Recomiendo:
0

La militarización de Estados Unidos: la tragedia de Somalia

Fuentes: The Mail

Mientras que el Comando África de los Estados Unidos, AFRICOM, cada vez está más activo en Somalia, deben plantearse cuestiones sobre las intenciones de esta organización militarizada, escribe Explo Nani Kofi. Nani Kofi afirma que el continente africano cada vez es más vulnerable frente a una especie de ocupación neocolonial que está madurando, basada en […]

Mientras que el Comando África de los Estados Unidos, AFRICOM, cada vez está más activo en Somalia, deben plantearse cuestiones sobre las intenciones de esta organización militarizada, escribe Explo Nani Kofi. Nani Kofi afirma que el continente africano cada vez es más vulnerable frente a una especie de ocupación neocolonial que está madurando, basada en las guerras por delegación, encabezadas por Estados Unidos.

Cuando Barack Obama fue elegido presidente de los Estados Unidos, se suponía que era el final de los malos días pasados de George Bush. Pero en Somalia la guerra del terror continúa.

En marzo de este año comenzó una nueva operación estadounidense en apoyo al gobierno de transición en Somalia.

Según el New York Times, los consejeros americanos habían pasado los últimos meses entrenando a las fuerzas somalíes que iban a ser desplegadas en la ofensiva contra las facciones del Movimiento de la Unión de Tribunales Islámicos, y Estados Unidos había «proporcionado entrenamiento encubierto a los oficiales de inteligencia de Somalia, apoyo logístico a los soldados de la misión de paz, combustible para las maniobras, información de la vigilancia de las posiciones de insurgentes y dinero para balas y armas».

Esto es parte de una operación encubierta desde el punto de vista de los Estados Unidos. Un oficial de Estados Unidos, que declaró al periódico «lo que probablemente se verá [en Somalia, a partir de estas operaciones encubiertas de EEUU] son ataques aéreos y operaciones especiales, que entren, ataquen y vuelvan a salir» dijo que no tenía permiso para hablar en público de esto.

El gobierno somalí, sin embargo, estaba feliz presumiendo de la implicación de los EEUU. El general Mohamed Gelle Kahiye, el nuevo jefe de estado mayor de las Fuerzas Armadas, dijo de un avión militar de vigilancia que volaba por encima de sus cabezas: «Son los americanos, nos están ayudando».

El 2 de mayo, varias explosiones en la mezquita del mercado de Bakara, en Mogadiscio, un baluarte del grupo Al Shabaab, un objetivo de los EEUU, mataron a 45 personas y desencadenaron enfrentamientos entre las milicias pro gobierno y Al Shabaab e Hizbal al Islam, dos de las facciones de la Unión de Tribunales Islámicos. No está claro quién es el responsable de las explosiones, pero empieza a parecer que Somalia podría ser la primera guerra abierta del comando AFRICOM.

El presupuesto para 2011 de la administración Obama solicita para programas de asistencia a la seguridad en África 38 millones de dólares para venta de armas a los estados africanos, 21 millones de dólares para entrenamiento de oficiales y 24 millones de dólares para programas antiterroristas. Esto además de las 40 toneladas de armas y munición suministradas al gobierno de transición de Somalia en 2009 y ayuda militar a Etiopía, que lideró de parte de los Estados Unidos la lucha contra los Tribunales Islámicos, en 2006. AFRICOM ahora ha se ha hecho cargo de los programas de ayuda a la seguridad de los Estados Unidos en Malí, Níger, Chad y Senegal, y el departamento de Defensa está considerando formar a 1.000 soldados marines como unidad de despliegue rápido para África. Aunque da la impresión de que AFRICOM no es una fuerza de combate, parece que esto podría cambiar.

La justificación para la implicación de los Estados Unidos en Somalia es el «extremismo islámico». Al Shabaab es una de las organizaciones incluida en la lista de terroristas de EEUU, ya que se supone que forma parte de Al Qaeda. El 14 de marzo, el general William Ward, comandante de AFRICOM, señaló a Somalia en particular en su testimonio ante el comité del Senado para los servicios armados, como el país del este de África «más amenazado por los terroristas», mientras que el senador Carl Levin afirmó que Al Qaeda y otros extremistas violentos que comparten ideología no están sólo en la región de Afganistán – Pakistán, sino en lugares como Somalia, Malí, Nigeria y Níger. Ward también habló del apoyo al gobierno de Somalia, contra el que están combatiendo grupos radicales extremistas, como una responsabilidad que EEUU debe asumir. Esto significa que no existe separación entre la presencia de Estados Unidos y Reino Unido en Afganistán y las operaciones de AFRICOM en Somalia y otras partes de África.

El último embajador de EEUU en Somalia, (1994 – 1995), Daniel H. Simpson, se hacía una pregunta en la Pittsburgh Post-Gazette, el pasado 10 de marzo: «¿Por qué, aparte de la poco documentada acusación de que hay extremistas islamistas entre los hombres de Al Shabaab, está EEUU volviendo a involucrase en Somalia en este momento?», y él mismo daba una respuesta: «Parte de la razón es porque los Estados Unidos tiene su única base en África en la costa por encima de Mogadiscio, en Yibuti, la antigua Somalilandia francesa. El comando África de EEUU se estableció allí en 2008, y, ante la falta de disponibilidad de otros países africanos para acogerlo, la base en Yibuti se convirtió en la base de las tropas norteamericanas y cazabombarderos en África».

AFRICOM, responsable de las operaciones militares de los Estados Unidos por todo el continente africano, excepto Egipto, se creó en octubre de 2008, pero la idea se remonta al comienzo de la década, cuando el consejo nacional de Inteligencia de EEUU calculó que los Estados Unidos comprarían el 25 % de su petróleo a África en 2015. El petróleo y el gas natural parecen encajar siempre perfectamente en la llamada «guerra contra el terror».

El caso de Somalia personifica la situación de guerra por delegación en África y también desbarata algunos de los mitos en torno a por qué los países africanos están en la situación que están. Algunas veces se argumenta que las diferentes lenguas y tribus en muchos países africanos son la causa de sus problemas. Sin embargo, Somalia es un país con una sola lengua y una religión dominante, así que por ese razonamiento debería tener más armonía interna que sus vecinos. La explicación para sus problemas reside en la historia del colonialismo y explotación de los poderes occidentales. El desmoronamiento de la cohesión nacional en Somalia y la guerra civil en 1988, desde cuando el país ha sido ingobernable desde Mogadiscio, fue causado por la utilización que se hizo de ella durante la guerra fría, y en concreto por la decisión del presidente Siad Barre de buscar alianzas con Estados Unidos y la Suráfrica del Apartheid, contra la Unión Soviética, que respaldaba a Etiopía. Las posteriores intervenciones internacionales, como la de la ONU en 1992 y la de Etiopía, con el respaldo de EEUU en 2006, han tenido más que ver con la ocupación que con la mediación.

La guerra por delegación de los EEUU en África es un mecanismo para recolonizar el continente y ampliar los límites de la guerra contra el terror. Es hora de movilizarse contra esto.

Para apoyar la campaña contra AFRICOM y la situación de apoderamiento en África, visiten la página de Facebook del Movimiento de hijos e hijas de África, (Sons and daughters of Africa, SADA) coordinada en Europa por Agnes Munyi-Vanselow y Explo Nani-Kofi de KILOMBO, Campaña Contra la Situación de Guerra por Poderes en África y AFRICOM. El último [autor de este artículo] es afiliado de la Coalición Stop the War, de Reino Unido.

Artículo tomado de The Mail, Ghana, el 29 de mayo de 2010.

Traducido por Rosa Moro, de Fundación Sur.

Fuente: http://www.fundacionsur.com/spip.php?article6495

rJV