«Once años después del vertido de 540.000 litros de residuos tóxicos en Abiyán, la capital económica de Costa de Marfil, las víctimas siguen sin conocer los posibles efectos a largo plazo para su salud», ha declarado hoy Amnistía Internacional, tras la publicación de un informe muy esperado del Programa de las Naciones Unidas para el […]
«Once años después del vertido de 540.000 litros de residuos tóxicos en Abiyán, la capital económica de Costa de Marfil, las víctimas siguen sin conocer los posibles efectos a largo plazo para su salud», ha declarado hoy Amnistía Internacional, tras la publicación de un informe muy esperado del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Más de 100.000 personas necesitaron asistencia médica después de que una empresa local contratada por el gigante de las materias primas Trafigura vertiera residuos tóxicos en diversos lugares de Abiyán en agosto de 2006. Los síntomas incluían dificultades respiratorias y quemazón en la piel, y hasta la fecha las personas afectadas se quejan de problemas graves de salud que creen están relacionados con el incidente, como problemas cutáneos y oculares.
Pese a ello, el gobierno de Costa de Marfil nunca ha hecho un seguimiento de las víctimas para evaluar si sufrían efectos a largo plazo para la salud. El informe del PNUMA, que fue encargado por el gobierno y se ha elaborado tras una auditoría medioambiental de 17 lugares afectados por el vertido, recomienda encarecidamente que el gobierno de Costa de Marfil lleve a cabo un estudio de salud representativo de las personas afectadas y considere la necesidad de hacer un seguimiento médico a largo plazo.
«Las víctimas de este desastre están abandonadas y viven bajo el temor y la incertidumbre desde hace más de un decenio.Es absolutamente inaceptable que, tantos años después, sigan sin saber los posibles efectos para la salud a largo plazo», ha afirmado Lucy Graham, investigadora de Amnistía Internacional sobre Empresas y Derechos Humanos.
«La petición del PNUMA de que se haga una evaluación de salud justifica los llamamientos que hacen al gobierno desde hace tiempo las comunidades locales para que actúe. El gobierno de Costa de Marfil dio un paso adelante al encargar el informe del PNUMA, pero ahora tiene que aplicar las recomendaciones que contiene. La población de Abiyán lleva demasiado tiempo esperando con temor».
A petición del gobierno de Costa de Marfil, el PNUMA y la Organización Mundial de la Salud (OMS) organizarán en marzo una reunión de expertos en salud pública para analizar los efectos del vertido para la salud y considerar la necesidad de un seguimiento médico a largo plazo de las víctimas.
Amnistía Internacional lleva varios años pidiendo un seguimiento médico y ha recopilado una lista de recomendaciones sobre estudios y seguimiento de salud para la reunión de expertos en salud pública.
La organización pide al gobierno de Costa de Marfil que encargue un estudio médico para evaluar los efectos sobre la salud a largo plazo del vertido e implemente un plan para hacer un seguimiento médico a largo plazo de las personas afectadas.
Además, Amnistía Internacional pide al gobierno neerlandés que proporcione fondos para esta labor porque, seis semanas antes de que se produjera el vertido de residuos en Abiyán, las autoridades neerlandesas permitieron que Trafigura los exportara desde Ámsterdam a pesar de saber que eran peligrosos y que requerían un tratamiento especializado.
Sigue habiendo preguntas sin respuesta
Las labores de limpieza y tratamiento en algunos de los sitios afectados por el vertido continuaron incluso en 2015 y 2016. El informe del PNUMA, que es la primera evaluación independiente del éxito de estas operaciones, concluyó que los niveles de contaminación no superaban las normas nacionales o internacionales que exigen seguir con la limpieza. No obstante, el PNUMA señala que esto no excluye la posibilidad de que la comunidad siga estando afectada por efectos para la salud derivados de la exposición a los residuos tóxicos en 2006.
«Aunque estas conclusiones serán un alivio para quienes viven o trabajan cerca de los lugares donde se hicieron los vertidos, no son más que la punta del iceberg. La población de Abiyán ha esperado diez años para saber si estas zonas son seguras… y aún hay muchas cosas que no sabe», dijo Lucy Graham.
«Expresamos nuestra satisfacción por las respuestas que ha proporcionado el informe del PNUMA, pero sigue habiendo preguntas sin respuesta: ¿Qué había exactamente en los residuos tóxicos vertidos en Abiyán? ¿Cuáles son las consecuencias sanitarias del vertido y de las prolongadas operaciones de limpieza? Sólo cuando las comunidades afectadas tengan todos los datos podrán seguir realmente adelante con su vida».
Información complementaria:
La multinacional petrolera Trafigura produjo los residuos tóxicos a bordo de un barco en alta mar como parte de un proceso de refinado de petróleo crudo. La empresa coordinó las operaciones desde su oficina en Reino Unido.
Tras intentar infructuosamente deshacerse de los residuos en Ámsterdam y Nigeria, Trafigura contrató a una empresa local en Abiyán para que los eliminara. La empresa local terminó vertiendo los residuos en Abiyán, envolviendo la ciudad de un olor nauseabundo y desencadenando el pánico generalizado. Los lugares donde tuvo lugar el vertido tuvieron que ser sometidos a intensas labores de limpieza y descontaminación. Trafigura nunca ha revelado toda la información que posee sobre el contenido de los residuos, incluidos sus efectos potenciales.
En junio de 2012, el gobierno de Costa de Marfil pidió al PNUMA una auditoría medioambiental de los lugares afectados por el vertido. El objetivo principal de esta auditoría era evaluar si los lugares seguían representando un riesgo medioambiental o de salud pública, más que relacionar la contaminación de los lugares con el vertido de residuos tóxicos en sí.
El vertido de los residuos tóxicos constituye una violación del derecho a la salud de la población de Abiyán. Amnistía Internacional considera que Costa de Marfil y Países Bajos incumplen su obligación de ofrecer a las víctimas del vertido un recurso efectivo para dicha violación. En concreto, a pesar de que el gobierno neerlandés no impidió que Trafigura exportara los residuos, no ha trabajado con el gobierno de Costa de Marfil para apoyar el seguimiento sanitario, ofreciendo, por ejemplo, financiación o asistencia técnica.
Trafigura niega cualquier responsabilidad sobre el vertido y sostiene que creía que la empresa local eliminaría los residuos de forma segura y legal. También niega enérgicamente que el vertido pueda haber tenido efectos graves o a largo plazo para la salud.
Si desean un resumen sobre el desastre, sus efectos sanitarios y medioambientales, y la lista completa de las recomendaciones de Amnistía Internacional sobre estudios y seguimiento sanitarios, consulten el nuevo documento A Toxic Legacy.