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Lin Chun, China y el capitalismo global (II)

La revolución cultural

Fuentes: Rebelión

Para Joan Senent-Josa del que tanto aprendimos tantas.   Por otro lado, el proyecto comunista chino dio bastantes pasos mal encaminados que tuvieron resultados desastrosos. Conllevó enormes sacrificios personales, incluidas purgas internas desatadas por el temor a la derrota o las amenazas de subversión. También supuso aventuras económicas catastróficas. El Gran Salto Adelante y la […]

Para Joan Senent-Josa del que tanto aprendimos tantas.

 

Por otro lado, el proyecto comunista chino dio bastantes pasos mal encaminados que tuvieron resultados desastrosos. Conllevó enormes sacrificios personales, incluidas purgas internas desatadas por el temor a la derrota o las amenazas de subversión. También supuso aventuras económicas catastróficas. El Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural tenían como objetivo enfrentar problemas como las desigualdades sectoriales y los privilegios burocráticos pero constituyeron grandes fracasos. No hay duda que esos errores son indefendibles. Pero aun así es necesario que veamos las cosas en su justa perspectiva. El esfuerzo comunista chino tuvo un lado oscuro porque los enemigos que encontró en su camino eran sumamente brutales y poderosos, porque el intento chino (que se apartaba de la vía soviética) no tenía casi ningún precedente.

Lin Chun [el énfasis es mío]

 

Como se indicó en la primera nota, Lin Chun es profesora en la London School of Economics y autora de La transformación del socialismo chino. El libro que comentamos, China and Global Capitalism (Palgrave Macmillan, Londres, 2013), es otra de sus grandes aportaciones, un ensayo que ha recibido elogios de Samir Amin y que ha sido traducido recientemente por Esther Pérez para El Viejo Topo: China y el capitalismo global. Reflexiones sobre marxismo, historia y política.

La revolución cultural o, en ocasiones, la revolución cultural proletaria (nunca revolución cultural obrero-campesina por ejemplo) es uno de los temas más controvertidos del proceso revolucionario chino y es, desde luego, uno de los temas presentes, muy presentes en el libro de profesora de la London School. Veamos, resumiendo acaso en exceso, algunas de sus tesis y consideraciones:

1. La idea de una sociedad y una política participativa es autóctona de China y fue fuertemente promovida por la revolución comunista. La revolución socialista china se trazó la meta de crear un nuevo tipo de política que le permitiera a un pueblo, antes fuertemente marginado y oprimido (nudo que suele olvidarse o apenas citarse), adquirir una subjetividad histórica. De ahí, señala Lin Chun, que el populismo maoísta (no hay connotación negativa en la expresión) proclamara una «gran democracia» de participación desde abajo, «que culminó en los ataques de la Revolución cultural [RC] contra lo que se percibía como burocratización y degeneración del propio Partido-Estado».

1.1. El veredicto que caracteriza a la RC como la gran purga de Mao y una catástrofe nacional de diez años de duración es muy sesgado según Lin Chun.

2. Vista desde la actualidad, a muchos ciudadanos en la República Popular (y fuera de ella), les resulta claro, sin más razones que las de un juicio a posteriori, que fue muy prematura, que estaba muy mal concebida. Estaba destinada al fracaso, al perder el rumbo y la causa misma (eliminar u obligar a rectificar a los partidarios del camino capitalista, miembros de una nueva clase dominante surgida de las entrañas del P.C. Chino).

2.1. La RC, aseguran sus críticos, no tuvo un blanco bien configurado. Terminó persiguiendo a individuos equivocados por razones no menos equivocadas.

2.2. Confundió las contradicciones en el seno del pueblo con las contradicciones entre el pueblo y sus adversarios, a pesar de las advertencias del mismísimo Mao que escribió tempranamente sobre ello.

3. Sin embargo, para mayor tragedia, apunta Lin Chun, la reacción a los excesos, sin duda indudables de la RC, permitió o quizás incluso aceleró, «el surgimiento de una nueva clse capitalista burocrática mucho más monstruosa». La que dirige los destinos de la China actual.

3.1. La desalentadora realidad es que justo cuando esa clase consolida su poder, otra revolución cultural, ahora contra un blanco y con una urgencia reales, es una total imposibilidad. En opinión de la autora, está perdida de antemano. Un sendero intransitable por el momento.

4. Cuando se juzga con sentido común las políticas aventureras de la China maoísta, la RC entre ellas, siguen siendo categóricamente distinguibles de las acusaciones de asesinato por hambre deliberado del pueblo o genocidio (lo que plantea cierta literatura muy influyente no siempre documentada).

4.1. Aventura, izquierdismo, precipitación, falta de definición, no equivale a crimen político generalizado.

5. Los objetivos que tenían esas campañas, más allá de otras consideraraciones críticas que Lin Chun no oculta ni niega, tenían un carácter altruista, noble, utópico, emancipador, igualitario, muy arraigado -para bien- en la tradición socialista emancipatoria.

5.1. Se alentaron prácticas en esa dirección que tuvieron resultados importantes y positivos que suelen olvidarse.

5.1.1. Por ejemplo, durante esos años China mejoró su sistema de irrigación y su infraestructura general.

5.2. Ello posibilitó de algún modo las reformas rurales subsiguientes a inicios de los años 80.

6. Fue en ese período de la RC cuando privilegios urbanos como las especialidades médicas, las reformas educativas y las actividades culturales (entre otros ejemplos) se pusieron al alcance de campesinos pobres y muy pobres de aldeas remotas.

6.1. Un objetivo netamente socialista.

7. Hubo un genuino impulso democrático extendido entre amplios sectores de la población.

7.1. Otro objetivo central socialista.

8. Se puso en juego la creatividad y la autoorganización de los sectores populares.

8.1. Otra de las grandes finalidades comunistas.

9. Se estimuló desde el propio Partido comunista la participación política permanente.

9.1. Una característica que está en el haber, si es el caso, de los partidos comunistas o afines.

10. La RC fue en verdad una época de profundas contradicciones.

10.1. Lin Chun no niega errores ni excesos por supuesto.

10.1.1. Tampoco desde luego Joan Senent-Josa es su no renuncia global a aquella experiencia política.

11. Más allá de debacles (ideológicamente descritas en obras académicas no siempre con la deseable objetividad y documentación), hubieron movimientos sociales osados, idealistas, altruistas, incrementos de la capacidad productiva de la economía y la sociedad (en una situación de partida muy poco agresiva de la Naturaleza) e interesantes experimentos democráticos en las esferas política y de la gestión.

12.Sea como fuere, para la autora, la política que nutre el debate sobre el socialismo chino «no tiene que ver con restaurar el pasado, sino con aprender sus lecciones para rejuvenecerlo».

¿Y qué podemos decir, que dice Lin Chun de las grandes hambrunas? En la próxima nota.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.