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Las pérdidas de empleo y salario recaen en las clases media y pobre

Fuentes: Progreso Semanal

¿Por qué no se habla más acerca de la peor situación laboral y de salarios desde la Gran Depresión? Las últimas cifras de empleo (divulgadas en 4/9/2009) muestran que la pérdida de empleo continua creciendo. Según la encuesta de nóminas, las pérdidas de empleo están creciendo más lentamente que en los mese anteriores. Según la […]

¿Por qué no se habla más acerca de la peor situación laboral y de salarios desde la Gran Depresión?

Las últimas cifras de empleo (divulgadas en 4/9/2009) muestran que la pérdida de empleo continua creciendo. Según la encuesta de nóminas, las pérdidas de empleo están creciendo más lentamente que en los mese anteriores. Según la encuesta a hogares, se están acelerando –de 9,4 por ciento de la fuerza de trabajo en julio a 9,7 por ciento en agosto. Esto significa que casi uno de cada seis norteamericanos que necesita trabajo a tiempo completo no puede encontrar trabajo o está trabajando a medio tiempo. Mientras tanto, el aumento de salarios entre los que tienen trabajo casi se ha detenido. El Instituto de Política Económica informó que entre 2006 y 2008 los salarios aumentaron a una tasa anual de 4,0 por ciento; en cambio, en los últimos tres meses, el aumento del salario anual ha caído hasta solo 0,7 por ciento. Al mismo tiempo, las licencias –que obligan a los trabajadores a tomar vacaciones no pagadas– están en aumento: encuestas recientes muestran que un 17 por ciento de compañías las imponen. Más del 20 por ciento de las compañías han suspendido sus contribuciones a los planes de pensión de 401(k) y similares.

Entonces ¿por qué los medios no forman alboroto? En parte porque estas pérdidas de empleo y salarios no recaen, en su mayoría, en el segmento de población más visible para los medios. Recaen abrumadoramente sobre la clase media y los pobres. El desempleo entre los que han estado en la cima del 10 por ciento de los ingresos es de cerca del 5 por ciento, y sus ingresos continúan aumentando –aunque de seguro mucho más lentamente que antes del desmoronamiento. Lo mismo sucede con los beneficios de servicios de salud y las pensiones. Entre las personas menores de 65 años que están en el último 20 por ciento de los ingresos, solamente el 21,9 por ciento tiene seguro de salud patrocinado por el empleador –si es que tienen trabajo. La mitad de la población cercana a la edad de jubilación tiene un balance de 401(k) de menos de $40 000 dólares.

Sigo escuchando que el desmoronamiento económico ha hecho estragos en los portafolios de acciones de los ricos. Esto es cierto. Pero los ricos ni remotamente han perdido proporcionalmente tanto de sus valores como los demás. Según un informe del Bank of America Merrill Lynch (The Myth of the Overleveraged Consumer, [El Mito del Consumidor Sobreapuntalado]) un análisis de datos de la Reserva Federal arroja que el 90 por ciento inferior de los norteamericanos tiene el 50 por ciento o más de sus valores en propiedades inmobiliarias, las cuales han recibido un impacto mucho mayor que los valores en bonos y acciones. El 10 por ciento superior de los norteamericanos tiene solamente la cuarta parte de sus valores en inmuebles; la mayor parte de sus valores se encuentra en bonos y acciones. Y aunque el mercado de acciones esta aún un tanto inestable, se ha recuperado considerablemente desde que tocó fondo a principios de año. El valor de los inmuebles, por otra parte, ha bajado una tercera parte como promedio en todo el país, y continúa cayendo.

¿Qué significa todo esto para la economía como un todo? Plantea la cuestión fundamental acerca de donde vendrá la demanda para sacarnos del hueco. Si tantos norteamericanos están perdiendo sus empleos y salarios, uno se pregunta quiénes volverán a los centros comerciales.

El mismo informe del Bank of America Merrill Lynch apunta optimistamente que el 42 por ciento del gasto de los consumidores antes del desmoronamiento provenía del 10 por ciento de los norteamericanos que se encuentran en el nivel superior de ingresos (no es sorprendente, dado que el 10 por ciento superior obtenía la mitad de los ingresos totales), y el 10 por ciento superior continúa desempeñándose relativamente bien. Entonces, dice el Bank of America Merrill, podemos depender del gasto del 10 por ciento superior para impulsar nuevamente la economía. Es más, concluye el informe, el Congreso y la Casa Blanca no deben aumentar los impuestos a ese 10 por ciento superior, no vaya a ser que el ardor consumista de estos miembros privilegiados de nuestra sociedad se apague.

Esta lógica es moral y económicamente indefendible. Si algo hemos aprendido de la Gran Recesión-Mini Depresión de los últimos 18 meses es que el desvío de ingresos y riquezas hacia el 10 por ciento superior ha hecho nuestra economía mucho menos estable. Cuando la mayoría de los norteamericanos pobres y de clase media están perdiendo sus empleos o se sienten amenazados por la pérdida de empleo, y cuando aquellos que aún tienen trabajo experimentan inmovilidad o declinación de sus ingresos, sencillamente no hay modo de encaminar de nuevo la economía. El camino en que estábamos –con salario promedio inmóvil, ampliación de las desigualdades e inseguridad del empleo– fue lo que en primer lugar nos llevó a este desastre.

Fuente: http://progreso-semanal.com/4/index.php?option=com_content&view=article&id=1379:las-perdidas-de-empleo-y-salario-recaen-en-las-clases-media-y-pobre&catid=2:ultima-edicion&Itemid=7

Robert Reich fue el 22do. Secretario de Trabajo del país y actualmente es profesor de la Universidad de California en Berkeley. Su libro más reciente es Supercapitalismo.

http://robertreich.blogspot.com/