Israel y Marruecos son dos Estados cimentados sobre la impunidad, el atropello y sobre todo con el sustento y apoyo incondicional, irracional e injustificado del llamado mundo occidental.
Aunque los llamados especialistas datan la amistad entre Israel Y Marruecos hace unos dos años cuando Trump un día se levantó borracho y escribió un tuit mediante el cual reconocía la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental, como si eso fuese algo posible y las soberanías de los territorios se regalaran como una degustación en un mercado, sin embargo la realidad dista y mucho de lo que dicen los «expertos».
La amistad entre el régimen marroquí y el Estado sionista de Israel data, prácticamente, desde la misma fundación del Estado hebreo. El hecho fue confirmado y corroborado por los papeles secretos desclasificados por el propio Estado judío y por la CIA.
Los verdaderos expertos no se sorprendieron cuando hace muy pocos años esos papeles secretos desvelaron que el Rey Hassan II era un confidente del MOSAD y grababa las reuniones de la Liga Árabe y las pasaba a los servicios secretos israelíes, especialmente lo referido a la Guerra de los Seis Días.
Otro detalle que confirmó esa profunda amistad que tiene más de 60 años es la participación activa de Israel en la guerra del Sáhara Occidental contra el ejército saharaui durante los años setenta y ochenta. Israel y Marruecos son amigos en la violación del derecho y la justicia internacional. Israel lleva más de 70 años violentando los derechos de los palestinos y Marruecos 48 años atropellando los mismos derecho pero del pueblo saharaui, lo que significa que los dos Estados llevan medio siglo actuando conjuntamente y coordinados en su política de impunidad y arbitrariedad, contando con el apoyo y beneplácito de las principales potencias occidentales.
Los llamados expertos deberán corregir su versión y aceptar que la amistad del Majzen y el sionismo no nació con el tuit extemporáneo de Trump ni con los Acuerdos de Abraham. Dicha amistad tiene un largo historial de abusos y violaciones compartidos por ambos Estados, que los han convertido en los dos Estados que más han vulnerado las resoluciones de la comunidad internacional.
Marruecos e Israel, Israel y Marruecos, tanto monta monta tanto, aunque llevan más de medio siglo quebrantando las leyes y normas internacionales, tampoco han conseguido sus objetivos de anular la voluntad y los derechos sobradamente reconocidos de los pueblos saharaui y palestino. Es por ello que en los últimos años Marruecos e Israel han pasado a practicar otras tácticas para legitimar lo que no han podido lograr a base de la aplicación del derecho internacional. Con la complicidad de potencias occidentales, especialmente Francia y Estados Unidos, se han lanzado a la carrera de la compra de voluntades individuales y de países sumergidos en guerras y conflictos sociales y económicos. Es decir, mediante cambalaches, prebendas, ayudas, pronunciamientos, retiradas de X listas, favores, etc.
De aquí nace, el salto mortal hacia adelante, que ambos países pretenden imponer como sustituto del derecho internacional y las cartas fundacionales de las Naciones Unidas: el reconocimiento individual de países a su supuesta y pretendida soberanía sobre los territorios palestinos y del Sáhara Occidental. Todo el mundo asistió impertérrito a la apertura de embajada y consulados en Jerusalén, el Aaiún y Dajla como paso previo al falaz reconocimiento de su soberanía sobre estos territorios.
Después de más de medio siglo intentando convencer al mundo a base de la fuerza militar y no conseguirlo, han optado por la política de los hechos consumados a base de trapicheos y negocios con caciques, dictadores y personajes de toda calaña. Estos dos regímenes residuales del apartheid, intentan confundir y dividir a la comunidad internacional con su malabarismo farsante presentando a ciertos países, en su mayoría estados fallidos o potencias protectoras y amigas, como los garantes de su falsa soberanía y con ello pretenden legitimar la ocupación militar e ilegal que practican sobre estos territorios.
Aunque Marruecos e Israel lleven más de 70 años de amistad, basada en perpetuar la injusticia, aún hoy siguen sin fiarse del todo el uno del otro. Desde hace dos años asistimos a su enésimo regateo para el intercambio de favores ilícitos: tu abres una embajada, yo reconozco tu soberanía, tu organizas tal evento, yo hago tal pronunciamiento, etc. Y así siguen sumidos en arduas negociaciones estériles cuyo único fin es prolongar la violación de los derechos de los pueblo saharaui y palestino.
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