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Níger, un pueblo saqueado, una región amenazada

Fuentes: CADTM

Traducido por Caty R.

Desde hace varios meses, en el norte de Níger ha surgido una rebelión, formada esencialmente por tuaregs del Movimiento nigeriano por la justicia (MNJ), como reacción a un gigantesco proyecto minero dirigido, especialmente, por el grupo francés Areva.

La extensa región del norte de Níger posee importantes minas de uranio de las que dos de ellas se explotan, desde hace 40 años, por Areva. La rebelión actual ha arrancado a raíz de la concesión de 122 permisos de prospección y explotación del uranio en una zona de paso fundamental para los tuaregs. Esta zona inmensa, que con sus casi 15.000 kilómetros cuadrados duplica la región francesa de la Auvernia, actualmente está ocupada por el ejército nigeriano que protege los intereses de Areva, principal beneficiaria de los permisos de explotación. La región cubre una enorme capa acuífera subterránea fósil, por lo tanto no renovable, y las zonas húmedas, ecológicamente muy frágiles, imprescindibles para la supervivencia de las poblaciones agrícolas y ganaderas autóctonas.

Estado de excepción

Con la connivencia tácita de Francia, el presidente de Níger, Mamadou Tandja, se niega a negociar con el MJN y ha dado plenos poderes al ejército nigeriano en la región de Agadez. Se decretó el estado de excepción con su acompañamiento de ejecuciones selectivas sumarias, detenciones arbitrarias, destrucción de los medios de subsistencia de los nómadas (sacrificio de ganado, impedimentos para realizar las labores agrícolas, restricción de suministros…), desplazamientos de poblaciones, prohibición de las ONG y control de la radio y la prensa.

La amplitud de la represión, en realidad, deja pocas opciones a las poblaciones, esencialmente tuaregs, de esta zona de Níger. Incluso los más moderados se ven obligados a tomar las armas para garantizar la supervivencia de su comunidad, de más de de 400.000 miembros. Así, la adhesión de Issuf Ag Maha, alcalde de un municipio en el que se iniciaron proyectos de agricultura biológica, intelectual reconocido y considerado hasta ahora como pacifista, es un duro golpe para el poder, ya que pone de manifiesto que los rebeldes son algo muy diferente a los «bandidos armados» o «banda de traficantes» que pretende el gobierno.

La situación de los derechos humanos es preocupante en extremo en el norte de Níger y es necesario que se lleve a cabo una movilización lo más amplia posible para hacer que se detenga la represión salvaje, especialmente las ejecuciones sumarias y las numerosas detenciones arbitrarias, demostradas por Amnistía Internacional y Human Rights Watch. El episodio de la detención de dos periodistas franceses que intentaron entrar en contacto con el MNJ, dice mucho sobre la voluntad de opacidad del gobierno, que pretende camuflar sus atropellos. Menos mediatizado, el encarcelamiento del periodista corresponsal de Radio France internationale Moussa Kaka, preso en Níger desde hace seis meses por haber efectuado, en el marco de su trabajo, contactos con la rebelión tuareg, ha sido objeto de una nueva reclamación de Reporteros sin Fronteras.

El gobierno francés, si realmente hubiera querido romper con el sistema de la «Francáfrica», ya debería haber interrumpido su ayuda logística al gobierno nigeriano. Un convenio con Níger le permite, en efecto, el envío de material y «asesores».

Hay que constatar, una vez más, que el lobby nuclear internacional se adapta mal a la democracia. Todos los proyectos nucleares recientes se desarrollan en países que escarnecen tanto los derechos humanos como el medio ambiente: China, Libia (con las ventas del EPR -reactor nuclear fabricado por Areva, N. de T.), y ahora este faraónico proyecto minero en el norte de Níger que conlleva el riesgo de transformar una frágil y preciosa región en un enorme vertedero de basura nuclear.

Nacimiento de un colectivo

Se ha creado el colectivo «Areva ne fera pas la loi au Niger» (Areva no hará la ley en Níger) respaldado por Attac, Cedetim, el Colectivo Tchinaghen, la LCR, los Verdes, la red Sortir du nucléaire, Sud-énergie, Survie y Vía Campesina. Sus reivindicaciones se articulan en torno a dos ejes: En primer lugar parar la represión, establecer el respeto de los derechos humanos y actuaciones para una rápida pacificación. Después, una suspensión de todos los proyectos mineros nuevos mientras no se resuelvan todos los problemas vinculados a este tipo de explotación (evaluaciones y controles sanitarios, estudios de impacto sobre el agua, limpieza de la contaminación de las zonas después de la explotación, gestión posterior de las minas, etc.).

Deuda económica y ecológica

Este colectivo espera recibir muchos más apoyos, en un marco de solidaridad internacional, para el respeto de los derechos de los pueblos autóctonos y los trabajadores. Está prevista una llamada específica a las confederaciones sindicales, por iniciativa de los militantes del sindicato Sud-énergie. Las distintas acciones previstas (exposiciones fotográficas, visitas a los lugares franceses de extracción, folletos y carteles, proyecciones…) se inscriben en una lógica del cuestionamiento de Areva por un proceso ciudadano.

La cuestión de la extracción del uranio es una espina en el pie del lobby nuclear, espina que pensamos clavar lo más profundamente posible. El asunto del reparto de las riquezas es un escándalo en Níger: «En esta zona, las poblaciones sólo son víctimas excluidas de los beneficios de las riquezas explotadas», señaló Rhissa Feltou, concejal de Agadez, en la conferencia del 25 de marzo en la Asamblea nacional francesa.

Después de cuarenta años de explotación del uranio por Areva, pagado a un precio muy inferior al del mercado mundial, los nigerianos siguen igual de pobres. El país figura entre más pobres del mundo, mientras que Areva distribuye miles de millones de euros de beneficios a sus accionistas. Pagar el uranio durante cuarenta años a un precio claramente inferior al del mercado es un robo manifiesto, incluso según los criterios capitalistas. Areva -y en consecuencia el Estado francés, que es el accionista mayoritario- realmente ha expoliado al pueblo nigeriano. Y no será la ligera revalorización de 2007 la que mejorará las cosas, ya que el aprovechamiento real del maná del uranio parece que se ha establecido en el entorno del presidente nigeriano.

Por lo tanto, a la deuda ecológica vinculada a los daños causados por la extracción, se añade la deuda económica de Areva con el pueblo nigeriano. Más allá del necesario reparto inmediato de las riquezas, también es importante responder a Areva, que se jacta de ser el instrumento del «progreso»de Níger, que es posible otro desarrollo. Los 3.000 millones de euros que Areva piensa invertir para destripar el país y ensuciar sus capas freáticas podrían servir, por ejemplo, para lanzar una industria real de producción de paneles solares, que permitiría conciliar desarrollo económico, medio ambiente y acceso a la energía. Como ejemplo, el proyecto alternativo al EPR en Francia, presentado por la red «Sortir du nucléaire», demostraba que con una suma aproximada (poco más de 3.000 millones de euros), es posible crear más de 10.000 empleos fijos, lo que supone seis veces más que lo que está previsto por Areva.

Se trata, por lo tanto, de proteger a un pueblo cuyas frágiles condiciones de supervivencia están en peligro por culpa de Areva, símbolo del saqueo imperialista a la francesa. Detengamos este saqueo, empezando por exigir el pago del uranio al precio mundial y exigiendo la creación de un fondo de compensación por los perjuicios causados. Es necesario además, y sobre todo, oponerse a que Areva inicie un nuevo proyecto antes de que haya reparado los inmensos daños que causó, especialmente en la región de Arlit. La LCR compromete toda su energía en el colectivo «Areva ne fera pas la loi au Niger» para que el pueblo nigeriano, en particular los tuaregs del norte de Níger, tengan un futuro diferente del horizonte radiactivo que les prepara Areva.

Texto original en francés: http://www.cadtm.org/spip.php?article3320

Laurent Grouet es ingeniero especialista en ecología y miembro del Comité de Ecología de la Liga Comunista Revolucionaria francesa.

Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuent