El acuerdo que acaba de firmar el capitán Amadou Sanogo, jefe de la Junta que se había apoderado del poder hace tres semanas con los representantes de la CEDEAO (Comunidad Económica de los Estados de África del Oeste) ha restaurado lo que los cancilleres occidentales llaman el orden constitucional. Amadou Toumani Touré (ATT), el presidente […]
El acuerdo que acaba de firmar el capitán Amadou Sanogo, jefe de la Junta que se había apoderado del poder hace tres semanas con los representantes de la CEDEAO (Comunidad Económica de los Estados de África del Oeste) ha restaurado lo que los cancilleres occidentales llaman el orden constitucional.
Amadou Toumani Touré (ATT), el presidente que fue depuesto por los golpistas, no volverá al poder. Demasiado criticado en el interior del país y juzgado incapaz por las potencias occidentales, dimite de su puesto. Será reemplazado por Dioncounda Traoré el presidente de la Asamblea Nacional de Malí, y son atrasadas las elecciones presidenciales que debían celebrarse en una cuarentena de días. Según los términos del acuerdo, se entregará una indemnización a las familias víctimas de la guerra, y se asegura una garantía de inmunidad a los actores del golpe de estado. Este acuerdo, sobre todo, pone fin al embargo que había decretado la CEDEAO y que habría tenido consecuencias extremadamente nefastas para la población que vive en un país totalmente enclavado.
La situación en el norte de Malí
Prácticamente al mismo tiempo, los rebeldes tuaregs agrupados en el Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) declaraba poner fin a sus operaciones militares debido a que todo el territorio reivindicado estaba liberado y declaraba la independencia de Azawad.
Pero el MNLA no es el único que actúa militarmente en la región. Existen otros grupos, en particular islamistas, como Ansar Din, el Movimiento por la Unicidad y la Yihad en África del Oeste (MUJAO) y AQMI. A esto se añaden bandas armadas de traficantes de muchos asuntos. Todo esto da una situación caótica. La prensa, sin poder verificarlo, se ha hecho eco de la presencia de los dirigentes de AQMI en la ciudad de Tombuctú. En Gao y Kidal muchos testimonios dan fe de pillajes, pero también de violencia y violaciones contra las mujeres y las jóvenes por gente en armas, sin que sea posible identificarlas claramente.
El MNLA ha declarado en numerosas ocasiones que en ningún caso se aprovechará de su superioridad militar para ir más allá de la frontera que se había fijado y que estaba dispuesto a participar en la lucha contra el terrorismo. Pero esta organización, que acaba de conocer una escisión, parece superada por los diferentes grupos islamistas que no ocultan su voluntad de continuar su progresión.
Se prepara la intervención militar
La CEDEAO ha afirmado su voluntad de intervenir militarmente. Esta organización regional, si bien es africana, no debe crear ilusiones sobre su independencia. La mayor parte de los dirigentes, como el de Costar de Marfil Alassane Ouattara o el de Burkina Blaise Compaoré son deudos de Francia, otros, como el nigeriano Goodluck Jonathan, de los Estados Unidos.
Por otra parte, en la reunión de jefes de estado mayor de la CEDEAO que se celebró el 29 de marzo en Abidjan, estaban presentes consejeros militares franceses y estadounidenses.
Al mismo tiempo, Francia, por medio de su ministro de asuntos exteriores Alain Juppé, aseguraba el servicio diplomático haciendo votar en el Consejo de Seguridad de la ONU una declaración que permitía esa intervención.
En el canal RFI, Juppé aseguraba el apoyo de Francia poniendo a disposición su logística para los 3.000 soldados previstos por la CEDEAO. Una vez más, los problemas políticos van a arreglarse por la vía de las armas con las consecuencias desastrosas para las poblaciones civiles que ya están sufriendo una crisis alimentaria.
La situación en Malí es ante todo la consecuencia de los diktats impuestos por los organismos del capitalismo internacional, FMI y Banco Mundial que, en los años 1990, impusieron un ajuste estructural con numerosos recortes en los gastos públicos que llevaron a un debilitamiento considerable del estado, y privatizaciones a ultranza de las principales empresas que destruyeron el tejido económico y social del país. La intervención militar de la CEDEAO será una ocasión inesperada para los Estados Unidos y Francia para posicionarse con más fuerza en la región. Ya están presentes tropas operativas de Francia en Burkina y hay consejeros militares en Mauritania.
Fuente: http://www.npa2009.org/content/mali-non-%C3%A0-l%E2%80%99intervention-militaire
Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR