Sólo podía haber un ganador en el enfrentamiento del Super Bowl del
futbol estadounidense, juego celebrado en la ciudad de Miami, estado
de Florida, el 2 de febrero de este año entre los Lakers de San
Francisco y los Chiefs de Kansas, pero los mayores perdedores fueron,
como siempre, los centenares de chicas y chicos -algunos de ellos de
tan sólo 9 años- que son comprados y vendidos para tener sexo durante
el transcurso del gran juego de futbol americano con que culmina la
temporada de este deporte extremadamente popular en Estados Unidos.
Tal práctica maligna se ha convertido en el negocio de mayor
crecimiento que experimenta el crimen organizado estadounidense; el
tráfico sexual de niños es la mercancía más lucrativa que se
comercializa ilegalmente, luego de las drogas y las armas.
Según explica John W. Whitehead fundador y actual presidente del
Instituto Rutherford, organización sin fines de lucro dedicada a la
defensa de las libertades civiles y los derechos humanos con sede en
Charlottesville, Virginia, Estados Unidos, “los niños son el blanco y
se venden para el sexo todos los días en Estados Unidos de América,»
John Ryan vocero del Centro Nacional de Niños Desaparecidos y
Explotados ha informado que “los adultos compran niños para tener sexo
al menos 2,5 millones de veces al año en EEUU”.
Según una investigación del periódico USA TODAY, no sólo las niñas son
vulnerables a estos depredadores “el 60% son mujeres y un poco menos
del 5% son hombres y mujeres transgénero, pero son varones alrededor
del 36% de los niños atrapados en la industria del sexo de EEUU.
Destaca el diario que cada dos minutos, un niño es incorporado a la
industria del sexo.
Como promedio, en un período de cinco años 6.000 niños y niñas son
violados por hombres adultos.
Se estima que al menos 100.000 jovencitos -niñas y niños- son
comprados y vendidos para tener relaciones sexuales en los Estados
Unidos cada año, y hasta 300.000 niños corren el riesgo de ser
víctimas de la trata cada año. Algunos de estos niños son secuestrados
por la fuerza, otros son fugitivos en busca de refugio y el resto son
vendidos al sistema por parientes y conocidos.
La violación de niños se ha convertido en un gran negocio en Estados
Unidos de América. Básicamente se trata de una industria que gira en
torno al sexo barato con niñas y mujeres muy jóvenes vendidas, como
promedio, a entre 50 y 25 dólares cada una a hombres adultos, en tanto
que sus manipuladores ganan entre 150.000 y 200.000 dólares cada año.
Este no es un problema que se limita sólo a las grandes ciudades
norteamericanas, sus suburbios y pueblos de todo el país. Según señala
Ernie Allen, del Centro Nacional de Niños Explotados y Desaparecidos:
“La única manera de no observarlo en cualquier ciudad estadounidense
es simplemente no buscarlo”.
Y no se engañen creyendo que esto es sólo una preocupación en las
comunidades de bajos ingresos o entre los inmigrantes, dice Whitehead.
“Se estima que hay entre 100.000 y 150.000 menores de edad que
trabajan en el sexo en los EEUU. No se piense tampoco que son chicas
que se ofrecen como voluntarias para ser esclavas sexuales. Están
siendo atraídas, forzadas y traficadas. En la mayoría de los casos, no
tienen elección y en cada transacción hay una violación”.
Para evitar ser detectadas (en algunos casos con la ayuda o
instigación de la policía) y satisfacer la demanda de compradores
masculinos de sexo con mujeres, proxenetas, bandas y sindicatos del
crimen han convertido el tráfico sexual en una empresa de gran
movilidad con niñas, niños y mujeres víctimas de la trata que son
trasladados constantemente de ciudad en ciudad, de estado en estado y
de país a otro.
El tráfico sexual es un negocio muy rentable, muy organizado y muy
sofisticado que opera en ciudades grandes y pequeñas; sólo en Estados
Unidos, recauda más de 9.500 millones de dólares al año mediante
secuestro y venta para sexo de chicas jóvenes.
Las chicas que son compradas y vendidas son cada vez más jóvenes. La
edad promedio de las que son traficadas es de 13 años, lo que
significa que las de 10, 9 y hasta de 8 años de edad.
Por cada 10 mujeres que son rescatadas, hay de 50 a 100 mujeres más
que son captadas por los traficantes.
Pero, ¿qué o quién está impulsando este apetito maligno por la carne
joven? ¿Quién compra un niño para tener sexo?
Iglesias católicas y protestantes han sido señaladas en los últimos
años por albergar a estos depredadores sexuales. Veinte años después
de que el escándalo de abusos sexuales del clero sacudiera a la
Iglesia Católica, cientos de depredadores sexuales -sacerdotes,
diáconos, monjes y laicos- siguen apareciendo.
Los grandes perdedores del Super Bowl
Fuentes: Diario ¡Por esto! (Mérida)