Recomiendo:
4

Marruecos, violador crónico del derecho internacional

Fuentes: Segundo paso

El rey de Marruecos, Mohamed VI, decimoctavo monarca de la dinastía Alauí, que reina en este país norafricano desde el año 1666 advirtió, a principios de noviembre del 2021, urbi et orbi, que Marruecos no mantendrá relaciones comerciales con quienes no reconozcan el Sáhara Occidental como dominio marroquí. Esto, una clara muestra que el desprecio por las leyes internacionales va acompañado de la soberbia, la arrogancia, pero también la ceguera de este país magrebí, pues no existe duda alguna que dicho territorio pertenece al pueblo saharaui (1)

Las palabras del monarca fueron expresadas, en el discurso oficial por los 46 años de la llamada Marcha Verde, que significó el inicio de la invasión, ocupación y colonización de tropas y civiles marroquíes en el suelo saharaui, como también el inicio del transtierro de la población que habitaba el territorio y aquellos que permanecieron en el Sáhara occidental, que comenzarían a soportar la ocupación y colonización, que se prolonga ya por 46 años. La Marcha Verde fue una acción concertada, preparada por el poder monárquico militar bajo las órdenes del otrora rey Hassan II (padre del actual monarca) que movilizó a 350 mil civiles, que permitieron darle un supuesto cariz de masividad y espontaneidad civil del pueblo de Marruecos a una política expansionista de una monarquía belicista como es la marroquí. A la par de esta movilización, las unidades del ejército y la aviación de Marruecos entraron por el norte del Sáhara Occidental, al mismo tiempo que las tropas mauritanas lo hacían por el sur del territorio saharaui, aprovechando la conducta medrosa, timorata y traicionera del Gobierno español y su ejército, materializados en los llamados Acuerdos de Madrid,  firmados en la capital española entre Marruecos, Mauritania y el agonizante régimen franquista donde se preparó el reparto del Sáhara Occidental (2) y los propios acuerdos de reparto entre Marruecos y Mauritania.

Alianza entre criminales

Una Marcha Verde que representó la expresión de toda una puesta en escena, que escondía un tema de fondo en toda esta disputa geopolítica en la zona del Magreb: la presión estadounidense sobre España que había decidido, en el mes de agosto del año 1975, propiciar la ocupación del Sáhara Occidental. Una política que ocupó a Marruecos como ejecutor y el financiamiento de la Casa al Saud, siempre proclive a costear todo aquello que signifique crimen y expolio. España y su Gobierno endeble, con un Franco que agonizaba, un Juan Carlos que aspiraba al poder total y no ejercer un interinato, se reunió con el Gobierno estadounidense y su asesor nacional de seguridad Henry Kissinger, quien actuó como mediador exigiéndole a España entregar el territorio a Marruecos, a cambio del reconocimiento estadounidense del futuro Juan Carlos I como Rey de España.

El analista Carlos Ruiz Miguel señala en un interesante y revelador análisis titulado “Los Acuerdos de Madrid, inmorales, ilegales y políticamente suicidas” (3) que estos convenios tenían una serie de puntos secretos “Algunos de ellos fueron publicados en la revista Interviú el 28 de enero de 1978; en un número que fue secuestrado. Los pactos secretos abarcaban diversas cuestiones: económicas, jurídicas y políticas. En materia económica, se acordó la entrega a Marruecos, sin compensación alguna, de todas las instalaciones para la explotación y exportación de fosfatos, así como el 65% de las acciones de la empresa Fos Bu Craa, que explotaba el preciado mineral (el resto quedaba en manos del Instituto Nacional de Industria español). Por su parte, Marruecos convino en permitir que 800 barcos españoles faenasen durante 20 años, en las condiciones que tenían en 1975… Jurídicamente, se acordaba la delimitación de las aguas españolas en el Atlántico occidental. Por lo que hace al plano político, Rabat se comprometía a renunciar a la reivindicación de Ceuta y Melilla”

El Gobierno español y la monarquía feudal de Hassan II, con Estados Unidos en las sombras, dieron curso a toda una farsa destinada, a presionar y engañar a las Naciones Unidas como también a la sociedad española, preparando el escenario de la invasión al Sáhara occidental. El día 2 de noviembre del año 1975, el entonces delfín del agonizante dictador Francisco Franco, el futuro rey de España Juan Carlos I se reunió en el Aaiún con unidades militares españolas, días previos a la entrada de la Marcha Verde a territorio saharaui. En aquel encuentro sostuvo “He venido a saludaros y vivir unas horas con vosotros; conozco vuestro espíritu, vuestra disciplina y vuestra eficacia. Siento no poder estar más tiempo aquí, con estas magníficas unidades, pero quería daros personalmente la seguridad de que se hará cuanto sea necesario para que nuestro Ejército conserve intacto su prestigio y el honor. España cumplirá sus compromisos y tratará de mantener la paz, don precioso que tenemos que conservar. No se debe poner en peligro vida humana alguna cuando se ofrecen soluciones justas y desinteresadas y se busca con afán la cooperación y entendimiento entre los pueblos. Deseamos proteger también los legítimos derechos de la población civil saharaui, ya que nuestra misión en el mundo y nuestra historia nos lo exigen”. Tanto ayer como hoy el talante traicionero, falsario y corrupto de la monarquía borbónica se expresó con toda su intensidad.

La mencionada Marcha Verde, iniciada a mediados de octubre del 1975, cruza bajo las órdenes de Hassan II, la frontera con el territorio saharaui el día 6 de noviembre, decretando el retorno de los movilizados tres días más tarde, cumplidos ya los objetivos a ojos de la monarquía: ingreso militar marroquí en suelo saharaui, la huida de miles de sus habitantes a punta del uso de napalm, fósforo blanco y un proceso de exterminio, que significó el asesinato de miles de hombres, mujeres y niños. Aquellos que cruzaron el desierto, encontraron refugio en la hamada argelina, instalándose, desde el año 1975 hasta la fecha, en lo que se conoce como los campamentos de refugiados de Tinduf. Esa marcha marcó, igualmente, el inicio de la guerra entre Marruecos y Mauritania contra las fuerzas del Frente Polisario. Un conflicto armado que se prolongó 16 años (Mauritania, derrotada por el Polisario abandona las hostilidades el año 1979 y firma la paz definitiva el año 1991). El 6 de septiembre de 1991 saharauis y marroquíes firman un simple armisticio. En dicha fecha el pueblo saharaui, a través del Polisario decidió asumir el proceso de paz siempre y cuando Marruecos, respetara la decisión del referéndum, que debía ser conducido e implementado por la ONU a través de la Misión de las Naciones Unidas Para el Referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO). Los saharauis han cumplido, han cedido, han esperado. Marruecos, España, Francia y la ONU han traicionado los compromisos asumidos.

Mentiras y chantajes

Contextualizada la situación del Magreb occidental, las palabras de Mohamed VI, respecto a que se reconozcan sus crímenes o no habrá intercambio económico, representa una amenaza y una política de coerción dirigida, principalmente, a los países europeos. Esto, debido a la sentencia determinada el pasado mes de septiembre de este 2021 por el Tribunal General de la UE (TUE) que anuló, nuevamente, el acuerdo pesquero entre la UE y Marruecos por incluir el Sáhara Occidental (caladeros pesqueros atlánticos frente a las costas saharauis, considerados territorios ocupados y por tanto acogidos a la IV Convención de Ginebra. Recordemos que producto de este acuerdo leonino y violatorio de los derechos del pueblo saharaui, se conceden ventajas arancelarias por

parte del conglomerado de países europeos a la importación de los productos agrícolas y pesqueros de la antigua colonia española. Los gobiernos de la UE tienen hasta el 16 de diciembre de este 2021 para recurrir las sentencias.

La hipocresía de la monarquía marroquí llega a extremos increíbles, pues sin un dejo de rubor señala que “reafirmamos el compromiso de Marruecos con el alto al fuego firmado el año 1991 con el Frente Polisario y con el proceso de negociación auspiciado por la ONU para resolver el contencioso de la antigua colonia española del Sáhara” Al mismo tiempo que señala esta falacia, porque Marruecos simplemente violó cada uno de los puntos de aquel cese al fuego, el monarca Mohamed VI afirma que «el carácter marroquí del Sáhara nunca estará en el orden del día de ninguna negociación. Si entablamos negociaciones, es principalmente para lograr una solución pacífica de este conflicto regional artificia. Sobre esta base, reafirmamos el compromiso de Marruecos con el proceso político liderado por la ONU».

Las frases altisonantes y cargadas de mentiras de Mohamed VI resonaron en el aniversario 46 de la Marcha Verde. El monarca marroquí afirmó que “el carácter marroquí del Sáhara es una verdad tan perdurable como inmutable. La legitimidad de nuestra causa está validada por los anales de la historia, porque tal es el deseo profundo y ardiente de la población saharaui y finalmente porque el reconocimiento internacional lo confirma». El reconocimiento del cual habla este monarca proviene, principalmente, de la alianza tejida con el imperialismo estadounidense y el sionismo. 85 naciones del mundo reconocen a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), entre ellas, los miembros de la Unidad Africana a excepción de Marruecos. La vida palaciega parece ser una mala droga para el análisis y la lectura de los acontecimientos mundiales.

El deseo profundo y ardiente de la población saharaui es liberarse del yugo marroquí, que implica negarse a cualquier referéndum, que no incluya en su seno la alternativa de la completa autodeterminación, como parte del obligado proceso de descolonización que ha sido impedido de concretar. El Frente Polisario, único representante legítimo del pueblo saharaui ha sido tajante en esta decisión de no aceptar las ideas de autonomía planteadas por el ocupante. Así lo ha hecho saber en todas las instancias internacionales. Autodeterminación es la palabra y objetivo clave. Las palabras de Mohamed VI representan la expresión de argumentos cargados de surrealismo y fantasía, que emanan de una monarquía que se siente avalada por la complicidad de países como Francia, España y como no, Estados Unidos, que bajo el ex presidente Donald Trump avanzó en el proceso por el cual el régimen estadounidense reconoció la ilegal anexión del territorio, como moneda de cambio por la llamada normalización de relaciones entre Rabat y la entidad sionista.

Una decisión que sacó a la luz las relaciones que ambos regímenes criminales tienen hace décadas y que implicó, por ejemplo, la asesoría del Mossad israelí en la lucha contra el Polisario y el apoyo tecnológico, para la construcción del Muro de 2.700 kilómetros de largo, que se extiende a lo largo de la frontera entre los territorios ocupados saharauis y los territorios liberados al este de este muro. Un muro que separa al pueblo saharaui y esconde tras esta creación militar, la represión, detenciones, tortura y asesinatos del pueblo saharaui, sometidos a crímenes de guerra y lesa humanidad, por una monarquía, que destina miles de millones de dólares, no sólo para el trabajo de represión interno sino paras seguir siendo el elemento desestabilizador en la zona del Magreb a partir de su alianza militar con el régimen sionista. Ideas y prácticas que en el portal segundopaso.es hemos descrito como similares en la aplicación de políticas de exterminio tanto para el pueblo saharaui como para el palestino (4).

Marruecos e Israel han firmado un acuerdo militar para abastecer al Reino Alauí con el sistema Cúpula de Hierro por la compañía militar (Rafael Advanced Defense Systems). Acuerdo que amplía la influencia sionista como brazo armado del imperialismo y sus socios europeos en África y permitirá a la monarquía feudal marroquí dotarse de un sistema de defensa, que es el mismo que posee la entidad israelí y que ha sido fuertemente cuestionado por las respuestas de la resistencia palestina, que dotados de cohetes artesanales ha logrado penetrar hasta en un 60% las defensas de esta cúpula de hierro, calificada en círculos del régimen cívico-militar israelí como un escudo más bien de cristal que de hierro y que necesita ser reformulado. Un sistema defensivo considerado tecnológicamente avanzado, pero limitado por su alto costo y alcance. Un sionismo que además ha firmado acuerdos entre su empresa Ratio Petroleum y el Gobierno de Marruecos, para explorar las aguas territoriales saharauis en clara violación del IV Convenio de Ginebra, cuestión que bien sabemos al sionismo le importa bien poco en su política violatoria del derecho internacional.

A la tensa situación que se vive en el Magreb, producto de la ocupación marroquí del Sáhara Occidental se une la tensión creciente entre Marruecos y Argelia. Este último país acusa a Marruecos del asesinato, mediante el bombardeo de un camión con tres civiles argelinos en la zona del El Guerguerat en la frontera entre el Sahara occidental ocupado y Mauritania. Argelia ha cortado, además, los lazos diplomáticos con su vecino país, acusándolo de no cumplir con sus obligaciones sobre el Sahara Occidental, respaldar a un grupo de independencia regional dentro de Argelia. También ha puesto fin al suministro de gas y ha vetado a los aviones marroquíes de su espacio aéreo.

La situación en la zona occidental del Magreb es tensa. A la par de lo mencionado respecto a Argelia y Marruecos, que influye en los acontecimientos relacionados con el pueblo saharaui y su representante político y militar, se libra nuevamente una lucha donde el factor militar se hace presente. Ya sea en los territorios ocupados en El Aaiún, Smara, Djala, Auserd o en los campamentos en Tindouf la lucha continúa y en la zona sur de el Guerguerat ha mostrado que son un pueblo decidido a defender con las armas lo que es suyo. Mostrando con ello que el único camino posible para nuestros pueblos es el de la dignidad, el de la defensa de su soberanía, por muy poderoso que sea el enemigo.  Hoy, en El Guerguerat, el pueblo saharaui demuestra que su paciencia se agotó frente a un crónico violador de los derechos humanos como es la monarquía marroquí.(5)

Notas:

(1) En mi libro “La dignidad vive en el Sáhara” de Ediciones Radio Universidad de Chile. Diciembre 2017 sostengo, que el Tribunal Internacional de Justicia en octubre del año 1975 (en el prolegómeno de lo que sería la Marcha Verde)emitió un definitivo dictamen respecto a dos puntos consultados por la Asamblea general de la ONU respecto al Sáhara Occidental. Primero, el Tribunal respondió negativamente con relación a si el Sahara occidental era “en el momento de la colonización por España un territorio sin dueño, una terra nullius”. Con referencias al segundo punto de fondo que se había interrogado se señaló respecto al Sáhara Occidental la necesidad de establecer “los vínculos jurídicos de ese territorio con el reino de Marruecos y el conjunto mauritano». El Tribunal no aceptó la tesis de la soberanía territorial y no admitió más vínculos jurídicos que los derechos reconocidos a los nómadas sobre el conjunto del territorio. En consecuencia, el Tribunal estimó que no existían vínculos jurídicos que modificasen la aplicación de la resolución 1.514 (XV) de la Asamblea General, referente a la descolonización «y en particular la aplicación del principio de autodeterminación.

(2) Los llamados «Acuerdos de Madrid» son un conjunto de textos suscritos, unos, entre España, Marruecos y Mauritania; otros, entre España y Marruecos, y un tercer grupo, entre España y Mauritania. Mediante los acuerdos de Madrid de 1975, España determinó la entrega de esos territorios a Marruecos y a Mauritania. Jorge Suarez Saponaro en un interesante trabajo titulado “Los acuerdos de Madrid y la creación de la República Saharaui” señaló, que en la tarde del 7 de noviembre el ministro de exteriores marroquí se reunió con el jefe de Gobierno español, Arias Navarro; el titular de Asuntos Exteriores, Cortina Mauri; y el ministro de presidencia Carro Martínez, ferviente defensor de la tesis entreguista. En ese día fue entregado un mensaje de Hassan II, seguramente con las condiciones de entrega del Sáhara Occidental. El Gobierno español cedió la “administración” dejando de lado el discurso del príncipe Juan Carlos, respecto a la defensa del territorio colonial y la dignidad de las tropas españolas, las promesas de antaño y la defensa en Naciones Unidas del derecho del pueblo saharaui a elegir su propio destino. El 8 de noviembre Carro Martínez se reunió con Hassan II y su hermano Mulay Abdallah y abrió el camino para las reuniones tripartitas de los días 12 y 13 de noviembre. Mientras tanto parte del pueblo saharaui luchaba por su libertad y otros emprendieron el camino hacia el exilio. Ello bajo el abuso y los crímenes de los invasores marroquíes, calificadas como crímenes de guerra y lesa humanidad. España cedió ignominiosamente y dio la fecha definitiva de su retiro cobarde del territorio del Sáhara Occidental: 26 de febrero del año 1976.

(3) .https://www.clublibertaddigital.com/ilustracion-liberal/26/los-acuerdos-de-madrid-inmorales-ilegales-y-politicamente-suicidas-carlos-ruiz-miguel.html

(4) .https://segundopaso.es/news/1234/Saharauis-y-Palestinos-V%C3%ADctimas-de-los-Mismos-Criminales

(5).https://segundopaso.es/news/1148/Saharauis-Un-Pueblo-Cuya-Paciencia-Se-Agot%C3%B3

Fuente: https://segundopaso.es/news/2032/Marruecos-Violador-Cr%C3%B3nico-del-Derecho-Internacional