“El tiempo transcurrido desde la notificación de un conglomerado de casos de neumonía de origen desconocido hasta la declaración de una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional fue demasiado largo”, dijeron los expertos en un informe conocido este miércoles 12. El virus SARS-CoV-2 que ha infectado a 160 millones de personas y causado la […]
“El tiempo transcurrido desde la notificación de un conglomerado de casos de neumonía de origen desconocido hasta la declaración de una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional fue demasiado largo”, dijeron los expertos en un informe conocido este miércoles 12.
El virus SARS-CoV-2 que ha infectado a 160 millones de personas y causado la muerte a más de 3,3 millones, fue detectado en China a mediados de diciembre de 2019, y la OMS produjo su declaración de emergencia de importancia internacional el 30 de enero de 2020, recordó el panel de especialistas.
Además “febrero de 2020 fue un mes perdido en el que muchos más países podrían haber tomado medidas para contener la propagación del virus y prevenir la catástrofe sanitaria, social y económica mundial que todavía persiste”, indicó el informe divulgado en esta ciudad suiza sede de la OMS.
La pandemia “sigue siendo un desastre global y, lo que es peor aún, era un desastre evitable”, según el panel que encontró “eslabones débiles en todos los puntos de la cadena de prevención y respuesta”.
“La preparación fue inconsistente y con fondos insuficientes. El sistema de alerta era demasiado lento y demasiado modesto”
El panel de 13 especialistas fue dirigido por Helen Clark, ex primera ministra de Nueva Zelanda, y Ellen Johnson Sirleaf, expresidenta de Liberia.
Su informe indicó que los países variaron mucho en la aplicación de medidas de salud pública para mantener bajo control la propagación del virus. Unos buscaron contener la epidemia de forma agresiva e impulsar la eliminación, otros la supresión del virus, y algunos intentaron mitigar solo los peores impactos.
“Los países con ambición de contener agresivamente la propagación del virus, cuando y donde sea que ocurra, demostraron que es posible conseguirlo. Todos los países deberían aplicar las medidas de salud pública consistentemente y a la escala epidemiológica que la situación requiere”, afirmó el reporte.
Según los expertos la covid “es una señal de cuán vulnerable y frágil es nuestro mundo”, pues “el virus ha trastornado sociedades, puesto a la población mundial en grave peligro y ha expuesto profundas desigualdades”.
La pandemia está considerada la peor crisis combinada de salud y socioeconómica en la memoria viva del mundo, y los expertos la llaman “el Chernóbil del siglo XXI”, en alusión al accidente de la central nuclear de esa ciudad, entonces parte de la Unión Soviética, el 26 de abril de 1986, con una peligrosa liberación de lluvia radiactiva.
“La división y la desigualdad entre los países y dentro de ellos se han exacerbado, y el impacto ha sido severo para las personas que ya están marginadas y desfavorecidas”, asentó el informe.
Además “el sistema actual es claramente inadecuado para evitar que otro patógeno nuevo y altamente infeccioso, que podría surgir en cualquier momento, provoque otra pandemia”, según el grupo de expertos.
El texto subrayó que “el nuevo milenio ha visto los estragos que pueden causar las amenazas para la salud mundial como el síndrome respiratorio agudo severo, el ébola y el zika”, y la necesidad de producir cambios que protejan ante esas epidemias.
“Pero el cambio necesario no se produjo. Tan pronto como una amenaza para la salud o un brote mortal se desvanece de la memoria, la complacencia se acomoda, en un ciclo de pánico y negligencia. Este ciclo debe terminar”, dijeron los expertos.
Consideran que los gobernantes y jefes de organismos internacionales deben cambiar urgentemente la forma en que el mundo se prepara y responde a las amenazas para la salud mundial. “Si no es ahora, ¿entonces cuándo?”, se preguntan.
Piden establecer un consejo mundial sobre amenazas para la salud que mantenga el compromiso político con la preparación y la respuesta frente a pandemias.
También proponen un nuevo sistema mundial de vigilancia, que proporcione a la OMS autoridad para publicar información sobre brotes potencialmente pandémicos de forma inmediata, sin necesidad de más aprobaciones.
Deben aumentarse las contribuciones de los Estados miembros a la OMS, para que pueda desembolsar entre 5000 y 10 000 millones de dólares al año para financiar su capacidad de respuesta continua ante las amenazas de pandemias y, cuando se declare una, poder movilizar entre 50 000 y 100 000 millones de dólares.
En lo inmediato, los siete países más ricos deberían aportar 60 por ciento de los 19 000 millones de dólares que necesita el mecanismo multilateral acelerador de vacunas, pruebas diagnósticas y tratamientos ante la covid.
Los países desarrollados con suficientes reservas de vacunas deberían facilitar, a 92 países de ingresos bajos y medios con dificultad para adquirirlas, la obtención de 1000 millones de dosis anticovid antes de octubre de 2021.
Fuente: https://www.ipsnoticias.net/2021/05/la-catastrofe-la-covid-19-pudo-haberse-evitado/