En su visita a África, George W. Bush ha elegido tres países estables, Ghana, Tanzania y Benin, y dos que emergen de sendos conflictos civiles: Liberia y Ruanda. Escenario apropiado para predicar las bonanzas de iniciativas como el Plan de Emergencia del Presidente para la Ayuda contra el Sida (criticado por su focalización en la […]
En su visita a África, George W. Bush ha elegido tres países estables, Ghana, Tanzania y Benin, y dos que emergen de sendos conflictos civiles: Liberia y Ruanda. Escenario apropiado para predicar las bonanzas de iniciativas como el Plan de Emergencia del Presidente para la Ayuda contra el Sida (criticado por su focalización en la abstinencia) o la lucha contra la malaria. Temáticas alejadas de aquello que intrigaba realmente a sus anfitriones: el anunciado establecimiento de los cuarteles generales del AFRICOM (mando africano de los EE UU) en el continente.
A su pesar, Bush no pudo obviar el tema, manifestando el 20 de febrero en Ghana: «Sé que hay rumores [de que] lo que Bush está haciendo es venir a intentar convenceros de poner una gran base militar aquí». No será así: el AFRICOM se queda en su base actual de Stuttgart. El General William Ward, procedente de la cúpula del EUCOM (mando europeo) y designado para liderar el nuevo mando, ha desempeñado arduos esfuerzos diplomáticos que se han revelado ineficaces: primero fueron los aliados del África septentrional quienes se negaron; Marruecos, Libia y Argelia (esta última ya alberga un centro antiterrorista estadounidense), Ghana, Sudáfrica y Nigeria han mostrado también su oposición. La presidenta de Liberia, Ellen Johnson- Sirleaf, se ofreció, pero no contaba con respaldo de la población. El mismo AFRICOM enuncia en su web: «nuestro objetivo es construir asociaciones para capacitar el trabajo de los africanos en proveer su propia seguridad». El argumento levanta sospechas: «si el AFRICOM persigue asistir a la formación del personal, proveer servicios de salud y luchar contra el sida, no es necesario situar sus cuarteles generales en África», dedujo el ministro de AA EE nigeriano, Alhaji Yayale.
Parece una visión compartida por los demás mandatarios. El AFRICOM, creado en febrero del pasado año, es reflejo del cambio de prioridades estadounidense. Actualmente EE UU obtiene alrededor de un 15% de su petróleo y gas del continente africano. Se espera que este porcentaje ascienda en 2015 al 25%. La competencia de países como China o India y la presencia de grupos de tendencias salafistas en el Magreb y el Sahel, explicarían las pretensiones estadounidenses de una mayor presencia militar en el continente. De hecho, ya en 2002, se instalaron 1.800 militares en Yibuti, pequeño Estado sin recursos que obtiene 30 millones de dólares anuales por el alquiler de esta base.
Las últimas noticias apuntan a un importante cambio. Tras las resistencias generalizadas a los tratados de asociación económica (EPA) que la UE intenta negociar, el bloqueo al AFRICOM contribuye a la idea de que finalmente África exige otros términos de interlocución.