Los antiguos aliados bancarios del déspota egipcio comienzan a cerrarle las puertas. Después de que Suiza anunciara el viernes que congelaba «con efecto inmediato» los fondos depositados por Hosni Mubarak en bancos de este país, la zona euro en su conjunto y Francia siguen las intenciones de la Confederación Helvética. El jefe de los 17 […]
Los antiguos aliados bancarios del déspota egipcio comienzan a cerrarle las puertas. Después de que Suiza anunciara el viernes que congelaba «con efecto inmediato» los fondos depositados por Hosni Mubarak en bancos de este país, la zona euro en su conjunto y Francia siguen las intenciones de la Confederación Helvética. El jefe de los 17 ministros de Finanzas de la Eurozona, Jean-Claude Juncker, se mostró ayer favorable a congelar los haberes de Mubarak en la Unión Europea. Poco después, la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, adelantó que París estaba «naturalmente a disposición de la Justicia egipcia» para examinar la situación de los haberes del mandatario. La responsable francesa aclaró que París respetaría los «compromisos» derivados de la Stolen Asset Recovery, STAR, el mecanismo del Banco Mundial y de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (Unodc) destinado a recuperar los bienes indebidamente acumulados. Analistas financieros ligados a Medio Oriente presumen que el tesoro de guerra de Mubarak y su familia oscila entre los 40 mil y los 70 mil millones de dólares. En comparación, la fortuna de Bill Gates suma 54 mil millones de dólares.
Estas declaraciones de buenas intenciones -con la excepción de Suiza que la concretó- no se plasmaron aún en medidas concretas. La célula francesa contra el blanqueo de dinero, Tracfin, no hizo todavía ningún anuncio llamando a los establecimientos financieros franceses para advertirles sobre cualquier movimiento sospechoso de fondos. La situación contrasta con la del ex presidente tunecino, Ben Alí. Pocas horas después de la caída del régimen del dictador tunecino, Tracfin había emitido una alerta en ese sentido. Pero la situación podría evolucionar hacia una cooperación internacional tangible para rastrear la fortuna faraónica almacenada por el clan Mubarak. Ayer, el ministro británico de Relaciones Exteriores, William Hague, informó que Gran Bretaña recibió «una demanda del gobierno egipcio de congelar los haberes de varios ex dirigentes egipcios». Hague precisó que Londres cooperaría «con esta solicitud, trabajando con la Unión Europea y con nuestros socios internacionales, tal como ya lo hicimos en el caso de Túnez». Hasta ahora, Londres se había limitado a defender el argumento según el cual se requería un pedido formal de Egipto y en la necesidad de «una acción concertada internacional». Sin embargo, el responsable de la agencia británica que investiga los fraudes financieros, la Oficina de Fraudes Graves (Serious Fraud Office, SFO), Richard Alderman, dijo a la prensa que «los ciudadanos esperan de nosotros que busquemos ese dinero y, en caso de encontrarlo, que intentemos devolverlo en beneficio de la población de esos países».
Las cifras conocidas hasta hoy sobre el tesoro de Mubarak son espeluznantes. Según el Banco Nacional suizo, a finales de 2009, los depósitos egipcios en bancos suizos se elevaban a 3600 millones de francos suizos, unos 3000 millones de dólares. Según expertos de Medio Oriente citados por el diario británico The Guardian, la fortuna de la familia Mubarak es alucinante. Sus «ahorros» sumarían entre 40 mil y 70 mil millones de dólares.
Las riquezas estarían divididas según un orden dinástico: 15 mil millones para Hosni Mubarak, 17 mil millones para su segundo hijo, Gamal, 8 mil millones para su primera hija, Alaa, mil millones para su esposa Suzanne. El clan de los Ben Alí es mucho más modesto. La revista norteamericana Forbes calculó que los ahorritos de los Ben Alí se elevan a cinco mil millones de dólares. El diario argelino Al Khabar precisó además que una parte del dinero de Mubarak estaría depositado en bancos y colocado en inversiones inmobiliarias. Fuera de Egipto, los Mubarak tendrían propiedades en Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Suiza, Alemana, España y Dubai. El diario británico Sunday Times localizó la huella de los depósitos de Mubarak. El rotativo afirmó el domingo que el dinero estaría principalmente en bancos suizos y británicos e invertido en propiedades situadas en Londres, Nueva York y Los Angeles.
Si continúan cayendo los déspotas y autócratas del mundo los bancos mundiales van a perder plata. En apenas un par de semanas, Suiza, que ya tenía congelados los fondos del dictador haitiano Jean-Claude Duvalier, procedió a bloquear los fondos de Ben Alí, del dudoso presidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, y, ahora, los de Mubarak. No sé sabe aún a qué corresponde la suma de 3000 millones de dólares declarada por el Banco Nacional Suizo. La institución financiera no aclara si todo ese dinero pertenece al dictador egipcio. Al cabo de 30 años en el poder, el ex mandatario ha tenido un apetito faraónico: si la dimensión de su fortuna calculada se confirma, Mubarak y los suyos habrán hecho piramidales negocios sobre las espaldas de un país de 85 millones de habitantes donde el 40 por ciento de la población vive con menos de tres dólares por día.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/subnotas/162362-51990-2011-02-15.html