Hurgando en algunos de los documentos del XX Congreso del Partido Comunista de China (PCCh), en sus conclusiones y repercusiones, es posible descubrir aspectos bastante desconocidos o poco divulgados en nuestros países.
Voy a exponer cuatro de ellos que me parecen sustanciales para entender la lógica de este evento y tratar de desentrañar hacia donde marcha el gigante asiático. Son ellos:
1. Orientación científica como eje de la nueva conducción del PCCh.
Para ejercer su liderazgo, el XX Congreso del PCCh ha elegido una mayor cantidad de dirigentes provenientes del área científica y tecnológica. Esta prioridad no solo se ha verificado en el Buró Político, también en el Comité Central (CC). En este sentido, al menos seis nuevos miembros del Buró Político cuentan con calificación en los campos de la ciencia y la tecnología. Destacan dos de ellos provenientes del programa espacial de China y dos expertos en medio ambiente. Otro, emerge desde la industria de la defensa y uno de la salud pública, cuatro estudiaron en el extranjero en áreas como seguridad nuclear y ciencias ambientales en países como Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y Rusia, uno de ellos es exalumno de un programa ejecutivo de Harvard.
Algo similar ocurre en el Comité Central de la organización de los comunistas chinos. Entre los 205 miembros electos, hay 29 procedentes de las academias chinas de ciencias e ingeniería. Además, el 98,9% de los miembros de esa instancia, tienen al menos un título de posgrado en diversas áreas científicas.
Del mismo modo, hay una mayor cantidad de altos mandos militares integrantes del nuevo CC que tienen un historial en los ámbitos de la ciencia y la tecnología, incluyendo a 5 que inicialmente se desarrollaron en el campo científico militar entre ellos, uno de los principales diseñadores de aviones de combate para las fuerzas armadas chinas, el Ejército Popular de Liberación (EPL).
Mientras el país se enfrenta a cada vez mayor cantidad de limitaciones por parte de Estados Unidos, incluidas las prohibiciones de tecnologías avanzadas de chips, el secretario general Xi Jinping, ha prometido impulsar la investigación científica y tecnológica china y lograr la «autosuficiencia» de la tecnología, lo cual se ha manifestado en la nueva composición de las más altas instancias del partido.
2. Exposición de un nuevo modelo de modernización.
El nuevo modelo de modernización expuesto en el XX Congreso del PCCh se diferencia radicalmente del modelo occidental fundamentalmente porque está centrado en los ciudadanos, no en el capital. Así mismo, acorde a la tradicional filosofía china que se sustenta en la búsqueda del equilibrio y la armonía, el PCCh ha propuesto edificar un patrón de “prosperidad común” en vez de una sociedad polarizada entre ricos y pobres. En este sentido, el PCCh ha planeado imbricar el desarrollo material y el espiritual contrarrestando la visión occidental que demanda la felicidad a partir de altos niveles de consumo, despilfarro y ostentación.
En el plano internacional, el modelo chino se orienta a un desarrollo pacífico que manifiesta antagonismo total respecto de la explotación y el saqueo de otros pueblos, mediante la guerra. Igualmente se ha trazado metas claras de corto, mediano y largo plazo para establecer armonía entre el desarrollo y el mejoramiento de las condiciones de vida de los ciudadanos, rechazando de plano tomar medidas que exacerben la crisis ecológica que ha puesto en peligro la vida en el planeta.
Para cumplir estos objetivos China ha creado una estructura integral, institucional y organizativa novedosa basada en su propia experiencia para crear un modelo autóctono de desarrollo que Occidente no conoce ni entiende. No obstante, para aquellos países que quieran familiarizarse con el modelo chino e intercambiar experiencias sobre él, se ha instituido una plataforma global que fomenta la comunicación entre las naciones a fin de superar la desconexión de las teorías y las prácticas entre Occidente y China.
3. Realización de enmiendas a la Constitución del PCCh para responder a la nueva situación mundial.
El XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China adoptó una resolución para enmendar la Constitución del Partido a fin de poner a la organización al nivel de las innovaciones teóricas y prácticas de los últimos años. Esta decisión apunta a mejorar el rol normativo y orientador de la Constitución del Partido.
Las enmiendas están dirigidas a incorporar el desarrollo teórico del pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era, que se manifiesta en la correcta combinación de los principios básicos del marxismo con la realidad específica de China y su importante cultura tradicional. De la misma manera, estas innovaciones en el documento rector del funcionamiento del PCCh se proponen alcanzar los objetivos que se trazaron al conmemorar el centenario de la fundación del partido en 2021 y la construcción de un país socialista moderno y poderoso para 2050.
Todo ello a partir de los principales logros y la experiencia histórica de lucha del Partido con la meta de conseguir un mejoramiento de su estructura, a partir de un funcionamiento completo y estricto sustentado en el espíritu fundacional que establece ser leal al partido y no abandonar al pueblo.
Asumiendo que el PCCh ejerce el liderazgo político en la sociedad, las enmiendas a la Constitución están encaminadas a fortalecer los principios básicos del sistema económico socialista, es decir, la propiedad pública como pilar de la economía; el desarrollo de otras formas de propiedad generadas de forma conjunta por todos los estamentos sociales y la distribución de acuerdo al trabajo como columna vertebral de un modelo en el que coexisten varias formas de distribución en el marco de un sistema económico de mercado socialista.
Otras áreas que se plantea fortalecer tienen relación con el desarrollo continuo de la defensa de China y su ejército, la construcción de un Frente Unido que implemente de forma integral, precisa e inquebrantable la política de “un país, dos sistemas” y que se oponga resueltamente a la “independencia de Taiwán”. De igual forma, se proyecta que la diplomacia se sustente en valores comunes de paz, desarrollo, equidad, justicia, democracia y libertad para toda la humanidad.
Desde el punto de vista interno, se han establecido condiciones básicas para que los cuadros y líderes del partido en todos los niveles no acepten privilegios, prebendas y beneficios no acordes al desarrollo general de la sociedad y a las condiciones de vida del pueblo. De vital importancia resulta el fortalecimiento de las organizaciones de base del partido estructurando y formalizando su funcionamiento interno, así como el avance hacia la normalización e institucionalización del estudio y la educación de la historia de la organización.
4. Reducción de la brecha en los ingresos a fin de avanzar hacia la prosperidad común.
Aunque desde antes de realizar el Congreso, China había lanzado un plan para reducir la brecha de riqueza del país, el magno evento le ha dado fuerte impulso a esta iniciativa sobre la base de medir el progreso bajo la idea de construir la «prosperidad común».
En este sentido, después de haber derrotado la pobreza extrema en 2020, el gobierno ahora se ha propuesto desarrollar una intensa ofensiva encaminada a reducir la desigualdad y crear una sociedad más igualitaria para lo cual estableció una serie de objetivos específicos, incluyendo una relación más equitativa de ingresos entre los habitantes de la ciudad y los residentes rurales y una mayor aceleración en el proceso de expansión de la clase media para 2035.
Para cumplir este objetivo, el plan se ha trazado como meta elevar el gasto en investigación y desarrollo en los gobiernos locales, orientado a incrementar la producción económica local en perspectiva de generar un modelo de desarrollo de alta calidad desde abajo hacia arriba. El fin último es construir un país socialista moderno en todos los aspectos. En este ámbito, el XX Congreso puso el énfasis en la necesidad de cerrar la brecha de riqueza a fin de “lograr gradualmente la prosperidad común para todos».
Este planteamiento generó una gran cantidad de debates antes y durante el Congreso y aún ahora tras su conclusión. La discusión ha girado en torno a qué enfoque se adoptaría para alcanzar la meta de la «prosperidad común» y cómo el gobierno evaluaría el progreso después que el presidente Xi Jinping anunciara una supervisión más estricta de la forma en que se acumula la riqueza en el país.
En este momento, el ingreso disponible per cápita de los residentes urbanos fue casi 2,57 veces mayor que el de los residentes rurales durante los tres primeros trimestres del año, según datos de la Oficina Nacional de Estadística. El gobierno chino se ha fijado como meta reducir esta brecha hasta llegar a alrededor de dos veces a nivel nacional.
Alrededor del 35% de la población de China fue clasificada como de ingresos medios en 2021 según datos del Centro de Información Estatal, una institución pública directamente afiliada a la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (NDRC). Este índice es mucho más bajo que el 70% registrado en varios países europeos como Francia, Alemania y Noruega, así como Canadá, y también inferior al de los Estados Unidos que es de un 55,9%.
China debe superar este déficit si quiere a avanzar hacia la “prosperidad común”. Con ese propósito se hace necesario eliminar restricciones institucionales burocráticas para la población rural a fin de aumentar el grupo de ingresos medios y con ello, la prosperidad común. Así mismo, las autoridades deben tomar medidas que estimulen la integración de las economías urbanas y rurales al tiempo que se debe profundizar la reforma de las organizaciones cooperativas rurales para impulsar el desarrollo agrícola. De igual manera, los gobiernos a todos los niveles deberán atraer una mayor cantidad de inversiones extranjeras hacia emprendimientos locales y regionales, así como llevar adelante una transformación de los procedimientos de aprobación de inversiones a fin de mejorar el entorno empresarial local.
Por otra parte, desde una perspectiva distinta de la lucha por la “prosperidad común”, es válido resaltar la participación del gran empresariado a favor de conseguir las metas propuestas. Algunas decisiones gubernamentales de un lado y el espíritu nacionalista ( a diferencia de Occidente) de los empresarios chinos, de otro, han llevado a que, por ejemplo, los fundadores de tres de los gigantes tecnológicos de China entregaran cada uno de ellos, más de 2.000 millones de dólares en 2021 para ser destinadas al desarrollo, en una respuesta colectiva al llamado de la nación a la prosperidad común que llevó las donaciones a un nivel récord, según la Lista Filantrópica Hurun China 2022.
La lista registró 49 benefactores, cada uno de los cuales donó el equivalente a 14 millones de dólares desde abril de 2021 hasta finales de agosto, lo que llevó las donaciones totales a un récord de 10 mil millones de dólares, la mayor cantidad en 19 años.
Los 10 mayores filántropos de China, en la lista Hurun de ricos, donó el 6,3% de su riqueza total, o sea alrededor de 8.700 millones de dólares, respondiendo al llamado del presidente Xi Jinping a la “prosperidad común” del país.
En este sentido, la «prosperidad común» es un concepto aspiracional dirigido a reducir la brecha entre los ultra ricos de China y los pobres rurales bajo el concepto de que la riqueza debe ser compartida por todos, tanto en términos materiales como culturales, no se trata de la prosperidad para unos pocos ni una distribución igualitaria. Es un objetivo de largo plazo que debe ir avanzando paso a paso, según el ritmo, los intereses y las necesidades de China.
Así, este año se produjo un descenso del 11% respecto del anterior (el mayor registrado en 24 años) en el número de multimillonarios en China. Además, su riqueza global también cayó un 18% impactados por políticas gubernamentales de control de la riqueza y por la estricta política de cero Covid19 aplicada por el gobierno, que puso el énfasis en la salud de los ciudadanos aunque impactara fuertemente en la producción y las cadenas de suministro.
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