Traducido por Glenda Pérez
Helen Thomas, «La Primera Dama de la Prensa», fue entrevistada el pasado enero por Democracy Now! durante la Conferencia Nacional sobre la Reforma en los Medios de Comunicación.
AMY GOODMAN: Uno de los oradores principales fue Helen Thomas, corresponsal veterana de la Casa Blanca. Conocida comúnmente como «La Primera Dama de la Prensa», Helen Thomas es la miembro de más alto rango de la prensa acreditada en la Casa Blanca, y ha realizado reportajes a todos los presidentes desde John F. Kennedy. Helen Thomas ha sido una de las principales críticas del gobierno de Bush y de la prensa acreditada durante el período previo a la invasión en Iraq. Su nuevo libro se titula ¿Guardianes de la Democracia?: La decadente Prensa Acreditada en Washington y cómo ha traicionado la confianza del público.
El 21 de marzo de 2006, Thomas fue invitada personalmente por el Presidente Bush, por primera vez en tres años, para que participara en una de sus conferencias de prensa. Thomas le preguntó respecto de Iraq.
HELEN THOMAS: Me gustaría cuestionarle, señor Presidente, que su decisión de invadir a Iraq ha provocado la muerte de miles de estadounidenses e iraquíes y heridas para toda la vida a estadounidenses e iraquíes. Cada razón que dio, al menos públicamente, resultó ser falsa. Mi pregunta es, ¿por qué quiere en realidad llevar a cabo la guerra? Desde el momento en que entró en la Casa Blanca, en su Gabinete -los funcionarios del gobierno, la gente de la inteligencia, etcétera– ¿cuál fue la verdadera razón? Ha dicho que no fue el petróleo, la búsqueda de petróleo, no ha sido Israel, ni ninguna otra cosa. ¿Entonces qué fue?
PRESIDENTE GEORGE W. BUSH: Pienso que su premisa, en todo lo que respecta a su pregunta y a usted como periodista de toda la vida, es que conoce que yo no quería la guerra. Suponer que yo quería guerra es totalmente erróneo, Helen, en todos los sentidos.
HELEN THOMAS: Todo…
PRESIDENTE GEORGE W. BUSH: Espere un segundo, por favor.
HELEN THOMAS: Todo lo que he escuchado…
PRESIDENTE GEORGE W. BUSH: Perdone, perdone. Ningún presidente quiere la guerra. Usted podrá haber escuchado cualquier cosa, pero simplemente no es cierto. Mi posición respecto de la defensa de este país cambió el 11 de septiembre. Nosotros, cuando fuimos atacados, en ese mismo momento juré que utilizaría cualquier recurso que estuviera a mi alcance para proteger al pueblo estadounidense. Helen, nuestra política exterior cambió en ese día. Sabes que solíamos pensar que estábamos protegidos por los océanos y la diplomacia anterior, pero el 11 de septiembre de 2001 nos dimos cuenta de que los asesinos pueden acabar con vidas inocentes. Y nunca voy a olvidarlo. Nunca voy a olvidar la promesa que hice al pueblo estadounidense de que haría todo lo que estuviera en nuestras manos para protegerlo.
En parte, eso significó dejar claro que no permitiríamos al pueblo brindar refugio seguro a ningún enemigo. Y este es el porqué invadí a Iraq. Espere un segundo…
HELEN THOMAS: Ellos no hicieron nada en su contra ni en contra de su país.
PRESIDENTE GEORGE W. BUSH: Mire, perdone un segundo, por favor. Perdone un segundo. Sí lo hicieron. Los talibanes dieron refugio seguro a al-Qaeda. Allí fue donde al-Qaeda se entrenó…
HELEN THOMAS: Estoy refiriéndome a Iraq.
PRESIDENTE GEORGE W. BUSH: Helen, perdone. Allí es donde…
AMY GOODMAN: Así fue. Preguntas de Helen Thomas al Presidente Bush en la conferencia de prensa celebrada en el pasado mes de marzo. Bien, Democracy Now se puso al día recientemente con Helen Thomas en la conferencia sobre la reforma de los medios de comunicación celebrada en Memphis. Comenzaré preguntándole acerca del importante discurso dirigido a la nación recientemente desde la biblioteca de la Casa Blanca, donde el Presidente juró que enviaría más tropas a Iraq.
HELEN THOMAS: Bueno, obviamente no pienso que seré la única en decir que se está intensificando la guerra. Quiero decir que enviar más tropas es la debacle. El año pasado estuvieron hablando de reducirlas. Sólo pienso que es una tragedia.
AMY GOODMAN: Condoleezza Rice dijo que no es una escalada, que es un «incremento».
HELEN THOMAS: Este gobierno se ha caracterizado por los eufemismos. Son expertos en eso. Todo es falso.
AMY GOODMAN: Usted ha realizado reportajes a muchos presidentes y ha escrito artículos sobre varias guerras.
HELEN THOMAS: Desde afuera. Nunca he estado en una guerra como tal.
AMY GOODMAN: La política del Gobierno, desde la perspectiva de la Casa Blanca, de Washington.
HELEN THOMAS: Washington, sí. No me siento con mucho valor al respecto.
AMY GOODMAN: ¿Pero puede compararla? ¿No le trae recuerdos de otras guerras?
HELEN THOMAS: Tengo la impresión de que estamos viviendo de nuevo la experiencia de Vietnam, con la diferencia de que ahora nuestra sociedad es pasiva. Por lo menos, cuando Vietnam se lanzaron a las calles. Finalmente el pueblo se lanzó a las calles cuando se dio cuenta de que había sido engañado, y fue peligroso. Fue demasiado, estábamos matando personas que se encontraban a 10 000 millas de distancia, y sin razón alguna, salvo la teoría del dominó, que estaba cayendo. En este caso pienso que como cada hogar no está realmente afectado, ustedes no tienen ese mismo tipo de…, pero les diré lo siguiente. Sí pienso que el discurso del Presidente marca un momento decisivo. Todas las emisoras de radio y televisión, los principales medios de comunicación le llamaban la última oportunidad. Sencillamente, no pienso que el Presidente esperaba que el pueblo, las encuestas y el Congreso se opusieran rotundamente de la forma que lo hicieron. En verdad existe un mar de fondo. Hay un gran cambio.
AMY GOODMAN: Usted habló de eufemismos. ¿Qué me dice de la palabra «oleada»?
HELEN THOMAS: Nunca la he utilizado. Nunca la he empleado en mis reportajes. «Escalada» es más acertada.
AMY GOODMAN: Además, en relación con ese discurso pronunciado en la biblioteca, aunque en realidad antes de hacerle la pregunta, quisiera saber ¿qué piensa de las visitas del Presidente a la biblioteca de la Casa Blanca? ¿Cuál es su relevancia?
HELEN THOMAS: No sé. Pienso que están preparando todos los discursos presidenciales. Procuran pensar en la imagen que proyectará. Pienso que estaban tratando de proyectar la imagen de un intelectual, que lee, etcétera. ¿Qué personifican los libros? Pienso que el mensaje es que lee a Shakespeare, a Camus, etc. Pero, ¿se lleva alguno a la casa?
AMY GOODMAN: Su última pregunta al presidente Bush fue… ¿no fue hace más de seis meses?
HELEN THOMAS: Correcto.
AMY GOODMAN: ¿En marzo quizás?
HELEN THOMAS: En marzo.
AMY GOODMAN: De 2006.
HELEN THOMAS: Hace casi un año.
AMY GOODMAN: Y le preguntó sobre su verdadera razón para ir a la guerra. ¿Pudiera repetir la pregunta y el por qué la hizo y comentar sobre su respuesta?
HELEN THOMAS: Claro. Pienso en lo increíble. Si usted estuviera en una habitación con muchas personas y se dirigiera a diez personas y les preguntara por qué estamos en esta guerra, obtendría diez respuestas diferentes, y esa no es la forma de ir a una guerra. Así que pregunté al Presidente, ¿cuál es la verdadera razón si cada una resulta ser falsa? Armas de destrucción masiva, no. Relaciones con al-Qaeda, no. La amenaza de un país del tercer mundo a la única superpotencia militar del mundo, no. Entonces le pregunté cuál fue su verdadera razón. Y entonces respondió: los talibanes. Le dije: «Estoy hablando de Iraq, señor Presidente». Entonces dijo: el 11 de Septiembre. Le dije: «Pero los iraquíes no tuvieron nada que ver con el 11 de Septiembre». Y continuó así.
La realidad es que no tuve una respuesta clara. No es por mí. Es para el mundo. Es para el país. ¿Por qué se les pide que mueran? ¿Cuál es la razón válida? Existen motivos. Hemos estado en guerras de las que pienso que el sentir del pueblo ha sido que fue una causa justa. De hecho la Segunda Guerra Mundial. Pero enviar personas a la guerra, ¿con qué pretexto ahora? En estos momentos, es una guerra nuclear, pienso, en el caso de Irán.
AMY GOODMAN: En realidad, sobre el tema de Irán, que fue una parte fundamental del discurso del Presidente Bush en la biblioteca, se mostró sumamente agresivo en relación con Irán y Siria. ¿Puede hablarnos al respecto?
HELEN THOMAS: Bueno, pienso que, de hecho, debe conversar con ellos, como expresó el Grupo de Estudio sobre Iraq, y creo que debemos seguir conversando. Debe primar el diálogo y no la guerra. Eso fue lo que dijo Churchill. ¿Por qué no conversar? ¿Por qué no utilizar cada recurso, cada vía para evitar la guerra, evitar las muertes?
AMY GOODMAN: Bien, ¿por qué piensa que no utilizó todas las opciones posibles antes de ir a la guerra?
HELEN THOMAS: Pienso que todavía cree que puede decir la última palabra en relación con la guerra preventiva y nuestro poder. Parece que alguien tiene el legado, o está convencido de que realmente tiene que pasar a la historia como el salvador del mundo. Bueno, pienso que ese no será su legado. Además, se está identificando con Truman, toma decisiones de mucha valentía. Pero está solo. Está solo en la cúspide y pienso que no se da cuenta. Estoy segura de que tiene que estar bastante indignado -tal vez me equivoque– con la oposición que está enfrentando en estos momentos de todas partes. Él esperaba que automáticamente las encuestas, el pueblo, el Congreso y los líderes del Congreso estuvieran con él. Sólo hay una pequeña cantidad de líderes republicanos que están con él, pero no se muestran tan entusiastas como en el pasado. Quiero decir, está McCain, está Lindsey Graham, está Lieberman que es independiente, y unos más.
AMY GOODMAN: ¿Pudiera comentarnos sobre el significado de su rechazo a aceptar el resultado del Grupo de Estudio sobre Iraq dirigido por Baker, y la importancia de lo que significa Baker en el mundo de George Bush, de George W. Bush?
HELEN THOMAS: Bueno, realmente representa el ámbito del padre del Presidente, y de cierto es un hombre con experiencia como político. Fue secretario de Estado, secretario del Tesoro, etcétera. En realidad, pienso que fue enviado, fundamentalmente, por los amigos de su padre para ver si existía alguna última oportunidad de sacar al Presidente de este apuro. Y cerró la puerta.
AMY GOODMAN: ¿Cuál fue el mensaje que el Presidente Bush, George W. Bush, estaba enviando a su padre?
HELEN THOMAS: Bueno, él negaría cualquier mensaje. Quiero decir, públicamente, el padre siempre apoya incondicionalmente a su hijo, y eso es tan natural como debe ser. Siempre se hace. Así es la familia. Pero es lo que yo pienso, no he hablado con él. Tampoco pienso que quiera hablar conmigo. Pero tengo la impresión de que el modo en que dirigió el asunto, por supuesto, fue totalmente diferente, y pienso que en su interior ha tenido que reconocer que está equivocado.
AMY GOODMAN: Continuaré en un minuto con mi entrevista con Helen Thomas, corresponsal veterana de la Casa Blanca.
[Receso]
TRANSCRIPCIÓN APRESURADA
AMY GOODMAN: Continuamos con Helen Thomas, corresponsal veterana de la Casa Blanca, quien ha cubierto reportajes de la Casa Blanca durante más de 57 años. Estaba haciéndole una entrevista en la Conferencia Nacional sobre la Reforma en los Medios de Comunicación en Memphis, Tennessee.
AMY GOODMAN: Helen Thomas, el ex presidente Jimmy Carter acaba de escribir un nuevo libro titulado Palestina: Paz, no Apartheid. ¿Pudiera hablarnos sobre la importancia de este libro y también sobre la reacción al mismo? Usted realizó reportajes a Jimmy Carter cuando era presidente.
HELEN THOMAS: Sí. Y pienso que el Presidente Carter realmente tiene credibilidad. Tiene fe en la humanidad. Está tratando de hacer lo correcto. Está tratando de contar la otra parte de la historia, y no creo que la historia de Palestina haya sido contada alguna vez de manera que el pueblo pudiera aceptarla. Por eso pienso que ha hecho algo bueno. Obviamente, pienso que la reacción al libro por parte de los israelíes -algunos israelíes, no todos probablemente-sea que es incomprensible. Pero está ahí. Está abierto al debate, y pienso que inició una buena tendencia.
AMY GOODMAN: ¿Cómo piensa que se debe contar al pueblo de este país la historia de Palestina?
HELEN THOMAS: Con sinceridad, desde el comienzo. Quiero saber qué pensarías si fueras palestina, y los palestinos formaban una mayoría del 85% cuando los británicos decidieron que esa podría ser la patria de los judíos. Los estadounidenses tienen que ponerse en el lugar de otros pueblos. Póngase en el lugar de un iraquí. Quiero decir, invadimos un país sin ninguna razón, porque estaba allí.
AMY GOODMAN: Se está refiriendo a Iraq.
HELEN THOMAS: Bueno, me refiero al hecho de ser capaz de hacer lo que se piensa que es… [Inaudible]. Los británicos no tienen derecho de hacer algo así. Eso formó parte del Imperio Otomano. El Imperio Otomano se fue desmoronando. No eran dueños de Palestina. Obtuvieron un mandato a través de la Liga de las Naciones, pero ellos no tenían el derecho a regalar el territorio. En verdad tampoco tenían derecho de anexarse a Jerusalén, porque en realidad Naciones Unidas no había votado en esa dirección, y el asunto todavía está, como usted sabe, en el aire.
Pienso que existe una colonización. Creo que existen dos países allí, y que podrían vivir uno al lado del otro, y le apuesto que cuando exista una paz verdadera, andarán de la mano, quiero decir, que en realidad están muy cerca el uno del otro. Después de haber atravesado por guerras, la Segunda Guerra Mundial, los franceses, los japoneses y los alemanes son buenos amigos. Vietnam, buenos amigos, y otros. ¿Qué es esto? ¿Por qué tenemos que pelear? ¿Por qué no podemos conversar y entendernos mutuamente?
AMY GOODMAN: El presidente Carter, en entrevistas concedidas después de la publicación de su libro, habló respecto del poder del AIPAC, el Comité Estadounidense-Israelí de Asuntos Públicos. ¿Cuál es el alcance del debate en relación con este asunto en los Estados Unidos, en la prensa estadounidense, entre sus colegas?
HELEN THOMAS: Pienso que el hecho de que esté comenzando es bueno. Las personas deben escuchar las dos versiones de la historia.
AMY GOODMAN: ¿Pero la escuchamos en los Estados Unidos?
HELEN THOMAS: Repita, por favor.
AMY GOODMAN: ¿La escucharemos en los Estados Unidos? Quiero decir que algunos manifiestan que el alcance del debate aquí es más limitado que en Israel, en la prensa de allá.
HELEN THOMAS: Pienso que es cierto. Probablemente sea verdad. Creo que después de la Segunda Guerra Mundial, si se asumía una posición en contra de Israel, automáticamente se era considerado antisemita. Soy más semita que la mayoría de los periodistas que conozco. Pero esto es…
AMY GOODMAN: Dígalo de nuevo.
HELEN THOMAS: Esa es la forma en la que van por ahí catalogándote. Quiero decir que te tachan, si tomas una posición contraria a Israel, automáticamente te considerarán antisemita. Bueno, existen soluciones para eso. Es decir, existen grandes grupos en pro de la paz en Israel y en Palestina, y en otros lugares. Las personas están tratando.
AMY GOODMAN: El presidente Ford murió recientemente. Háblenos sobre su mandato, la trascendencia de su indulto a Nixon y sobre las preguntas que hizo a Ford. Se estuvieron repitiendo una y otra vez en las últimas semanas.
HELEN THOMAS: Al fin la fama. Bueno, pienso que hizo una gran contribución al dar en verdad un nuevo sentido de confianza en la Oficina Oval, seguridad en la nación, después de la solución del escándalo Watergate y el trauma que todos sufrieron en realidad posteriormente: En quién se puede confiar y quién puede confiar en el gobierno, y así sucesivamente. Pienso que aportó mucho al buen y viejo sentido de pertenencia, llamémosle de la región central de los Estados Unidos. Y las personas se sintieron muy seguras al respecto.
Obviamente, pienso que el indulto le dolió. Sucedió demasiado pronto -era el momento- dejó mucha desconfianza. Y fue casi un mes después del día en que ocurrió. Y sí, le hice mi primera pregunta en una conferencia de prensa, su primera conferencia de prensa, dos semanas después de haber tomado el cargo y haber dicho que había terminado la gran pesadilla nacional. Le pregunté si iba a apoyar el proceso judicial o el indulto. Yo malinterpreté completamente. Pensé que debía seguir por lo menos… [Inaudible] usted sabe, que eso había terminado. Pero con el paso del tiempo, todo es perdonable, supongo.
AMY GOODMAN: ¿Pero se podía imaginar un mundo donde se había llevado a cabo un proceso, ya sea el enjuiciamiento o el procesamiento judicial real del Presidente Nixon? ¿Cómo se vería ese mundo hoy en día cuando hablamos de transparencia?
HELEN THOMAS: Quiero decir que mostraría, de la manera más burda, que ningún presidente está por encima de la ley.
AMY GOODMAN: En cambio, después de la muerte del Presidente Ford, por la forma en que los medios de comunicación lo enfocaron, incluso los que se oponían de manera radical al indulto en aquel momento, todos los medios de comunicación dijeron: «Pensándolo bien, estaba equivocado».
HELEN THOMAS: Bien, nunca dije que estaba equivocado. Pensé que probablemente debía enfrentar el proceso judicial. Pero eso ya pasó. Y sé del dolor que causó. Pero mire, probablemente, el Presidente Clinton no tuvo ni un solo segundo durante sus ocho años en la Casa Blanca en el que no fuera enjuiciado por todos los amigos Ford. Quiero decir, fue terrible. No me explico cómo lo pudo soportar. Ocho años. Ni un segundo. Le negaron su legitimidad. Y él lo asumió. Y lo asumió como un hombre. Lo hizo.
AMY GOODMAN: Para periodistas jóvenes…
HELEN THOMAS: O quizás, como debe hacer un presidente.
AMY GOODMAN: Para los periodistas jóvenes, viéndola hacer preguntas difíciles y comparándolas con el tipo de preguntas que la mayoría de la prensa acreditada en la Casa Blanca hace -y sé que son sus amigos- por ejemplo, antes de la invasión y ahora es muy diferente. Están haciendo algunas preguntas…
HELEN THOMAS: Están saliendo del coma. Gracias a Dios.
AMY GOODMAN: Bueno, ¿qué causó la salida del coma?
HELEN THOMAS: Pienso que el Katrina… Se desataron. De veras han comenzado a comprender su función, a cuestionar al Presidente, a cuestionar la forma en que sucedieron las cosas. Y se les permitió, al parecer, por los poderes existentes, quienquiera que tuviera el control, mostrar más emoción, etcétera. Pienso en la preparación para la guerra, en general hubo… Se utilizó muy bien la carta del miedo, y los reporteros temían ser llamados anti-estadounidenses, antipatrióticos. Sé que he repetido esto 50 000 veces, pero pienso que adquirieron más coraje, y fue una situación menos crítica. El Katrina fue una realidad, y todo el mundo pudo apreciarlo, y supieron que algo andaba muy mal.
AMY GOODMAN: Compare sus preguntas antes de la invasión, durante la preparación de la guerra, con las preguntas de sus colegas.
HELEN THOMAS: Desearía que hubiesen hecho más. Honestamente, creo que si la prensa hubiese dicho de verdad «¿Por qué?» «Dénos la prueba»… y el Congreso, también. El Congreso también lo financió todo y se hizo el desentendido. Sinceramente pienso que debió existir la posibilidad de evitar este desastre, esta matanza.
AMY GOODMAN: ¿Diría usted que la manera en que la prensa acreditada funciona es cubriendo el espectro del debate entre demócratas o republicanos, y cuándo este es casi nulo, como cuando la preparación de la invasión –los demócratas votaron junto con los republicanos para autorizar la guerra- entonces la prensa no va más allá, aún cuando el pueblo estadounidense haya ido más lejos?
HELEN THOMAS: Bueno, ya sabes, cuando se habla de la prensa, por supuesto, hay que referirse a los diferentes sectores de la prensa. Los reporteros, los periodistas comunes, los servicios cablegráficos, se centran en los hechos y no crean la noticia en sí. Informan lo que está sucediendo. En cuanto a las opiniones, y entonces aparece el espectro de las opiniones, pienso que hemos dejado caer la pelota desde el punto de vista de que todo tiene que ser actual y no cuentan los antecedentes. Realmente pienso que este gobierno estará muy feliz de que nadie piense en el pasado y se pregunte: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? No se ve ningún artículo que diga: «Invadimos a Iraq». Por eso estamos allí. No, es historia pasada ¿verdad? Simplemente seguimos adelante. En estos momentos, el eufemismo de la nueva alianza es «seguir adelante». Y la verdad es ¿adelante de qué? De modo que ninguno de estos artículos realmente da algún sentido de perspectiva, por el contrario.
AMY GOODMAN: ¿Qué piensa que debiera suceder ahora mismo?
HELEN THOMAS: La retirada de Iraq.
AMY GOODMAN: ¿Hoy?
HELEN THOMAS: Claro.
AMY GOODMAN: ¿Qué significaría eso?
HELEN THOMAS: ¿Qué significaría eso? Bueno, no significaría que no habría más muertes. Quiero decir que el fuego se ha prendido a todo lo largo del Oriente Medio. Tenemos que tratar de apagar estos fuegos. Y se puede empezar, por ejemplo, saliendo de allí. No sé si en Iraq los iraquíes se hayan puesto a conversar ya.
AMY GOODMAN: Pareciera como si ellos no estuvieran diciendo lo que el presidente Bush dijo: que están de acuerdo con esto.
HELEN THOMAS: No, bueno, ¿por qué habrían de estar? ¿Quién querría asimilar todos los días como nosotros lo hacemos esta mitología de cómo es el Iraq soberano en la actualidad? No se puede ser soberano con un soldado estadounidense en cada esquina. ¿Es eso soberanía? ¿Una fuerza de ocupación?
AMY GOODMAN: Gran parte de la prensa manifiesta que el Congreso no está desempeñando en realidad su función en este asunto. Esta es la guerra del Presidente. ¿Qué podría hacer el Congreso?
HELEN THOMAS: Bueno, no pienso que vayan a cortar el financiamiento, que es lo que probablemente pudieran hacer. Pudieran dejar el dinero en el oleoducto, como quiere Kucinich, para hacerlos regresar. Pero no pienso que eso vaya a suceder, porque los acusarían de hacer quedar mal a las tropas, etcétera. El Congreso puede adoptar la posición de decir: «Tenemos que retirarnos y tenemos que hacerlo como mínimo dentro de los próximos seis meses.» Pudiera ser de forma gradual y todo lo demás. Y en cuanto al negocio en general… «¡Qué ingratos son los iraquíes!» ¡Por Dios, ellos no harán exactamente lo que nosotros queremos que hagan! ¡No entrarán por vereda! «¡No entienden la democracia!» ¿Qué es esto? ¿Culpar a los iraquíes? Los atacan, les destruyen el país, asesinan a miles y decenas de miles de personas y luego dicen: «Es que no entienden. Les hicimos un gran favor, el muerto agradecido.»
AMY GOODMAN: Helen Thomas, el Presidente Ford dijo en 1975 en la cena de Corresponsales de la Casa Blanca: «Si Dios creó el mundo en seis días, no pudo haber descansado. Habría tenido que explicárselo a Helen Thomas.»
HELEN THOMAS: Y yo habría estado preguntando «¿por qué?» Mi pregunta favorita.
AMY GOODMAN: ¿Por qué es tan importante?
HELEN THOMAS: Me estás metiendo en muchos problemas.
AMY GOODMAN: ¿En qué sentido?
HELEN THOMAS: Estoy demasiado animada.
AMY GOODMAN: ¿Qué les diría a sus colegas?
HELEN THOMAS: No les digo nada. Me escuchan perfectamente cuando me pongo a cuestionar a Tony Snow o algún otro.
AMY GOODMAN: ¿Cuál es su opinión sobre Tony Snow, el hombre que vino de la FOX?
HELEN THOMAS: Pienso que tiene buenas intenciones, pero creo que es muy hábil, muy desenvuelto. Y está atravesando la línea en marcha cerrada junto con todos los demás.
AMY GOODMAN: ¿Cuál es la relación…?
HELEN THOMAS: …en el gobierno.
AMY GOODMAN: ¿Cuál es la relación de los corresponsales de la Casa Blanca con la Casa Blanca? ¿Existe algún protocolo allí que usted criticaría?
HELEN THOMAS: No entiendo.
AMY GOODMAN: La relación, el tipo de entendimiento entre la prensa acreditada en la Casa Blanca y el Presidente, una especie de…
HELEN THOMAS: Bueno, pienso que nos toleran. Quiero decir que piensan que somos un mal necesario y, en ese sentido, nos soportan… Quiero decir que Tony Snow realiza con regularidad reuniones informativas para la prensa, etcétera. Saben que tienen que rendir cuentas. Saben que tienen que ser transparentes. Es decir, todo presidente tiene que serlo.
AMY GOODMAN: ¿Pero la prensa les da credibilidad? Quiero decir…
HELEN THOMAS: No, en mi opinión, no lo suficiente. Y obviamente debieran presionar para celebrar más conferencias de prensa. La conferencia de prensa presidencial es el único foro en nuestra sociedad donde se puede cuestionar al presidente y exigirle que rinda cuentas de manera regular. Por eso es que debemos realizar más conferencias de prensa y preguntarle los porqués. Esa es la única forma en que la democracia funciona. Tenemos que entender lo que estamos haciendo y por qué lo estamos haciendo.
AMY GOODMAN: ¿Cuándo realiza el Presidente Bush una conferencia de prensa?
HELEN THOMAS: Bueno, está celebrando más en este año, en realidad, con las condiciones que él pone. Pero pienso que no es real… Nunca escucho un gran clamor por una conferencia de prensa y debiera existir. .
AMY GOODMAN: ¿Qué pueden hacer los periodistas? ¿Qué quiere decir cuando dice que debieran clamar por…?
HELEN THOMAS: Que más y más reporteros pregunten a Tony Snow diariamente «¿por qué no celebramos una conferencia de prensa?» Hay que darse cuenta. En última instancia les corresponde a ellos. He visto que eso sucede. Hasta los gobiernos más herméticos en algún momento han sentido la presión pública, y eso es lo que debimos haber hecho cuando se estaba preparando la guerra.
AMY GOODMAN: Los artículos de los grandes medios de comunicación, ese el tema de esta conferencia de miles de personas en estos días, de exigirle transparencia a dichos medios de difusión, ¿cuál es su parte en esto?
HELEN THOMAS: ¿Qué son los grandes medios de comunicación?
AMY GOODMAN: Un puñado de magnates de los medios de comunicación que son los propietarios de la mayoría de las redes de radiodifusión y las publicaciones de prensa en este país.
HELEN THOMAS: Les diría: olvídense de todos las ganancias y ayuden al país, que los medios de comunicación deben ser un servicio público. No se puede tener democracia sin tener al pueblo informado. Y esa debe ser la función de los medios. Pueden hacer dinero en cualquier otra parte.
AMY GOODMAN: Helen Thomas, corresponsal veterana de la Casa Blanca. Ha trabajado para los servicios noticiosos de la Casa Blanca durante 57 años. Hablamos con ella en Memphis, en la Conferencia Nacional sobre la Reforma en los Medios de Comunicación.
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Fuente: http://www.democracynow.org/article.pl?sid=07/01/22/1455252
Glenda Pérez es miembro de Cubadebate y Rebelión. Esta traducción se puede reproducir libremente con fines no lucrativos, a condición de respetar su integridad y de mencionar la fuente y a la traductora.