La solidaridad de Cuba con el mundo en materia de salud cobra particular relevancia hoy ante la pandemia global del SARS-CoV-2 y cuando faltan semanas para conmemorar el aniversario 57 del comienzo de la colaboración médica internacional.
Fue África el primer continente donde llegó la mano generosa del internacionalismo de la joven Revolución cubana que, apenas meses después del triunfo del 1 de enero, rubricó el primer convenio de asistencia con la República de Guinea en 1960 y tres años después enviaba a Argelia el primer contingente médico.
El 23 de mayo de 1963 arribó al país del norte africano la primera brigada oficial, integrada por 29 médicos, cuatro estomatólogos, 14 enfermeros y siete técnicos de la salud, quienes comenzaron a trabajar en seis de sus principales ciudades, además de Argel, la capital.
La soberana decisión de la pequeña isla del Caribe surgió de la voluntad del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, y del entonces primer ministro argelino Ahmed Ben Bella, quienes aprobaron la medida ante la fuga masiva de los médicos franceses, una vez alcanzada la independencia de Argelia el 5 de julio de 1962.
Brindar ayuda internacional en el campo de la salud, Fidel lo había hecho público meses antes al inaugurar la Facultad de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón, en La Habana, donde después se formaron miles de médicos cubanos y extranjeros de varios países.
Significado tiene para Cuba que la colaboración internacionalista comenzará por África, continente de donde llegaron como esclavos a la isla cientos de sus hijos y corre también sangre cubana, derramada en las luchas por la liberación de Angola y otras naciones hermanas.
En la actualidad, según los datos oficiales, suman unos seis mil 600 los colaboradores de la nación caribeña que brindan sus servicios en ese continente, no solo en salud, sino también en la educación, el deporte, la construcción, agricultura y recursos hidráulicos.
Ese desprendimiento desinteresado adquiere connotación especial con el apoyo de Cuba en los territorios del Sahara Occidental, vínculo surgido de manera oficial al reconocer La Habana como Estado independiente a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en 1980.
Precisamente este año se cumplieron cuatro décadas de relaciones entre los dos países, acontecimiento reconocido por el embajador saharaui Melainine Etkana, quien destacó el apoyo permanente y muestras de solidaridad de Cuba con su pueblo.
Como parte de esos vínculos en 1977 llegaron a Cuba 22 jóvenes saharuies para iniciar estudios y en 1982 obtenían sus títulos los primeros ocho médicos graduados en centros de la Educación Superior, mientras suman más de dos mil los egresados como galenos, profesores, informáticos y otros profesionales.
Los saharauies consideran estratégica la cooperación de la mayor de las Antillas “tanto por su magnitud y permanencia como por el peso político que conlleva”, según el analista político José Antonio Monje, para quién Cuba plantea su solidaridad con el mundo “desde una nueva perspectiva de lucha y acción”.
Para el antropólogo saharaui el “invaluable apoyo” de las misiones internacionalistas al país magrebí, desde el archipiélago cubano, también se concreta en la “formación de cuadros políticos y recursos humanos” en general.
Según la propia fuente, hasta el año 2002 un total de 477 profesionales de la salud cubanos participaron en misiones internacionalistas en la RASD, cifra que comenzó en diciembre de 1977 con la llegada a ese territorio de 11 galenos.
La vitalidad de esa solidaridad, calificada por La Habana como “esencial” en el desarrollo de los nexos bilaterales, se mantiene vigente hoy con la presencia allí de 13 especialistas, entre ellos nueve médicos, tres licenciados en enfermería y un ecografista.
En declaraciones a Prensa Latina, el doctor Héctor Aurelio Méndez, jefe de la Brigada en los Campamentos de Refugiados, en Tindouf, Argelia, expresó que “la función principal es brindar atención médica a los refugiados” en cinco campamentos, fundamentalmente en el Hospital Nacional Martir Brahim Saled.
Como en otras naciones del mundo donde la isla brinda colaboración médica, la Brigada enfrenta allí los embates de la pandemia del SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, y aunque no interviene de manera directa, sí contribuye a la capacitación del personal y cuidado logístico.
Si bien en el presente cobran fuerza el sentido humanista e internacionalista de las brigadas médicas de Cuba, se ensañan los ataques del gobierno de Estados Unidos para desacreditarlas con juicios y falsedades de todo tipo.
Pero como bien expresó Monje, estas están dejando un gran legado y “nos están enseñando a servir, con excelencia, generosidad y gran sentido de la justicia”.