María Sánchez es una joven de 25 años cuya madre tomó la decisión de emigrar a EU como única salida a la violencia de la que era objeto en su hogar. Once años de ofensas, abusos y malos tratos fueron más que suficientes para abandonar la ciudad de Querétaro y emprender el difícil camino hacia […]
María Sánchez es una joven de 25 años cuya madre tomó la decisión de emigrar a EU como única salida a la violencia de la que era objeto en su hogar. Once años de ofensas, abusos y malos tratos fueron más que suficientes para abandonar la ciudad de Querétaro y emprender el difícil camino hacia el norte, en busca de un horizonte menos oscuro. De la mano de su madre, María y su hermana sortearon todo tipo de obstáculos hasta llegar a un poblado del sur de California en el que reiniciaron su lucha por la vida, como María la describe.
En poco tiempo, María tuvo que aprender que las labores domésticas eran algo más que disponer de ropa limpia y sentarse a esperar la comida. Obligada por la necesidad de sobrevivir, emprendió rutinas hasta entonces desconocidas por ella. El aprendizaje y dominio de un nuevo idioma la obligó a redoblar sus esfuerzos, que años más tarde culminaron al ingresar a la Universidad de Berkeley, en California, uno de los planteles educativos de mayor prestigio en el país. Fue la recompensa por la larga aventura iniciada a los 11 años de edad en su ciudad natal. No escatima palabras para reiterar que la conclusión de este capítulo de su historia hubiera sido imposible sin el apoyo de su madre, quien logró mantener alejado el fantasma de las ofensas y los malos tratos del pasado. Ahora que prepara su tesis de maestría, María está consciente de que «cientos de chicanas como ella, pasan por las mismas vicisitudes para hacerse de un espacio en esta sociedad». Añade que le hubiera sido difícil concluir esta etapa de su vida sin el apoyo de una docena de organizaciones no lucrativas, como la Chicano Latino Foundation y la Raising Immigration Scholar Through Education, que en California les ofrecen estímulos para superar los obstáculos en un país que desconocen. María participa ahora en esas organizaciones y se dispone a apoyar a las jóvenes que siguen llegando desde el sur de la frontera.
La historia de María es más común de lo que se pudiera suponer. Esta semana la sección hispana de la organización PEW dio a conocer que, según el censo más reciente de población, el número de estudiantes de origen latino inscritos actualmente en educación superior es de 12.4 millones. Tan sólo en el año lectivo 2009-10, la inscripción de latinos creció en 349 mil estudiantes. Entre las razones de ese aumento está la migración de población cada vez más joven proveniente de países como México.
Cabe recordar que una de las infortunadas ocurrencias del ex presidente Fox, fue la de aprovechar las ventajas del «bono demográfico». Lo que nunca aclaró es si esas ventajas eran para México o EU. Ahora sabemos que se refería a este último. Que desperdicio.
Fuente: http://www.elperiodicodemexico.com/contenido_columnas.php?sec=Columnas-DetrasdelMuro&id=505082