Así bautiza un teórico europeo la política de EEUU. No sorprende la osadía. Los europeos rara vez aciertan en esos temas. Acostumbrados a invadir, ignoran lo que es ser invadido. Ningún imperialismo es democrático. La esencia del imperialismo descansa en el atropello, la negación de los derechos del otro. Lo suyo es avasallar. Usar la […]
Así bautiza un teórico europeo la política de EEUU. No sorprende la osadía. Los europeos rara vez aciertan en esos temas. Acostumbrados a invadir, ignoran lo que es ser invadido.
Ningún imperialismo es democrático. La esencia del imperialismo descansa en el atropello, la negación de los derechos del otro. Lo suyo es avasallar. Usar la violencia en su beneficio.
La democracia es respeto al otro. Limitar la fuerza propia por creer en la fuerza superior del Derecho. Aunque no guste. Aunque implique renunciar a algo que por la fuerza tendríamos.
De ahí el papanatismo. Creer que el imperialismo brutal de EEUU reposa en un sistema de valores democráticos. Confunden la propaganda imperialista con los objetivos colonialistas.
Los imperios invaden países con el propósito de saquear sus riquezas. Alcanzar posiciones estratégicas. Asegurarse el control de áreas relevantes. Nunca en beneficio de los invadidos.
Éstos pagan siempre costos elevados. Pierden su independencia. Se ven privados de bienes y riquezas. Deben aceptar la afrenta. Soportar que soldados extranjeros les maten y apresen.
Sufrir gobiernos impuestos, presidentes espurios. Tiranías revestidas de democracia. Se las conoce en Latinoamérica. Tan democráticas como eran los Somoza, Pinochet, Videla…