La junta de Myanmar ataca, asesina brutalmente y abusa de forma sistemática de los derechos humanos de menores, según declara un experto de la ONU en un informe reciente.
El informe solicita acción coordinada inmediata para proteger los derechos de la infancia birmana y salvaguardar el futuro del país.
Tom Andrews, Relator Especial de la ONU sobre los derechos humanos en Myanmar, ha declarado que los ataques incesantes de la junta militar contra la infancia en el país ponen de manifiesto la depravación de los generales, y su voluntad de infligir un sufrimiento inmenso a víctimas inocentes en su intento de subyugar a la ciudadanía birmana.
«El enfoque de la comunidad internacional ante el golpe de estado y las atrocidades de la junta ha fracasado. Los estados deben tomar medidas inmediatas y coordinadas para hacer frente a la creciente crisis política, económica y humanitaria que está poniendo a la infancia de Myanmar en riesgo de convertirse en una generación perdida», afirmó el experto tras la publicación de su informe.
El Relator Especial comentó que estaba claro, en base a las evidencias, que la infancia de Myanmar no está solamente atrapada en el fuego cruzado de la escalada de ataques, sino que a menudo es objetivo de la violencia.
«Durante mi investigación para este informe, recibí información sobre menores que fueron golpeados, apuñalados, quemados con cigarrillos y sometidos a simulacros de ejecución, a quienes se les arrancaron uñas y dientes durante largas sesiones de interrogatorio», describió Andrews.
«Los ataques de la junta contra menores constituyen crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra. El líder de la junta, Min Aung Hlaing, y otros artífices de la violencia en Myanmar, deben rendir cuentas por sus crímenes contra la infancia «, afirmó.
«Por el bien de los más jóvenes, los estados miembros, las organizaciones regionales, el Consejo de Seguridad y otras entidades de la ONU deben responder a la crisis de Myanmar con la misma urgencia con la que han respondido a la crisis de Ucrania.»
Andrews instó a los estados miembros a trabajar, de forma coordinada, para aumentar sistemáticamente la presión sobre la junta y aliviar el sufrimiento de niños y niñas. Solicitó a los estados que ya han impuesto sanciones a militares y empresas asociadas a que tomen medidas coordinadas más efectivas e inhibir la capacidad de la junta para financiar estas atrocidades.
«Los estados deben aplicar sanciones económicas selectivas más sólidas y realizar investigaciones financieras coordinadas. Insto a los estados miembros a comprometerse para aumentar de forma drástica la ayuda humanitaria, y a prestar un apoyo regional inequívoco a las personas refugiadas», instó.
«Es escandaloso que la comunidad internacional únicamente haya comprometido el 10 por ciento de los fondos necesarios para poner en marcha el Plan de Respuesta Humanitaria de Myanmar 2022, lo que ha provocado que se archiven programas que salvan vidas entre la infancia», declaró.
El informe del Relator Especial describe el impacto del golpe de estado del 1 de febrero de 2021 sobre los derechos humanos de la infancia en Myanmar y detalla los hechos alarmantes y poco denunciados de la violencia que se ejerce contra niños y niñas. El informe afirma que menores han sido asesinados, secuestrados, detenidos y torturados por soldados, policías y milicias con respaldo del ejército, en una campaña de violencia que ha llegado a todos los rincones del país.
En los últimos 16 meses, el ejército ha matado al menos a 142 menores en Myanmar. Más de 250.000 niños y niñas han sido desplazados por los ataques del ejército y más de 1.400 han sido detenidos de forma arbitraria. Según los informes, al menos 61, varios de ellos menores de tres años, están retenidos como rehenes. La ONU ha documentado la tortura de 142 menores desde el golpe de estado.
La junta militar ha privado a la infancia, de forma intencionada, de sus derechos humanos fundamentales a la salud, la educación y el desarrollo, y se calcula que hay 7,8 millones de menores sin escolarizar. Tras el colapso del sistema de salud pública desde el golpe, la Organización Mundial de la Salud prevé que 33.000 niños y niñas morirán de forma prevenible en 2022 por no haber recibido las vacunas rutinarias.
Andrews afirmó que la falta de acción del Consejo de Seguridad es un fracaso moral con profundas repercusiones para la infancia de Myanmar.
Según señaló el Relator Especial, «miembros del liderazgo mundial, de la diplomacia, y de la comunidad donante deberían preguntarse por qué el mundo no está haciendo todo lo razonablemente posible para poner fin al sufrimiento de los niños y niñas de Myanmar».
Fuente original en inglés: https://mizzima.com/article/un-expert-warns-lost-generation-myanmar-children-face-junta-wrath