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Liberia

La elección de George Weah expresa la voluntad de cambio

Fuentes: Viento Sur

  Crédit Photo: DR. Liberia, país de África Occidental, tiene una historia singular que continúa marcando su vida política. Un contexto que permite comprender la reciente victoria en las elecciones presidenciales de un exfutbolista, George Weah, las esperanzas que suscita y los desafíos a los que está confrontado. Fundada por una sociedad filantrópica estadounidense a […]

 

Crédit Photo: DR.

Liberia, país de África Occidental, tiene una historia singular que continúa marcando su vida política. Un contexto que permite comprender la reciente victoria en las elecciones presidenciales de un exfutbolista, George Weah, las esperanzas que suscita y los desafíos a los que está confrontado.

Fundada por una sociedad filantrópica estadounidense a finales del siglo XIX con el objetivo de instalar los esclavos liberados, esos nuevos colonos, una vez instalados, acapararon el poder y se comportaron como dueños en relación a los autóctonos mayoritariamente mandingos. Organizaron el trabajo forzoso en beneficio de los grandes grupos industriales estadounidenses. Fue así como miles de liberianos y liberianas murieron trabajando en los campos de plantación de caucho en beneficio de Firestone. Hoy aún, lo esencial del país está controlado por los descendientes de los americano-liberianos que representan apenas el 5% de la población.

Victoria sin discusión

La elección de George Weah representa una esperanza para la población. En efecto, no forma parte de la casta dirigente. De origen kru, componente principal de la comunidad autóctona, nació en los barrios de chabolas de la capital Monrovia y sobrevivió, como tantos otros, con pequeños trabajos en la economía informal antes de convertirse en una estrella del fútbol profesional.

Su trayectoria personal explica en gran medida su resultado electoral del 61,5% de los votos y hace creíble para la población sus promesas de «trabajar por la gente más desfavorecida y por una transformación social del país» prometiendo en particular mejorar el acceso a la sanidad, y hacer la educación gratuita, pues este servicio se volvió de pago en 2016 debido a la política de liberalización que conoció el país. Reivindicación tanto más importante en la medida en que la gente adulta no pudo acceder a la escuela debido a la guerra civil y se considera, con razón, como una generación sacrificada. La gratuidad de la escuela significa permitir romper con el círculo de analfabetismo que corroe Liberia. La gran mayoría de la juventud ha sido sensible a la voluntad proclamada de George Weah de crear miles de empleos. Frente a él, Joseph Boakai, el vicepresidente, ha tenido como rémora el balance del gobierno saliente de Ellen Johnson Sirleaf. Realizando una política liberal, no ha hecho sino aumentar la pobreza: más del 64% de la población vive por debajo del umbral de pobreza y más de un tercio de la población está en la extrema pobreza.

No decepcionar a quienes le apoyan

Pero la alegría que se ha apoderado de la calle en cuanto se conocieron los resultados corre el riesgo de ser de corta duración. Tras decenios de saqueo por las multinacionales de este país de un subsuelo rico, una guerra civil de una quincena de años, la crisis sanitaria del Ébola y una política ultraliberal, el país está exhausto y la inflación galopante mina un poder de compra que no permite ya vivir decentemente.

Con excepción de Charles Taylor, que purga una pena de cincuenta años de prisión por crímenes contra la humanidad, ninguno de los jefes de guerra que actuaron de 1989 a 2003 ha tenido que rendir cuentas de sus actos. Peor aún: la mayor parte de ellos ocupan puestos electos. No es seguro que George Weah esté dispuesto a cambiar este estado de hecho puesto que se ha aliado con Jewel Taylor, la exmujer del dictador. En la segunda vuelta ha gozado del apoyo de Prince Johnson, otro señor de la guerra que se hizo célebre por un video en el que se le ve, con una cerveza en la mano, asistir a la tortura del antiguo presidente Samuel Doe.

Esta impunidad es evidentemente una ofensa para las 250 000 víctimas de la guerra civil, y pesa sobre el país permitiendo a la minoría de americano-liberianos y de antiguos señores de la guerra mantener su poder. Mejorar la suerte de las poblaciones implica oponerse a esta casta. ¿Lo hará George Weah? El balón está en su campo…

Artículo original en francés, Hebdo L´Anticapitaliste 412 (11/01/2018.

Traducción: Faustino Eguberri para viento sur

Fuente: http://vientosur.info/spip.php?article13392