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El reto del continente vecino

La construcción periodística del continente africano

Fuentes: Revista Pueblos

«Promote 2008: un encuentro de talentos en la diversidad», «In Koli Jean Bofane: cuando las matemáticas hacen la política». Dos titulares de Afrik.com publicados el 5 de enero de 2009. Un mes antes en España leíamos los siguientes titulares: «El número de muertos por el cólera en Zimbabue alcanza ya los 565», ABC, 3 de […]

«Promote 2008: un encuentro de talentos en la diversidad», «In Koli Jean Bofane: cuando las matemáticas hacen la política». Dos titulares de Afrik.com publicados el 5 de enero de 2009. Un mes antes en España leíamos los siguientes titulares: «El número de muertos por el cólera en Zimbabue alcanza ya los 565», ABC, 3 de diciembre de 2008. «Zimbabue se desmorona por el cólera», «La ONU prueba que Ruanda instiga la guerra en Congo». El País, 15 de diciembre de 2008.

África es el continente más cercano a España, sin embargo, sabemos poco de él. «De África se habla de la guerra o de las grandes catástrofes. Y luego pasa el momento de la noticia y África queda en lo anecdótico: que hay leones, que hay elefantes, que son muy pobres, pero nada más, no hay más información», afirma el misionero José Aguilar en Voces contra la globalización (vídeo disponible en la web). Juan Carlos Chambo, comunicador social que trabaja como realizador en una televisión educativa de Colombia, comparte la misma idea en el debate planteado en la web de «Otro mundo es posible»: «De África nunca escuchamos noticias, sólo se ha visto en canales internacionales sobre las selvas y desiertos, donde van a grabar sus animales salvajes y montar productos audiovisuales con esa fauna.»

Los periodistas, por no entrar en contradicción con las rutinas tan aceleradas de trabajo, dan prioridad a la información de conflictos y catástrofes, entrando en contradicción con su moralidad como persona.

El resultado es visible: un escaparate de exotismo combinado con miseria. Los africanos se reducen a cifras de muertos y el paisaje a víctima de desastres naturales. Mª del Mar, voluntaria de «Madre Coraje» en Sevilla, considera que el problema está en que «cuando África aparece en el escenario informativo, su imagen se encuentra sesgada, esteriotipada, lo cual no conduce a una <"construcción real" del continente." Así lo corrobora Lola López Enamorado, quien es directora del Instituto Cervantes de Marrakech y, tras vivir allí casi un año, se ha dado cuenta de que tenemos una visión muy sesgada de los países del Magreb. "La información está llena de tópicos, en los que predominan imágenes de mujeres marginadas, niños analfabetos, y, en general, de países con condiciones sociales, económicas y culturales muy por debajo de la realidad".

Los titulares de El País y ABC citados anteriormente no son más que un ejemplo de esta práctica constante. En el titular «El número de muertos por el cólera en Zimbabwe alcanza ya los 565» destaca la reducción del suceso a cifras. En el cuerpo de la noticia no aparece contextualización alguna, ni antecedentes, ni causas. Sólo datos. Muchos son los que coinciden en que éste no es el enfoque más adecuado. Además de la «rapidez de los tiempos», que afecta directamente al modo de hacer periodismo, existen otros motivos que explican esta descontextualización. Belén Cuadrado, responsable de la revista Pueblos en Sevilla y especialista en África, explica: «cuando llegas a un conflicto hoy, no podemos entenderlo como un conflicto racial, sino como un conflicto que tiene sus raíces en el modelo colonial que nosotros exportamos. Esto parece que no interesa verlo aquí en Europa. Los medios de comunicación han ayudado mucho a dar esta imagen del África salvaje, se han puesto del lado de la colonización. Se ha creado esa imagen de África como el continente negro, oscuro, del que no se sabe nada.» Belén Cuadrado vivió y trabajó más de tres años en África, concretamente, en Tanzania, Mozambique y Guinea Bissau. Desde entonces, dice que tiene una relación especial con África. Está convencida de que detrás de lo que recibimos hay mucho más: nuestra propia historia. «Nuestro desarrollo está basado en el subdesarrollo de ellos -comenta-, en el Neoliberalismo ellos nos hacen falta. Por mucho que quieran los países de África, voten lo que voten, siempre les va a desfavorecer. Tenemos que romper esas reglas del juego.»

El tipo de noticias que producen los periodistas son «destructivas para el propio continente: catástrofes, casi siempre relacionadas con el fatalismo; guerras, casi nunca vinculadas a la economía mundial sino justificadas por conflictos internos; y hambre, desligada siempre de nuestra forma de vida occidental», declara la voluntaria de «Madre Coraje». Los periódicos rara vez dedican espacio a temas sobre cooperación, lucha contra la pobreza y ONG. Se limitan a dar datos de forma descontextualizada.

Olivia Francisa NKE, 19 años, estudiante de Estrasburgo, llegó a Francia con 14 años porque a su madre le dieron un trabajo allí. Su país de origen es Camerún. Se siente muy vinculada tanto a Camerún como a Francia. Observa una «descripción bastante negativa del continente africano desde el punto de vista de los medios.» Y recuerda que «aunque sea un continente pobre, también es un lugar rico, lleno de recursos y materias primas y cuyos habitantes son acogedores, hospitalarios, simpáticos y cariñosos.»

Por otra parte, no recibimos noticias de eventos culturales africanos, ni de los movimientos sociales protagonizados por las mujeres en las luchas por la igualdad y los derechos humanos. Tal vez habría que replantearse esos valoresnoticia que condicionan las redacciones de los periódicos y preguntarse si la información de la vida cotidiana no sería más eficaz en este intento -si es que se intenta- de arrojar luz sobre el continente. Cultura ancestral, sabiduría de medicina alternativa, poesía africana, pintura, tribus… Y lo que más le llamó la atención a Belén durante su estancia en África: «cada africano habla cuatro o cinco lenguas».

 
 

En definitiva, no se suele recibir nada que tenga que ver con progreso y desarrollo. Los periódicos parecen haber olvidado su dimensión social y educativa, que podría contribuir al desarrollo de determinados países desde la información. «Hoy la información se considera esencialmente una mercancía. No es un discurso que tenga la vocación ética de educar o de informar al ciudadano en el buen sentido de la palabra», decía Ignacio Ramonet en el libro Por otra comunicación. Así también lo cree Danny Odis, nigeriano de 35 años, residente en Sevilla desde hace ya dos años. Según este joven, «cada cultura tiene una mentalidad distinta. En los medios se deberían incorporar programas que enseñen a vivir y a cómo comportarse a los más jóvenes.» Añade además que «en la Biblia se encuentran esos valores que han de aplicarse a la vida» y que «es escuchando como cambiamos de mentalidad, de ahí la importancia de la interacción con la gente». Resulta difícil construir una imagen positiva de África a partir de los medios de comunicación, aunque Odis está convencido de que «la gente habla bien de África» y que a él todos le han tratado muy bien.

A la homogeneidad de los temas de las noticias se le suma un tratamiento inadecuado de los términos. En primer lugar, porque se cometen multitud de errores terminológicos en ese afán por ser políticamente correctos. Tal es el caso de «subsahariano», asociado erróneamente a cualquier africano, sea del norte o del sur. Mª Mar cita otro error muy frecuente: «La confusión y ampliación de términos como ‘árabe’, en lugar de ‘musulmán’ o ‘islámico’. Natalia escribe, desde Colombia en la web de «Otro mundo posible», que «generalmente a los negros y negras se les dice ‘negritos’ ‘morenos’, como si la palabra ‘negro’ o ‘negra’ incluyera hostilidad o rechazo.»

Francisco José Medina Paz, psicólogo director de la Oficina de Cooperación al Desarrollo en la Universidad de Sevilla, se refiere a estos errores de una forma más global. Como psicólogo, percibe que «en las noticias no encontramos personas, sino estereotipos. Los fenómenos se generalizan y se crean distintos mecanismos psicológicos que provocan asociaciones mentales e ideas equivocadas. Uno de ellos es la ‘correlación ilusoria’. Esto es, si en un lugar, un determinado colectivo provoca algo, un delito, por ejemplo, se asociará ese lugar con los delitos, aun tratándose de algo puntual, por falta de datos. Otro tiene que ver con el bucle que se crea cuando una mayoría tiene determinadas características que se repiten frente a otro grupo. Difícilmente se romperá ese bucle en el que, al encontrar dicha característica, se asocia directamente a la mayoría que suele tenerla, de nuevo por esa generalización tan frecuente». Por desconocimiento o poca prudencia, estas situaciones se dan con frecuencia en los medios, creando una imagen difícilmente derrumbable.

Tampoco las fuentes consultadas propician la construcción de un África más heterogénea y con parámetros de funcionamiento distintos a los europeos. La Agencia Reuter es una de las pocas agencias con sede en África que provee de información a todo el mundo. La presencia de fuentes es escasa y poco variada. Rara vez se acude a ONGD, asociaciones y agentes que tengan una relación más directa, de ahí la falta de profundidad de las noticias, sin antecedentes ni causas. Esta tarea debe ser algo mutuo, dado que a veces, existe reticencia por parte de las asociaciones a colaborar con los medios, temerarias de que se tergiverse o haga un mal uso de la información. Conforme éstas aparezcan en los medios, la credibilidad de los contenidos irá en aumento. «Lo que otorga fiabilidad a un artículo o noticia es la diversidad de fuentes, que tú compruebes que la información ha sido contrastada. Para mí, fuentes fiables son organismos, profesores relacionados con temas de cooperación, la Universidad, centros de investigación también en ámbitos de desarrollo… Y no es frecuente encontrarlas en los medios, al menos en los que yo consulto más a menudo», argumenta Francisco José Medina.

 
 

Éste es uno de los proyectos en los que Pueblos está trabajando actualmente en Sevilla: convertirse en una especie de agencia «para intentar que en los medios de comunicación locales salgan noticias de África hechas por medios alternativos y por africanos, mediante la red que se va a crear con África», adelanta Belén Cuadrado. ¿Qué se ofrecerá? Principalmente esa contextualización: ¿Quién ha generando la noticia? ¿Qué hay detrás de ella? ¿Con qué razones? ¿Qué vamos buscando? Este «trabajo en red» es una de las claves del funcionamiento de Paz con Dignidad (1995), la asociación de la que nació Pueblos (2003-2004) y que han hecho un consorcio con CIC-BATÁ (Centro de Iniciativas para la Cooperación), que aporta la experiencia en audiovisuales, y Andalucía Acoge, especialista en inmigración. Además, lo han dejado abierto a todo aquel que se quiera unir. El objetivo, cuenta la responsable de Pueblos, es «aunar esfuerzos y romper la competitividad entre las ONG para plantarle cara al Neoliberalismo».

Es interesante la reflexión que hace Francisco José Medina acerca del reflejo de los emigrantes en los medios: «Cuando uno viaja fuera y lee prensa internacional que trate de España, se da cuenta de los errores que se cometen por falta de formación, seguramente. Entonces se da uno cuenta de que aquí muy probablemente estemos haciendo lo mismo y la información no refleje la verdadera realidad de otros países. Por tanto, difícilmente los emigrantes se sentirán reflejados en los medios».

«Yo, personalmente, no me siento identificada con la descripción que hacen los medios occidentales sobre África. En mi país de origen, Camerún, no se sufre hambre, no tenemos problemas de salud. Es cierto que el nivel de vida es inferior al de Francia, pero en mi pueblecito, la gente es solidaria entre ella y se ayuda mutuamente», cuenta Olivia Francisca NKE, la joven estudiante de Estrasburgo nacida en Camerún.

 
 

Diversas son las causas con las que se justifica este proceder: la supuesta falta de espacio, la ausencia de interés, el mercado del sector informativo, la falta de impacto de las noticias no excepcionales y las carencias de sensibilidad y formación de los profesionales de los medios sobre estos temas. Sin duda, la responsabilidad social de todo medio de comunicación implica especialización y formación en las materias con las que se va a crear el producto comunicativo.

«Los medios -cuenta Olivia- necesitan adentrarse en la cultura africana, leyendo la prensa africana y no la occidental, que tiene su propio punto de vista. Hay que consultar manuales de historia africanos y leer a autores africanos como Nelson Mandela, Almicar Cabral, Kwame N´Krumah, Léopold Sédar Senghor». Recomienda distintos medios del propio lugar en los que se puede acceder a una información sin la frecuente mirada occidental: afrik.com, la revista jeune afrique.com, radio Afrique nº1 y TV5 Afrique. Aún así, «Internet es sin duda el medio ideal para leer la prensa africana en Europa», explica que sigue la actualidad de Camerún en www.camerountribune.com. Sin embargo, confiesa que echa de menos novelistas de su país ajenos al mercado europeo, la música africana y sus músicos, como Manu Dibango, Richard Bona, etc.

En definitiva, es incuestionable la necesidad de formación. En esta era pujante de las nuevas tecnologías, no basta con manejar la técnica, sino aprovechar todo lo que ésta puede ofrecer y ser conscientes de la responsabilidad de todo acto comunicativo y objeto cultural.

 
 

Francisco José Medina, el psicólogo director de la Oficina de Cooperación al Desarrollo en la Universidad de Sevilla, insiste en esta carencia: «Hace falta formación especializada. Los periodistas tienen que informarse bien en temas de cooperación y desarrollo, historia… y lograr informar sin errores; porque puede herirse la sensibilidad de los receptores con el uso de algunos términos. Y esto sucede por desconocimiento». Por ello, este psicólogo propone la técnica del pre-test, que ya se usa en publicidad para comprobar la eficacia de un producto en su mercado potencial; sólo que aquí la finalidad es más bien la empatía y respeto. «Deberían hacerse chequeos de información antes de que ésta fuese publicada, con profesionales especialistas en la materia y consultando a los propios receptores de los cuales se está hablando». En este sentido, habla de los psicólogos como colectivo con «mucha competencia en este campo», ya que cuentan con un «bagaje en intervención y comunicación social muy amplio, fomentado desde la propia carrera.» ¿Qué competencia destaca de los psicólogos? «La capacidad de anticiparse a los efectos que ciertos términos e informaciones pueden causar». Esta facultad ya ha sido otorgada a los periodistas por distintos teóricos y analistas del discurso. La cuestión está en qué sentido se usa. Los periodistas han de tener el olfato suficiente como para adelantarse a las reacciones de los lectores. De esta manera se evitarían ciertas digresiones que no son intencionadas.

Si esta percepción es general, ¿por qué no se hace nada por cambiarlo? Algunos medios de comunicación alternativos han decidido no dejar estas reflexiones en el marco teórico. Tal es el caso de Pueblos, cuyo objetivo, nos cuenta Belén Cuadrado, es «arrojar un poco de luz e intentar dar una visión de la realidad a nivel de política internacional, pero sin cortapisa». Es decir, «mirar las cosas de forma diferente, y si es posible con la voz de África, porque el Neoliberalismo ha creado un sistema en el que África es siempre la perdedora». Por cierto, otro de los proyectos que se ha organizado desde la Asociación Paz con Dignidad ha sido una exposición de fotos de África bajo el título África, otras miradas. Este procedimiento de contrainformación tiene sus inconvenientes: la financiación. «Nosotros -declara Belén- nos definimos así: tenemos dos patas, una fuera del sistema y otra a la izquierda del sistema. Con lo cual nuestra supervivencia es bastante complicada». Sin embargo, parece que no son pocos los que apuestan por este tipo de iniciativas. Hasta ahora, han sobrevivido con subvenciones públicas y suscripciones. Pueblos es una revista trimestral, con un extraordinario número monotemático en verano, lo que permite analizar y documentarse con profundidad. Cuenta con fuentes propias de los lugares de origen. «Además, intentamos que no se haga de una manera eurocentrista, sino que sea la propia gente del sur la que haga los análisis. O también con historiadores del norte, pero sin ningún tipo de censura», explica Belén Cuadrado.

La idea que subyace a este planteamiento es la de volver a creer en los medios de comunicación como «cuarto poder». Los medios de comunicación pueden y deben contribuir al desarrollo, simplemente mediante la diversidad temática y con noticias y reportajes que recuperen la estructura tradicional: presentación, nudo, desenlace; en lugar de hacer una síntesis entre telegráfica y amarillista del desenlace. Por eso, añade Belén Cuadrado, en Pueblos intentamos ser muy críticos con nosotros mismos, con la comunicación y con la cooperación». Este análisis «a fondo» de los conflictos pretende cambiarlos desde la base. «La única manera de cambiar las cosas ha de venir desde abajo, con la sensibilización ciudadana y la comunicación. Y creando alianzas, que nosotros intentamos promover. Que se vaya allí y que se les conozca».

 
 

En este sentido, la Universidad de Sevilla, según el director de la Oficina de Cooperación al Desarrollo, Francisco José Medina, gestiona programas y proyectos de movilidad internacional que pretende ir a más. Se empezó con América Latina; pero últimamente se tiende a potenciar el ir a África, aunque no a todo el continente. Realizar o colaborar en un proyecto de cooperación, con estancias más o menos cortas dependiendo del tipo de proyecto; crear un gabinete de comunicación encargado de hacer llegar estas informaciones al boletín de la universidad…, son algunas de las medidas para la cooperación y desarrollo que ya se están poniendo en marcha. Además, se está planteando la posibilidad de crear un blog para que se envíen crónicas de lo que se está haciendo in situ y se de cierta difusión a estos proyectos. Es más, se están haciendo gestiones para que estos trabajos se convaliden por proyectos fin de carrera o de másteres.

Pueblos trabaja en directa coordinación con la ONG 7a/ Maarewe de Senegal en algunos proyectos. Pueblos trabaja en directa coordinación con la ONG 7a/ Maarewe de Senegal en algunos proyectos. Uno de los más recientes es un documental sobre inmigración desde el punto de vista de Senegal. En este momento, se está trabajando sobre un tema muy delicado, propuesto por las propias investigadoras senegalesas: La ablación femenina. En el momento en que se empiecen a escuchar estas otras voces, cambiará no solo el modelo de comunicación, sino la visión del mundo. «Quien tiene la información, tiene el poder», declara Belén Cuadrado. De ahí la importancia de la producción propia.

En Internet, cada vez son más las páginas webs africanas que empieza a difundir su propia información: afrik.com, allafrica.com, telquel-online.com, etc. El 4 de noviembre de 2008, por ejemplo, «allafrica.com» publicaba una noticia relevante al respecto: «Africa: Media Leaders Call For New Blueprints» («Africa: Los líderes mediáticos reclaman nuevos proyectos.»). En ella se habla de la celebración del Foro Africano de los Líderes Mediáticos en Dakar (Senegal). El mensaje de Nduka Obaigbena, director del periódico THISDAY de Nigeria, fue la apelación a la necesidad de los medios de «patrocinadores e inversores, no donantes… Aquí nadie está rogando nada.» Asimismo añadió que «hasta que los publicistas no mejoren ni impulsen la capacidad de su periodismo, no ganarán el respeto que necesitan para atraer a más lectores y en consecuencia, a más agencias publicitarias». El objetivo de esta nueva forma de hacer periodismo es «contar la historia africana de un modo africano, en lugar de confiar en las noticias configuradas por Occidente». Para ello hace falta la educar a «una nueva generación de políticos» en la necesidad de medios libres. Danny Odis confiesa que «nunca creyó en los medios de Nigeria, sólo al 40%», por las influencias a las que estaban sometidos. Hacen falta iniciativas y sin duda, ya están apareciendo. Tiene mucha razón Danny al afirmar que «mientras existan intermediarios, el problema no se solucionará». El 29 de diciembre de 2008 afrik.com publicó Africaura: l´Afrique vue par les Africains (Africaura: África vista por los africanos). Esta noticia habla de «cómo poner las imágenes al servicio del desarrollo del continente africano». Africaura es una serie de televisión que pretende fomentar la estima del continente. «Los africanos tienen que aprender a producir las imágenes que tienen de ellos mismos, y proteger una imagen positiva de ellos mismo, en lugar de dejárselo a los otros, que tienen una visión caricaturizada del continente», declara Joseph Dandjie, cámara y realizador desde 1986 en la CRTV, la radio y televisión de Camerún. Añade además que «los africanos necesitan ver a una África que camine, que funcione y avance, porque cuando la comparan con los demás continentes, por Internet principalmente, ven progreso por todas partes, salvo en África.» No obstante, se está negociando con la embajada de EEUU enCamerún para que la serie se difunda también en Estados Unidos.

Los dos titulares con los que empieza este reportaje, «Promote 2008: un encuentro de talentos en la diversidad», e «In Koli Jean Bofane: cuando las matemáticas hacen la política», fueron también publicados por Afrik.com. El primero informa de la tercera edición del Salón Internacional de la Entreprise Promote (Promoción empresarial) celebrado en Camerún, un encuentro de mil empresas pertenecientes a treinta países africanos, que tuvo un millón de visitantes. El segundo es una entrevista al autor de la novela Mathématique congolaise, In Koli Jean Bofan, nacido en 1954 en Mdandaka (República Democrática del Congo), exiliado desde 1993 en Bélgica por escribir sátiras y reportajes periodísticos comprometidos. Dos ejemplos del tipo de noticias que no se hacen aquí.

 
 

No obstante, los distintos proyectos que hemos ido conociendo hacen pensar que la tendencia está cambiando. Este tipo de información, menos homogénea, ya encuentra su espacio en otros tipos de medios de comunicación no tan alternativos: suplementos, o en las ediciones dominicales. Como el reportaje sobre la República de Sudáfrica, con motivo de la publicación de Un arcoiris en la noche de Dominique Lapierre; o «La mirada partida de África», noticia sobre el fotógrafo surafricano Steve Bloom, publicada en «El Viajero habitual» (El País, 18.10.2008).

Todos podemos contribuir al desarrollo de África, empezando por frenar esa tendencia a reducir un continente formado por casi mil millones de habitantes de distintos países y culturas. Porque, como dice Ignacio Ramonet en Por otra comunicación, «cada vez más categorías sociales se sienten insatisfechas con el discurso enfatizador de los medios dominantes y exigen ser tratadas como adultas capaces de conocer la verdad». Sin embargo, el que también es presidente del Observatorio Internacional de los Medios de Comunicación declara que «la dificultad está en construir un discurso de contrainformación que presente también características de seducción (…) sin ser un discurso de pura retórica, artificial». Por tanto, ha de producirse una reconsideración de la propia concepción del periodismo como «educador de responsabilidad social», noción que hoy más que nunca hay que aplicar y recuperar en las prácticas comunicativas.

Estrella Sendra es periodista y colaboradora de Pueblos.

Fuente: http://www.revistapueblos.org/spip.php?article1671