El gobierno del presidente de Egipto, Hosni Mubarak, vive uno de sus peores momentos en sus tres décadas de historia tras las masivas protestas de la víspera, que los organizadores pretenden repetir este miércoles pese a la prohibición de las autoridades. «Después del martes, las opciones de los políticos son muy limitadas», dijo Mahmud Sultan, […]
El gobierno del presidente de Egipto, Hosni Mubarak, vive uno de sus peores momentos en sus tres décadas de historia tras las masivas protestas de la víspera, que los organizadores pretenden repetir este miércoles pese a la prohibición de las autoridades.
«Después del martes, las opciones de los políticos son muy limitadas», dijo Mahmud Sultan, columnista del periódico independiente Almesryoon, a IPS.
«El país parece encaminarse hacia un punto de inflexión histórico que puede cambiar más de un cuarto de siglo de injusticia, represión y miseria. Egipto nunca será el mismo después del 25 de enero», sentenció.
«Abajo Mubarak», gritaban miles de personas el martes en El Cairo. «Después de Ben Ali, le toca a Mubarak», decían en alusión al presidente de Túnez, Zine El Abidine Ben Ali, quien abandonó el gobierno el 14 de este mes tras multitudinarias manifestaciones.
En las protestas, que se desataron por todo el país, participaron obreros fabriles, profesores universitarios, activistas y hasta adolescentes mujeres y adultas se enfrentaron a la policía antidisturbios. La movilización del martes llamó la atención por su tamaño y agresividad.
Las consignas apuntaban contra la corrupción, el desempleo y el régimen del presidente de 82 años, cuyo gobierno de mano dura data de 1981 y cuenta con respaldo de Occidente.
Activistas inquietos promovieron el 25 de enero como «día de la rabia» a través de redes sociales como Facebook y Twitter.
El ministro del Interior Habib el-Adly ignoró la medida por considerarla inefectiva hasta que la cantidad de manifestantes sorprendió a las fuerzas del orden. Con el transcurso de las horas, lo que parecía otro día de pequeñas protestas fácilmente controlables en El Cairo se convirtió en una movilización masiva en casi todas las grandes ciudades de este país árabe de 85 millones de habitantes.
Por lo menos un policía y cuatro manifestantes murieron, uno de ellos este miércoles. Además varias personas quedaron heridas y unas 200 detenidas. El activista Rabei Ahmed dijo a IPS que los efectivos emplearon balas de goma en la capital.
Las mujeres participaron a la par de los hombres y muchas lanzaron piedras contra los efectivos antidisturbios. Los manifestantes derribaron carteles con la fotografía de Mubarak.
Hubo varias protestas en El Cairo, lo que confundió a la policía. Una de ellas se concentró en la Alta Corte de Justicia, otra en el opulento distrito de Mohandsin y una tercera en el barrio industrial de Shobra.
Cuando las fuerzas del orden se dieron cuenta de la dimensión de las protestas comenzaron a emplear gases lacrimógenos y camiones lanza-agua. La policía antidisturbios bloqueó todas las entradas al centro de El Cairo con vehículos blindados. También dispuso puestos de control para detener automóviles e inspeccionar a sus ocupantes.
Los manifestantes se instalaron en Midan al-Tahrir, la plaza de la liberación, en el centro mismo de la capital. El Ministerio del Interior les dio un ultimátum para que se dispersaran. Los canales locales de televisión difundieron la advertencia sin parar.
El gobierno, que controla las comunicaciones en este país, comenzó a bloquear sitios de Internet en la tarde al percatarse de que la situación en la calle se agravaba y de que la gente se informaba a través de ese medio.
El sitio aldostor.org, de ese periódico privado que suele publicar artículos de opositores al régimen, fue bloqueado, así como el de Alwafd, tras informar de la muerte de un manifestante. Twitter estuvo varias horas sin funcionar y los organizadores debieron coordinar las actividades por teléfonos celulares.
En la ciudad industrial de Al Mahala se realizaron las mayores protestas. Un joven manifestante dijo a IPS por teléfono que miles de personas estaban participando en las movilizaciones.
«Es como si toda la ciudad estuviera en la calle», indicó Doaa Abdulla, de 30 años. «Desperté a mi marido y lo animé a participar. Había mucha gente empujando y corriendo por todos lados. Él se cayó al piso y se lastimó, pero quería continuar», apuntó.
Doaa se fue cuando escuchó disparos. «Parecían balas de verdad. Creo que tenían orden de disparar y matar», dijo por teléfono a IPS desde Al-Mahala.
«Nos enteramos de las protestas por Facebook», relató Mona, de 15 años.
Se registraron varias protestas en ciudades como Alejandría, Tanta, Suez y Mansurá, y en algunas de la península del Sinaí.
El canal de televisión privado Al Mehwar informó que las únicas partes donde no hubo manifestaciones fue en ciudades como Luxor, Aswan y en la occidental ciudad desértica Al Wadi al Gadeed.
Los manifestantes reclamaron aumento del salario mínimo, beneficios para los desempleados, libertad para los presos políticos, cambios en la Constitución que impidan a un miembro de la familia Mubarak encabezar el gobierno. Se especula que el anciano presidente prepara a su hijo Gamal para la presidencia.