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Los problemas de expandir el Ejército estadounidense en Iraq

Fuentes: El Mundo

Hablar de un aumento del personal militar es fácil. Lo difícil es hacerlo. El Ejército de EEUU tiene medio millón de soldados, a los que se suman 350.000 de la Guardia Nacional y 200.000 de la Reserva. Por su parte, la Infantería de Marina cuenta con 180.000 hombres y mujeres en servicio activo, y otros […]

Hablar de un aumento del personal militar es fácil. Lo difícil es hacerlo. El Ejército de EEUU tiene medio millón de soldados, a los que se suman 350.000 de la Guardia Nacional y 200.000 de la Reserva. Por su parte, la Infantería de Marina cuenta con 180.000 hombres y mujeres en servicio activo, y otros 40.000 en la Reserva. En total, EEUU tiene 1,4 millones de soldados en activo, un 33% menos que hace 16 años.

El problema es que los soldados estadounidenses son carísimos. En 1989, cuando EEUU tenía 2,1 millones de militares, el gasto de Defensa de EEUU equivalía al 5,7% del PIB. Ahora, con 1,4 millones, el presupuesto del Pentágono -excluidas las guerras de Irak y Afganistán- supone un 3,7% del PIB.

En promedio, cada soldado le cuesta al contribuyente más de 100.000 dólares anuales (76.000 euros), sin contar entrenamiento ni paga extra por ir a la guerra. Y de esa cifra apenas el 43% corresponde al salario. El resto se debe a una serie de ayudas a los soldados que hacen del Pentágono el verdadero Estado de Bienestar de EEUU. Entre ellos están la asistencia médica a los militares y sus familias, los descuentos en la matrícula de las universidades -el general Abizaid, por ejemplo, tiene un Master de Harvard pagado íntegramente por el Ejército- y la vivienda, un capítulo que sale por más de 16.000 millones de dólares al año (12.100 millones de euros), una cifra con la que se podrían construir dos portaaviones nucleares.

Muchos jóvenes estadounidenses se alistan para poder ir a la Universidad. Así que la posibilidad de acabar en Bagdad en vez de en el campus ha hecho que el número de nuevos soldados se esté desplomando.

Para contrarrestar este hecho, el Pentágono ha elevado la edad de entrada en el Ejército y reducido los requerimientos físicos, y está aceptando a personas con problemas psicológicos o adicción a las drogas.