En junio de 1971, el entonces presidente Richard Nixon declaró que el abuso de sustancias ilícitas era “el enemigo público número uno. (…) Para combatir y derrotar a este enemigo, es necesario lanzar una nueva ofensiva sin cuartel”, y pidió apoyo para desarrollar esta lucha a nivel mundial. Tal propósito resultó difícil de lograr y decenas de miles de estadounidenses mueren cada año por sobredosis, principalmente de fentanilo, un opioide sintético mucho más potente que la heroína.
En el mundo surgieron cárteles o grupos narcos que obtienen enormes ganancias por distribuir drogas ilícitas. Estas organizaciones se volvieron una amenaza para algunos Estados, que delegaron a sus militares la tarea de combatirlas. Pero el uso de la fuerza militar contra el tráfico ilícito de drogas no funciona, porque en el mejor de los casos su efecto es limitado y, en el peor, genera conflictos violentos y dispersa mercados.
En agosto, la prensa internacional informó sobre el despliegue militar estadounidense en el sur del Caribe, dizque para enfrentar a los cárteles de la droga. Paralelamente, la fiscal general de EEUU, Pamela Bondi, duplicó la recompensa por la información que condujera al arresto del presidente Nicolás Maduro, bajo la acusación —nunca sustentada— de liderar un cártel de narcotráfico, el cártel de Los Soles. Pero, ¿qué es el cártel de Los Soles? Según la acusación es un grupo de círculos o redes dentro del Gobierno venezolano que facilitan, protegen o participan en el narcotráfico.
Yvan Gil, canciller venezolano, tachó de cortina de humo esa acusación y aseguró que con eso se busca distraer la atención de otros asuntos, como el caso del fallecido delincuente sexual Jeffrey Epstein.
Diosdado Cabello, ministro del Interior de Venezuela, que también es señalado por las autoridades estadounidenses de integrar dicha organización, afirmó que las acusaciones sobre los nexos entre las autoridades venezolanas y los narcotraficantes son una gran mentira. “El cartel de los Soles es un invento de ellos. No sé cuántos años tiene que ellos inventaron eso y en ese tiempo ha tenido como 300 jefes. Cada vez que alguien les molesta, ellos lo ponen de jefe del cartel de los Soles”. Y, en referencia a la DEA, agregó: “Lo que sí es cierto es que donde opera el mayor cartel del mundo es EEUU”.
Hasta ahora, EEUU evitaba atacar a los narcos con sus propias fuerzas armadas y solo daba logística, inteligencia, entrenamiento y materiales a los gobiernos que lo solicitaban. Pero actualmente, el gobierno de Trump declara ineficaz esa estrategia y ordena la destrucción de embarcaciones que cree que transportan narcóticos.
“La interdicción no funciona”, afirmó Marco Rubio, secretario de Estado de EEUU. “Lo que los detendrá es cuando los destruyas, cuando te deshagas de ellos”. Por su parte, Pete Hegseth, secretario de Defensa de EEUU, sentenció: “Perseguiremos a los narcoterroristas, los mataremos y desmantelaremos sus redes en todo nuestro hemisferio, en el momento y lugar que decidamos”.
El gobierno de Trump afirma que esta forma de combatir el narcotráfico se ajusta al derecho, pero importantes especialistas advierten de lo contrario. Brian Finucane, exconsejero legal del Departamento de Estado, escribe: “Aún hay límites legales cruciales sobre cómo el Ejecutivo puede ejercer la fuerza letal. Si el presidente puede ignorar esos límites, las consecuencias son peligrosas y desestabilizadoras tanto a nivel doméstico como exterior”.
Medio siglo después de que EEUU declarara la guerra a las drogas, el Presidente Trump anunció que las fuerzas armadas estadounidenses lanzaron un ataque letal para destruir un barco que, según él, llevaba drogas para envenenar su país, matando a tres tripulantes.
Le refutó Gustavo Petro, presidente de Colombia, quien sostuvo que la lancha se encontraba en mar territorial y que Washington no tenía el derecho de bombardearla aunque llevara cocaína. “El gobierno de EEUU está asesinando gente latinoamericana en su propia tierra”, concluyó.
Antes, el 2 de septiembre, hubo el primero de estos ataques, también anunciado por Trump, quien indicó que el primer barco atacado por fuerzas de EEUU transportaba drogas y a once tripulantes que murieron. En ambas ocasiones, el mandatario no demostró que los barcos cargaran drogas y que estuvieran tripuladas por criminales.
Así, de esta manera, los militares de EEUU están matando ilegalmente a sospechosos de pertenecer a los cárteles de drogas latinoamericanos designados como “terroristas” por Trump, a quien se acusa de que realmente envía buques y aviones de guerra al Caribe para presionar al gobierno de Venezuela y provocar un incidente que conlleve un cambio de régimen en ese país.
Vladímir Padrino, ministro de Defensa de Venezuela, afirmó: “Es una guerra no declarada. Y ya ustedes ven cómo personas, siendo o no narcotraficantes, han sido ajusticiadas en el mar Caribe sin derecho a la defensa”. Asimismo, cuestionó que, con tanta tecnología y poder, EEUU no tenga capacidad para interceptar una embarcación en aguas del Caribe, sin necesidad de lanzar un ataque directo. “El mundo tiene que estar hoy atento porque esta situación contra Venezuela debe poner las barbas en remojo del resto de las naciones, sean aliadas o no”, concluyó.
El despliegue naval de EEUU en el Caribe es cuestionado, porque según informes de la ONU, e incluso de la DEA, se indica que la mayoría de la cocaína que llega a ese país viaja por el océano Pacífico. Pero Trump responsabiliza de eso al gobierno de Nicolás Maduro, a quien denomina capo del cártel de Los Soles.
Trump dijo que, tras las acciones militares de EEUU en el Caribe, ya no hay barcos en la zona y agregó que los cárteles usan además rutas terrestres para ingresar drogas a su país y sugirió que estos también pueden estar en la mira. “Cuando vengan por tierra, los detendremos del mismo modo que detuvimos a los barcos. Pero, tal vez, al hablar un poco de eso, no sucederá”, satirizó.
Algunos analistas creen que, con los ataques militares a barcos en el Caribe, EEUU intenta presionar al Gobierno de Claudia Sheinbaum para que incremente su ofensiva contra los cárteles mejicanos. Venezuela, en cierto sentido, es un aviso para México, les dicen: “Tomen esto en serio, porque ustedes pueden ser los siguientes”.
El Gobierno de Cuba emitió un comunicado donde denuncia “una escalada de acciones del gobierno de EEUU para justificar una agresión militar contra la República Bolivariana de Venezuela. El objetivo verdadero de estas acciones es adueñarse del petróleo y los recursos de Venezuela”. También expresa preocupación por “el uso de fuerza para atacar embarcaciones civiles y asesinar a sus tripulantes”. En el escrito se afirma que estas acciones violan las normas internacionales y “confirman la naturaleza hostil e irresponsable de la operación en curso”. Asimismo, que existe una “acumulación e incremento de medios y efectivos militares en el mar Caribe”, para supuestamente “combatir el tráfico de drogas”.
Ricardo Soberón, experto en temas de narcotráfico, advierte que la estrategia antidrogas de Estados Unidos no responde a un interés genuino por la salud pública estadounidense, sino que opera como una herramienta de poder geopolítico orientada a debilitar a los gobiernos progresistas de la región. Añade: “Cada vez está más claro que es un interés geopolítico de Estados Unidos por asegurar los recursos naturales de América Latina y, en el caso de Venezuela, el petróleo.
Según Aristóteles, la virtud está en el término medio, lo que significa que entre dos situaciones extremas es necesario hallar un punto intermedio para estar más cerca de la verdad, la virtud o la justicia. Pero en el problema de Venezuela, Trump exige que todos los venezolanos pasen bajo las Horcas Caudinas, por lo que en este caso no existe término medio.
“Pasar bajo las Horcas Caudinas” es una frase que se utiliza cuando alguien tiene que someterse a una gran humillación, haciendo algo que no querría hacer, porque está derrotado y no puede oponer resistencia al vencedor. La expresión proviene de la derrota sufrida por el ejército romano en el año 321 a. C. a manos de los samnitas. En el desfiladero llamado Horcas Caudinas, el ejército romano se encontró envuelto por los montañeses y se rindió luego de algunos días de lucha desesperada. Los samnitas obligaron a los oficiales y soldados romanos a pasar bajo el yugo y, luego de humillarlos, les concedieron la libertad.
En este caso, se trata de que Trump exige al pueblo venezolano que le bese el trasero, él usa un término mucho más vulgar, y que después le entregue todas sus riquezas. Sueños de perro, porque la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y la Milicia Bolivariana se desplegaron en los 5.336 circuitos comunales de Venezuela, con la finalidad de dar continuidad al adiestramiento para la defensa armada de todo el país. Y un pueblo armado, jamás será derrotado.
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