La Organización de Naciones Unidas admitió que las Fuerzas de los cascos azules ubicadas en la República Democrática del Congo (RDC), cometieron abusos sexuales contra mujeres y niñas en su misión de paz en la región. La información, suministrada en Kinshasa por David Wimhurst, funcionario de la Misión de Paz de la ONU en la […]
La Organización de Naciones Unidas admitió que las Fuerzas de los cascos azules ubicadas en la República Democrática del Congo (RDC), cometieron abusos sexuales contra mujeres y niñas en su misión de paz en la región.
La información, suministrada en Kinshasa por David Wimhurst, funcionario de la Misión de Paz de la ONU en la RDC (MONUC), y captada en esta capital, reveló pormenores de la actuación negativa de los cascos azules en esa nación.
Wimhurst puntualizó que después de haber recogido denuncias de algunas violaciones de menores por personal de seguridad de la ONU en la ciudad congolesa de Bunia, en el este del país, se procedió a su investigación.
Precisó que alrededor de 60 soldados y oficiales de la tropa de seguridad serán sometidos a un proceso investigativo por presuntos crímenes sexuales en agosto del 2003 contra mujeres y niñas en esa localidad.
Las acusaciones incluyen violaciones cometidas contra niñas menores de 12 años obligadas por soldados paquistaníes, marroquíes, nepaleses, norteamericanos y británicos destacados en esa región el año pasado.
El funcionario aclaró que los hechos fueron cometidos por una minoría de militares, pues la tropa no tiene como política un sistema de tolerancia cero para este tipo de comportamiento dentro de la ONU.
Los investigadores de la MONUC deberán hacer un trabajo muy exhaustivo, cuidadoso y lograr el esclarecimiento de todos los hechos para agosto de este año.
De acuerdo con los expertos, la verificación de los casos podría traer como consecuencia la salida de la Misión de paz de la RDC e indemnizar a las víctimas.
Fuentes de la MONUC precisaron que hay más de cuatro mil soldados que integran las fuerzas de paz de la ONU, solo en Bunia, capital de la provincia de Ituri y colindante con Rwanda y Uganda.
Esta región se caracteriza por los fuertes choques armados entre el ejercito regular y los grupos de la oposición, con pérdidas en vidas humanas que sobrepasan ya las 50.000 en los últimos cuatro años.
Las tropas de paz del organismo internacional asumieron el control de la región en septiembre de 2003, en sustitución de los soldados europeos que permanecieron en la zona cinco años.
Los campos de refugiados en los alrededores de la ciudad de Bunia cuentan con más de 18.000 personas, procedentes de las zonas fronterizas con Rwanda, Uganda y Burundi