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Hablan desde prisión los detenidos de la represión en Nepal

«La comunidad internacional debe respetar el proceso político nepalí»

Fuentes: Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión y Tlaxcala por Bárbara Maseda y revisado por Caty R.

A los Embajadores de los Estados miembros de la Unión Europea, Estados Unidos, India, China, y al Representante de Naciones Unidas.

23 de abril de 2006

Duwakot, Distrito de Bhaktapur,

Excelencias,

Nosotros, los detenidos de la sociedad civil confinados en el cuartel de la policía armada de Duwakot, creemos que vuestra respuesta acogedora al discurso del rey Gyanendra el pasado viernes, se debió a una percepción errónea de la realidad política nepalí y a una lectura también errónea del discurso mismo. Aunque seguramente obrando con la mejor de las intenciones, vuestra reacción ha retardado innecesariamente una transición pacífica en el país en una hora crítica, cuando millones de nepalíes están en las calles reclamando el retorno inmediato de la democracia. Esta muestra de solidaridad del pueblo, llevada a cabo masiva y pacíficamente a lo largo de todo el país y en el Valle de Katmandú, merece un respeto superior al concedido por parte de la comunidad internacional.

Si bien el discurso real significó ciertamente un retroceso por parte del rey y podría haber sido aceptable algún tiempo atrás, en el momento en cuestión estuvo lamentablemente fuera de lugar, tanto en el tono como en el fundamento. Por lo que se refiere al tono, el rey justificó su golpe de Estado del 1 de febrero de 2005, habló en defensa de las fuerzas de seguridad a pesar de su dudoso historial, no reconoció la necesidad de involucrar a los rebeldes maoístas e ignoró la increíble muestra del poder del pueblo en las calles, cuya demanda esencial es que la realeza sea abolida o despojada completamente del poder.

Respecto al fundamento, el rey ha hablado acerca de devolver el poder que había sido puesto bajo su «salvaguarda», cuando la realidad es que los hechos del 4 de octubre de 2002 y del 1 de febrero de 2005 fueron un evidente asidero político. El rey no es el custodio de la soberanía, que es inherente por naturaleza a las personas según la constitución de 1990 y no es potestad suya devolvérsela a los ciudadanos.

Más importante aún, aquéllos que simpatizaron con el discurso real parecen creer que el rey ha concedido inequívocamente la soberanía al pueblo nepalí. Ésta no es nuestra lectura. En ninguna sitio aparecen «soberano» o «soberanía» en el original nepalí, a diferencia de la traducción -al parecer elaborada en el palacio real-, donde hay referencias a la «fuente de autoridad soberana». En el original nepalí, el rey se refiere al » poder del Estado que quedará con el pueblo», en la parte donde se enumeran las condiciones de referencia para la formación del gobierno. Esta frase sólo está incluida de pasada y en absoluto el rey reconoce la soberanía como inherente al pueblo.

Según dos juristas, ambos forjadores de la Constitución de 1990, quienes están incluidos en nuestro grupo de Duwakot, «el poder estatal», por más esfuerzos de imaginación que hagamos, nunca se puede traducir como «autoridad soberana». Nosotros creemos que hay una especie de juego de prestidigitador del palacio real que intenta desorientar a las embajadas. En general, concluimos que el rey no está preparado para transferir el poder soberano.

Tal como están las cosas, lo que rey Gyanendra ha pedido a los partidos políticos es organizar un gobierno con «poder ejecutivo» pero sin autoridad legislativa. En contenido y forma este gobierno, bajo el vilipendiado Artículo 127 de la Constitución, tendría la misma autoridad que la concedida a los gobiernos tres veces constituidos e igual número de veces disueltos por el rey entre octubre de 2002 y febrero de 2005. El gobierno sería un ejecutivo bajo las órdenes del rey, destinado a asumir la responsabilidad por los excesos cometidos bajo el mandato real directo. Tendría sólo poder sobre la administración diaria, sin autoridad para deshacer las ordenanzas, compromisos y otras acciones del rey durante su período de mandato activo. Dado que el ejecutivo actuaría sin el apoyo de una legislatura, el rey sería la autoridad de último recurso y conservaría el poder de destituir al primer ministro en funciones.

Teniendo en cuenta el historial del palacio real, sabemos que el gobierno que se formase encontraría dificultades a cada paso, porque la carta pretende seguir el públicamente anunciado «camino de la Alianza de los Siete Partidos para la paz y la democracia». Tampoco tendría este gobierno la autoridad ab initio para desafiar el actual papel del ejército y la militarización en marcha del Estado y la sociedad por parte del régimen real. Además, el discurso real busca mantener la relación de lealtad entre el rey y el ejército. Esto es algo muy distinto de lo que se necesita, un gobierno que trabaje bajo el mandato del Movimiento Popular y no bajo el del palacio real. En resumen, esta concesión a regañadientes del rey no va dirigida a los grandes problemas que reclaman resolución.

Recurrimos a vuestras excelencias para recordarles también las numerosas veces que el palacio real ha jugado con ustedes el juego de la decepción y para analizar si el rey Gyanendra, al conservar como jefe de gobierno todo los poderes que no corresponden a la legislatura, le permitirá a cualquier gobierno futuro actuar de manera independiente. Vuestra actitud parece ser «el rey ha concedido esto, tómenlo y hagan con ello lo que puedan.»

Desgraciadamente, ni los partidos políticos ni nosotros aquí en Duwakot, confiamos en que el palacio real no intervendrá en el funcionamiento del ejecutivo que se formaría. Esto sería congruente con la reputación histórica del palacio real, que ha maltratado al pueblo siempre que ha habido un movimiento hacia la genuina democracia.

Les pedimos que en las horas y días por venir, estén alerta sobre las maquinaciones de la realeza y que apoyen a los partidos políticos cuando desafíen al palacio real. Por nuestra parte, esperamos que los partidos políticos hagan un anuncio en pro del activismo y tomen la iniciativa. Se necesita de tal iniciativa para evitar la anarquía y el peligroso derrumbe de las estructuras estatales. Para esto, los partidos políticos deben declarar unilateralmente la restitución del Tercer Parlamento y/o declarar un gobierno paralelo. Después deberán consultar con los rebeldes maoístas que han expresado convincentemente su intención de entrar a la política abierta y anunciar elecciones a una asamblea constituyente incondicional. Esperamos que la comunidad internacional presente de inmediato su reconocimiento a una declaración unilateral, necesaria para evitar que Nepal se hunda en el abismo de uno u otro tipo de extremismo. En esta evolución no vemos otro papel para el rey Gyanendra que no sea el de espectador mudo.

Por favor Excelencias, dense cuenta de que este es el único camino hacia la estabilidad en Nepal, tan profundamente deseada tanto por las masas nepalíes como por la comunidad internacional. La comunidad internacional, que tan buena voluntad alberga para con el pueblo nepalí y que ha sido con su apoyo parte de la construcción y el desarrollo de nuestra nación durante más de cinco décadas, debe respetar la madurez de las negociaciones políticas nepalíes aceleradas por el estimulante Movimiento Popular actual. Por favor, Excelencias, noten también que la realeza no es indispensable para el mantenimiento de la nacionalidad nepalí y que de ahora en adelante, si va a continuar existiendo, tendrá que ser con el consentimiento de los veintiséis millones de habitantes nepalíes.

La última declaración del Secretario de Exteriores indio acerca del respeto de la voluntad del pueblo de Nepal, entendemos, es una rectificación al error evidente en la inicial nota de bienvenida del gobierno indio. La rectificación india, creemos, debe ser imitada por todos los demás actores internacionales que desean el bien del pueblo nepalí.

Atentamente,

Firmado por:

Anubhav Ajeet

Bimal Aryal

Laxman Prasad Aryal, ex Juez, Corte Suprema de Nepal

Ramesh Bhattarai

Kanak Mani Dixit, Editor de la revista Himal Southasian

Dr. Saroj Dhital

Daman Nath Dhungana, Ex-vocero de la Cámara de Representantes

Arjun Parajuli, poeta

Bhasker Gautam, Martin Chautari

Dr. Madhu Ghimire

Dr. Mahesh Maskey

Dr. Sarad Wanta

Dr. Bidur Osti

Dr. Bharat Pradhan

Charan Prasai, Presidente de la Organización de Derechos Humanos de Nepal

Padma Ratna Tuladhar, ex-ministro y líder de Derechos Humanos

Malla K. Sunder

Rupak Adhikari

Bárbara Maseda es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala (www.tlaxcala.es), la red de traductores por la diversidad lingüística. Caty R. es miembro del colectivo de traductores de Rebelión. Esta traducción es copyleft.