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Lionel Messi y las estrategias financieras de las «estrellas deportivas» y sus alrededores

Fuentes: Rebelión

¿Es razonable que un país no dedique más esfuerzos a perseguir el fraude fiscal -de muchos de sus conciudadanos más privilegiados-, fraude-estafa-delito que según estimaciones del Consejo Económico y Social alcanzó en 2012 el equivalente al 6% del PIB, unos 60 mil millones de euros? ¿Es razonable que un jugador de fútbol, por excelente o […]

¿Es razonable que un país no dedique más esfuerzos a perseguir el fraude fiscal -de muchos de sus conciudadanos más privilegiados-, fraude-estafa-delito que según estimaciones del Consejo Económico y Social alcanzó en 2012 el equivalente al 6% del PIB, unos 60 mil millones de euros?

¿Es razonable que un jugador de fútbol, por excelente o único que pueda ser en los vericuetos de un juego -¡un juego!- perciba anualmente unos ingresos de unos 15 millones de euros (más derechos de imagen: otros 15 millones o más incluso), lo equivalente, aproximadamente, a lo que ingresaría un trabajador/a medio español a lo largo de 14 vidas, trabajando unos 50 años a sueldo medio-elevado en cada una de estas vidas?

¿Es razonable que haya voces en la Cataluña del seny que vuelvan a hablar de una gran conspiración española contra el Barça, símbolo no marginal del catalanismo y de la actual apuesta independentista (invirtiendo incluso el sentido original de una canción como «L’estaca»), para romper su hegemonía futbolística y conseguir así que el Madrid vuelva a estar en primera línea de fuego y de prestigio?

¿El presidente del Barça, el neoliberal-Nike-Qatar Sandro Rosell, puede declarar públicamente, sin más y tan feliz de conocerse a sí mismo, que no tiene ninguna duda de la inocencia del jugador y de su entorno? ¿Confianza ciega y cegada? ¿Todo porque el número 1 no piense en otras ubicaciones o pierda fuerzas o concentración?

¿Ningún jugador del Barça, ninguno de sus compañeros, conocía las estudiadas estrategias financieras del jugador y su familia?

¿Qué asesores fiscales le han ayudado en este conjunto de operaciones? ¿De quién partió la iniciativa de saltarse «las rigideces del fisco»? ¿Se conocen nombres y apellidos?

¿Qué mueve a Jorge Horacio Messi en el fondo de sus actuaciones? ¿El bienestar de su hijo y de su familia? ¿Por quien o quiénes fue aconsejado en su día?

¿Hay más casos similares en la plantilla del Barça? ¿Es extraño o alocado pensar que puede haberlos y que no parece sensato que Messi es también el número 1 en este ámbito?

¿Qué mundo (deportivo-empresarial) es éste en el que un jugador obtiene a lo largo de tres años -2007, 2008, 2009- 10,1 millones por derechos de imagen de una veintena de empresas y organizaciones internacionales, el mismo Barça, Banc de Sabadell, Telefónica, Danone, Air Europa, Pepsi, Bico Internacional, Kuwait Foods, Productos El Cid, PVA Events, Adidas, Konami, entre otras? ¿Pero qué es eso de los derechos de imagen?

¿Desconocía Adidas, una de las empresas implicadas, la planificada estrategia financiera de su patrocinado? ¿Nada sabían de ello? ¿De verdad de la buena? ¿Le dieron alguna ayudita?

¿Mienten entonces los abogados de Messi cuando afirman que el jugador siempre ha cumplido con todas sus obligaciones fiscales? ¿Un jugador de fútbol debe tener un colectivo de abogados aconsejándole (Ángel Juárez, Cristóbal Marteli,…)?

¿Lionel Messi ha continuado cometiendo posibles evasiones fiscales después de diciembre de 2012, cuando se impuso una mayor severidad para estos delitos?

¿Conoce Messi a la Infanta Cristina y al yernísimo? ¿Ha hablado alguna vez con la primera autoridad del Estado? ¿Ha seguido al detalle las grandes operaciones emprendedoras de la Familia Real española?

¿Tienen sentido -y qué sentido- las cantidades astronómicas que las televisiones pagan por la retransmisión de partidos y eventos futbolísticos? ¿Son ellas, esas televisiones, esos negocios privados desalmados e insaciables, los que deben mandar en campos, horarios, salarios, imágenes, etc?

¿Nos importa un bledo que los clubes españolas en su conjunto deban 700 millones de euros al erario público y unos 17 millones a la Seguridad Social? ¿No pasa nada porque no puede pasar nada dado que «los intocables» acechan?

¿Tiene algo que ver lo sucedido con la atmósfera generalizada, republicanamente tóxica, que envuelve nuestro país? ¿Tiene el caso Messi alguna relación con el escrito del fiscal Anticorrupción de Barcelona, Emilio Sánchez Ulled, que cifra en 18 millones de euros el «expolio patrimonial» que cometieron Millet y Montull en el Palau de la Música en su beneficio personal o con otras finalidades desconocidas nunca relacionadas con la institución? ¿Es un referente social que el señor Millet se apropiara de 7 millones de euros de la Fundación y de la Asociación del Palau, que 1,3 millones se los quedara Montull, y que los 9,6 millones restantes de esos 18 millones «hayan desaparecido sin dejar rastro alguno»?

¿Hay algún aire de familia el asunto Mesi y el que la multinacional española FERROVIAL-AGROMAN efectuara cuantiosos pagos con la finalidad de garantizarse un caudal relevante de adjudicaciones de obra pública por parte de organismos competentes de la Generalitat de Catalunya u organismos públicos locales regidos por responsables de la formación política Convergència Democràtica de Catalunya? Se afirma que para hacer llegar las comisiones a CDC la «trama» utilizó tres mecanismos: entregas en efectivo al tesorero (según el fiscal ascendieron a 3,7 millones entre 2000 y 2008); facturación «mendaz» de las empresas de impresión y buzoneo Altraforma, Hispart, Publiciutat, New Letter y Letter Graphic, y, en tercer lugar, a través de convenios de colaboración con la Fundación Trias Fargas (directamente vinculada a CDC orgánica y financieramente). ¿Los asesores de Messi pudieron inspirarse en los procedimientos de la principal fuerza política de Cataluña en estos últimos 35 años, la misma organización que sigue gobernando en la Generalitat y dice querer conducir al país a un proceso independentista?

En síntesis: ¿no puede haber ocurrido que Messi y sus alrededores hayan tomado pie en las «prácticas creativas» de Google, Apple, Millet, Convergència, Bárcenas y de tanto otros y se hayan preguntado: ¿y nosotros por qué no? ¿Somos tontos como el conjunto de los y las trabajadoras españolas y vamos a pagar los que nos toca? ¡Por favor, que no somos tan estúpidos!

Lo dicho y sabido: el capitalismo neoliberal extrae de todos nosotros lo peor de nosotros mismos. O como dijo don Felipe Gas Natural: de lo que se trata es de cazar ratones; el cómo no le importa a nadie. A mi manera.

Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; director Jordi Mir Garcia)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.