco, y sobre todo, con comportamientos mandelianos.

La ex vicepresidente Fernández de la Vega ha duplicado su sueldo y ha blindado su jubilación. De ingresar 73.486 euros brutos anuales, que no está nada mal, pasará a cobrar 142.367. Dos sueldos suman en ese importe: 83.578 euros como miembro del Consejo de Estado y el 80% de su salario como vicepresidenta del Gobierno (indemnización por haber cesado en el cargo: unos 59.000 euros). Así, pues, la ex «socialista» ingresará unos 12.000 euros mensuales, acaso más o muy cerca del suelo medio, sin extraordinarias, de los controladores españoles. La ex vicepresidenta ha conseguido, mediante su nuevo cargo en el Consejo de Estado, que su sueldo sea, para el resto de su vida, diez veces superior al de las personas que cobran la pensión mínima. No hace falta recordar que De la Vega fue vicepresidenta del Ejecutivo que bajó el sueldo a los funcionarios y congeló las pensiones.

Nada nuevo. Hay escándalos mayores. Desde luego. Pero este también lo es. Tampoco está en esa tradición a la que se había referencia.

Notas:

[1] Fuente: http://www.librered.net/?p=2290

[2] Las informaciones han aparecido con los papeles que están aireando Wikileaks. TV3 por ejemplo, daba cuenta de la noticia el pasado 7 de diciembre.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.