Sostenibilidad, estabilidad y seguridad son tres elementos que se superponen y preocupan cada vez más, y en especial en África, donde la degradación del suelo desarraiga a muchas personas y destruye medios de vida. Ministros africanos y funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se reunieron en la sede del foro mundial en […]
Sostenibilidad, estabilidad y seguridad son tres elementos que se superponen y preocupan cada vez más, y en especial en África, donde la degradación del suelo desarraiga a muchas personas y destruye medios de vida.
Ministros africanos y funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se reunieron en la sede del foro mundial en el marco de la Iniciativa sobre Sostenibilidad, Estabilidad y Seguridad (3S), que busca atender la migración y la inestabilidad causada por la degradación del suelo en todo el continente.
«Tenemos que asumir nuestra responsabilidad», declaró el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Senegal, Mame Thierno Dieng. Ese país de África occidental fue uno de los que colaboró para lanzar la iniciativa 3S.
Entre sus objetivos, 3S espera estabilizar áreas «en riesgo» creando nuevos trabajos verdes para las comunidades más vulnerables con inversiones para la rehabilitación del suelo y su gestión sostenible.
Sin ese tipo de acciones, los peligros para esas comunidades son innegables.
Alrededor de 80 por ciento de la degradación del suelo ocurre por la agricultura. Desde 1950, 65 por ciento de los cultivos africanos, de los que dependen millones de personas, se vieron afectados por la minería, las malas prácticas agrícolas y la tala ilegal.
Mientras, se estima que unos 375 millones de jóvenes africanos ingresaran al mercado laboral en los próximos 15 años, de los cuales 200 millones vivirán en áreas rurales.
Como la agricultura concentra 80 por ciento del empleo, los jóvenes quedarán sin un ambiente saludable para sobrevivir.
Según la iniciativa 3S, esa situación puede generar conflictos por recursos naturales, inestabilidad por la falta de oportunidades para generar ingresos, y mayor exposición a grupos extremistas.
Ghana, conocido por sus selvas y campos de cacao, ya viven esa situación.
Alrededor de 35 por ciento de las tierras de ese país de África occidental están en riesgo por la desertificación, en especial en el norte, donde la degradación del suelo y el cambio climático exacerban la pobreza.
Las tierras cultivables otrora fértiles en el norte de Ghana ahora ya no son productivas, lo que impactó en los ingresos, mientras las fuentes de agua se secan por las sequías prolongadas.
Esas pérdidas obligaron a la población del norte a emigrar al sur, donde viven en condiciones «altamente deplorables», indicó la viceministra de Ambiente, Ciencia y Tecnología de Ghana, Patricia Appiagyei, en entrevista con IPS.
«Ya era hora de que encontráramos formas de asegurarnos de neutralizar la elevada degradación», observó.
«3S es una iniciativa que nos tiene muy entusiasmados, y creemos que tenemos que unirnos para atender esos asuntos porque la degradación del suelo y la desertificación no solo afectan la tierra, sino también el agua, la energía, la canasta de alimentos y el sustento de las personas que viven en esas comunidades», explicó Appiagyei.
Ghana comenzó a invertir en el desarrollo agrícola en el norte, pero los conflictos comienzan a escalar entre agricultores y pastores que pierden tierras de pastoreo.
Por su parte, Gambia tiene problemas similares, con casi 80 por ciento de sus bosques degradados, además de la rápida disminución de la productividad.
Como 64 por ciento de la población son jóvenes, los gambianos se vieron obligados a mudarse a áreas urbanas o a emigrar en busca de pasturas más verdes.
Pero muchos también regresan, lo que se está tornando un desafío adicional, declaró el ministro de Ambiente, Climático y Recursos Naturales, Lamin Dibba, a IPS.
«Hubo un mes en que regresaron 400 personas del extranjero. Es muy preocupante porque cuando se quedan mucho tiempo sin ningún sistema de apoyo, se pueden generar desórdenes», apuntó.
Para evitar la inestabilidad, Gambia espera crear 25.000 puestos de trabajo verdes para los jóvenes en sus comunidades, así como para los expatriados que regresan, en los sectores de agricultura, turismo y conservación.
Para ello, la educación es un elemento fundamental, coincidieron Appiagyei y Dibba.
«Tenemos que llegar a las comunidades y explicarles qué es el cambio climático, cuáles son las causas, cuáles son los posibles impactos; por eso lo llamamos integrados, queremos ver todos los aspectos del sustento de la gente», explicó Dibba.
Con apoyo de la Gran Muralla Verde, Gambia implementa un proyecto de educación para apuntar a las escuelas con ese tema y con métodos para recuperación del suelo.
Appiagyei señaló la importancia de incluir a agricultores, en especial mujeres, en esas iniciativas a través de la educación en prácticas agrícolas y nuevas tecnologías.
«Actualmente padecen las prácticas agrícolas que utilizan, y el clima realmente no ayuda; tenemos que asegurarnos de que la gente tenga trabajo en sus comunidades y entornos. Queremos que se queden en sus granjas y cultiven», remarcó.
Ghana considera levantar una prohibición sobre la pequeña minería, que impactó grandes porciones de bosques y cuerpos de agua, pero Appiagyei dijo a IPS que primero está la gestión sostenible del suelo.
«Pensamos levantar la prohibición, pero no hasta que podamos mejorar las prácticas de gestión del suelo y aplicar la legislación correcta. No hasta que estemos convencidos de que tenemos las medidas correctas para contener las actividades mineras ilegales de pequeñas escala», explicó.
Pero nada de esto será posible sin reuniones ni apoyo a escala internacional.
«Queremos asegurarnos de que esos proyectos se hagan realidad», indicó Dibba.
Traducción: Verónica Firme
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2018/08/la-degradacion-del-suelo-una-triple-amenaza-africa/