La próxima sesión del Foro Social Mundial (FSM) se realizará dentro de apenas dos meses en la capital de Kenia. Será la primera vez que una ciudad africana sea su único anfitrión. Este país de África oriental también alberga a Kibera, el mayor asentamiento irregular de viviendas del continente, por lo que podría argumentarse que […]
La próxima sesión del Foro Social Mundial (FSM) se realizará dentro de apenas dos meses en la capital de Kenia. Será la primera vez que una ciudad africana sea su único anfitrión.
Este país de África oriental también alberga a Kibera, el mayor asentamiento irregular de viviendas del continente, por lo que podría argumentarse que no hay lugar más apropiado para realizar el Foro.
¿Qué otro país sería mejor para estar cerca de una de las comunidades más afectadas por las enfermedades sociales a las que el Foro aspira a combatir?
En Kibera, que se extiende al sudoccidente de Nairobi, algunos todavía ven los preparativos para el FSM del año que viene con ambivalencia.
En una reciente reunión con miembros del secretariado del foro en Nairobi, alrededor de 100 residentes de Kibera acusaron a organizaciones no gubernamentales de asistir al asentamiento simplemente para ganar credibilidad y recaudar fondos.
Estos agrupamientos no aportaron ninguna mejora significativa para las vidas de las personas que habitan el tugurio, dijeron.
Algunos alegan que, a veces, incluso organizaciones no gubernamentales establecidas hacen más daño que beneficio, impidiendo efectivamente que miembros de la comunidad tengan una voz en reuniones como el FSM.
«Las comunidades son las afectadas por la pobreza, el VIH/sida y el desempleo. Pero nosotros raramente oímos las voces de estas personas. En cambio, son las organizaciones no gubernamentales establecidas las que hablan por ellas», dijo a IPS Salim Mohammed, coordinador de programas para Carolina por Kibera, una organización juvenil de Estados Unidos.
«Las comunidades no son tan naif como para no poder hablar sobre sus problemas. Ellas saben dónde les duele y cómo quieren que sea abordada su situación. ¿Pueden las organizaciones no gubernamentales dejar de usar los problemas de los pobres para enriquecerse a sí mismas? ¿Podemos ver que a las comunidades se les escapó una chance de expresarse a sí mismas en reuniones como el FSM?», preguntó.
Liderados por el activista Cosmas Musyoka, los residentes presionaron en la reunión del secretariado para que se realice una reunión en Kibera simultáneamente al Foro Social Mundial, denominada Foro Social de Kibera.
Una preocupación clave es el de la propiedad de la tierra en asentamientos informales, que alimentó las tensiones entre los habitantes de tugurios, hacendados y autoridades.
El gobierno alega que los asentamientos en tierras públicas fueron construidos ilegalmente y deben ser desalojados.
Pero habitantes de estas comunidades, algunos de los cuales no conocen otro hogar, sienten que merecen ser propietarios de la tierra y han resistido los intentos de desalojo.
Las viviendas de los tugurios construidas en tierra privada demostraron ser igualmente polémicas. La violencia estalló entre los propietarios de esas casas y los dueños de la tierra.
«En los asentamientos irregulares nadie tiene asegurada la tierra en la que vive. Por esta razón es difícil hacer que la gente se preocupe por el ambiente», dijo Mohammed.
«¿Cómo puede preocuparse la gente si no tiene un espacio que cuidar? Si se aborda la cuestión de la propiedad de la tierra, entonces todo lo demás llegará suavemente», agregó.
Para Helen Moraa, una viuda con cuatro hijos, el VIH/sida constituye un asunto igualmente grave.
«El FSM necesita venir aquí y ver por sí mismo el sufrimiento de las personas seropositivas. Se espera que comamos bien para prolongar nuestras vidas y atender a nuestros hijos. Pero eso es difícil porque no hay dinero para comprar alimento. Incluso conseguir una comida diaria es un gran problema», dijo a IPS Moraa, ella misma portadora del virus que causa el sida.
«Nosotros no obtenemos apoyo del gobierno. Si el FSM puede ayudar, entonces tal vez veamos una diferencia», agregó Moraa, que pertenece al Grupo de Potenciación de Mujeres de Kibera.
Esta asociación reúne a 25 mujeres que viven con el virus del sida y que elaboran collares de cuentas para vender en hasta 14 dólares cada uno. Pero éste raramente es el caso, según Moraa.
Grace Akinyi, otra integrante de la organización –y también madre de cuatro hijos– todavía no sabía qué era el FSM cuando IPS la consultó.
«¿Qué es el FSM? ¿Es algo que me traerá medicinas?», preguntó. «Mi esposo también está enfermo, igual que mi hija mayor, de 18 años, junto con sus dos hijos. Ninguno de nosotros trabaja. El dueño de la tierra no quiere saber que estamos enfermos. Él espera su renta al final de cada mes».
«No podemos pagar las cuotas escolares para el resto de nuestros hijos, que andan por las calles», agregó Akinyi. «Además, ni siquiera podemos costear una simple comida y somos personas enfermas y medicadas. Los fármacos antirretrovirales a veces no son suficientes, porque no están disponibles en todos los centros».
Las cifras oficiales colocan la prevalencia de VIH entre adultos de Kenia en seis por ciento. Se calcula que actualmente unas 200.000 personas en el país necesitan medicamentos antirretrovirales para prolongar sus vidas. De ellos, solamente alrededor de 110.000 los reciben.
Kadara Yusuf, otra residente de Kibera, de 16 años, tampoco conoce el Foro Social Mundial.
«No sé nada sobre el FSM. Los que asisten a las reuniones internacionales conversan mucho, pero hacen muy poco», declaró a IPS.
«Se dijo mucho sobre Kibera, pero las condiciones de vida de sus habitantes fueron las mismas durante años. Esto muestra que al mundo no le importan los pobres. ¿Puede el FSM ser una reunión por la cual haya menos palabras y mucha acción?», preguntó.
Generalmente se informa que unas 700.000 personas viven en Kibera, una vasta extensión de chozas con paredes de barro y cloacas abiertas donde los célebres «retretes voladores» de Kenia aterrizan regularmente.
Se trata de bolsas de plástico en las que las personas que no tienen instalaciones sanitarias defecan y que luego arrojan lo más lejos posible.
Onyango Oloo, coordinador del Foro Social de Kenia –capítulo nacional del FSM– dijo que este organismo trabaja junto con los habitantes de Kibera para que sus preocupaciones sean puestas sobre la mesa en el FSM 2007.
Fundado como alternativa al Foro Económico Mundial, una reunión anual en la localidad suiza de Davos que atrae a la elite empresarial y política, el FSM se celebró por primera vez en la ciudad brasileña de Porto Alegre en 2001.
Reúne a una serie de grupos e individuos, principalmente de la sociedad civil, que se oponen a la globalización en sus actuales modalidades.
El FSM continuó celebrándose en Brasil hasta 2004, cuando se realizó en la costera ciudad india de Mumbai, para volver a Porto Alegre al año siguiente.
Este año el foro tuvo lugar en tres ciudades: Bamako (19 al 23 de enero), Caracas (24 al 29 de enero) y Karachi (24 al 29 de marzo), centro financiero de Pakistán.
Se espera que alrededor de 150.000 personas de todo el mundo asistan al FSM 2007 en Nairobi, según el comité organizador.