Recomiendo:
0

Madagascar, «edén» que sangra

Fuentes: Granma

Un punto del mapa político que ha pertenecido a muchos y a nadie. Una isla cuyo tamaño e historia no han bastado para colocarla en la mira de las grandes cadenas mediáticas. Esa pudiera ser una respuesta para la pregunta «qué es Madagascar -fuera del cine- y por qué se habla y escribe tan poco […]

Un punto del mapa político que ha pertenecido a muchos y a nadie. Una isla cuyo tamaño e historia no han bastado para colocarla en la mira de las grandes cadenas mediáticas. Esa pudiera ser una respuesta para la pregunta «qué es Madagascar -fuera del cine- y por qué se habla y escribe tan poco sobre esa nación ubicada al sudeste de las costas africanas».

Solo la muerte de 17 personas y el desplazamiento de más de 6 280 tras el paso del ciclón Eliakim este fin de semana clasificaron en el cast noticioso internacional. Solo las crisis humanitarias por pandemias de peste, que a ratos desangran a la población malgache, provocan un giro de ojos hacia Antananarivo, su capital.

Solo la existencia de Ralalitra, «uno de los mayores vertederos de África donde más de 3 000 personas viven y trabajan por menos de 65 céntimos diarios», ha motivado análisis y estudios sobre Madagascar, etiquetado como país en desarrollo.

Esta, la mayor Isla de África, fue invadida por los indonesios, poblada por olas migratorias bantúes, contactada por comerciantes persas, alcanzada por árabes, antes de ser colonia de Francia y sitio codiciado por Gran Bretaña y Portugal, hasta proclamar su independencia en 1960. Cuenta con una historia suficiente para borrar de un plumazo la visión de edén que de ella se proyecta.

Más allá de haber inspirado el título de un filme cubano dirigido por Fernando Pérez, y otro hollywoodense de Eric Darnell y Tom McGrath, Madagascar es una víctima estimable del cambio climático, cuyo impacto, según worldbank.org, debe medirse «sobre la base de una variedad de factores interconectados que incluyen las condiciones socioeconómicas, los avances en la tecnología, y la base de recursos naturales».

El ciclón último afectó al país del Índico solo dos meses después del Ava, que dejó al menos 51 muertos en esta geografía multidiversa donde la riqueza natural abre camino a una mezcla única de plantas y animales. Muchos de ellos no se encuentran en ningún otro lugar del mundo, de ahí que ecologistas califiquen a Madagascar como el «octavo continente».

Aun con toda esa riqueza, este edén se desangra. Lo muestra el Índice de Desarrollo Humano o IDH que elabora Naciones Unidas para medir el progreso de un país y mostrar el nivel de vida de sus habitantes. Este ubica a los malgaches entre los que peor calidad de vida tienen en el mundo.

El precio de la colonización, ya se sabe, es siempre alto y, en este caso se paga hasta en la actualidad: Francia permanece como uno de los principales actores políticos, económicos y culturales de Madagascar, si bien las relaciones entre ambos países se han visto ensombrecidas por la reivindicación malgache de las llamadas Islas Dispersas o «Iles Eparses».

Diseño: Guillermo Meriño Suárez

Fuente: http://www.granma.cu/mundo/2018-03-20/madagascar-eden-que-sangra-20-03-2018-22-03-07