Recomiendo:
0

No con nuestro voto

Fuentes: Rebelión

Lo ha recordado Isaac Rosa [1], ese enorme escritor, ese periodista tan imprescindible como lo fueran en su día Manuel Vázquez Montalbán y Eduardo Haro Tecglen. El sátrapa, el dictador, el déspota, el criminal, el vértice destacado de este otro eje del Mal, tiene la Llave de Oro de Madrid. Se la entregó el alcalde […]

Lo ha recordado Isaac Rosa [1], ese enorme escritor, ese periodista tan imprescindible como lo fueran en su día Manuel Vázquez Montalbán y Eduardo Haro Tecglen. El sátrapa, el dictador, el déspota, el criminal, el vértice destacado de este otro eje del Mal, tiene la Llave de Oro de Madrid. Se la entregó el alcalde de la ciudad, la esperanza blanca-blanquísima-muy presentable del «principal partido de la oposición». La izquierda antigua, trasnochada, la antigualla filocomunista, el paleolítico inferior enrojecido, los que nunca se enteran de nada, los amigos de dictadores y de gentes de mal vivir se ausentaron. No estuvieron presentes en el acto solemne, un acontecimiento social pletórico de autoridades y de responsables de la leal oposición del consistorio madrileño.

Los supuestamente trasnochados y antiguos siguen abonando la misma senda: «Ni los derechos humanos ni la democracia se imponen mediante la guerra» ha señalado razonablemente, con experiencia político-histórica acumulada, Gaspar Llamazares, el diputado de IU en el Congreso. Votó el pasado martes en contra de la participación de tropas españolas en el ataque. Defensa, por supuesto, sigue manteniendo el mutismo sobre la primera patrulla de cazas españolas que intervienen en la guerra. Una guerra cuyo nombre no es guerra sino «Amanecer de la Odisea», una aurora que tiene como objetivo «garantizar el espacio de exclusión área sobre Libia» y por ese motivo, precisamente por ese motivo, el pasado lunes 21 de marzo fue bombardeado uno de los palacios del hasta hace muy poco amigo íntimo, el coleguilla de Berlusconi y de Chou-Chou, el napoleónico marido de la señora Bruni.

El primer y muy poderoso ministro de Rusia, uno de los países que se abstuvo en la votación del consejo de seguridad de las Naciones Unidas, ha hablado de tiempo de cruzadas. Alemania y Turquía, y algunos otros países árabes, están haciendo lo imposible y un poco más para evitar que la OTAN asuma el control militar de la «operación». La cosa, definitivamente, piensan con razón es poco presentable. La Francia de Sarkozy, a través del ministro de Exteriores Alain Juppé, una Francia amiga íntima de ex sátrapas como Zine El Abidine Ben Ali y Hosni Moubarak, ha tomado protagonismo y fálicamente ha desenfundado primero. No existe hasta la fecha ningún mando militar estructurado y la OTAN sigue sin llegar a ningún acuerdo para dirigir el bloqueo aéreo mientras Italia advierte de los riesgos de la «multiplicación de mandos» y Estados Unidos, comandando la operación, dice no pretender el protagonismo de la «intervención».

Núria Buenaventura ha denunciado la hipocresía de Occidente. La diputada recordó que algunos países occidentales han vendido armas a Gadafi durante muchos años. Eso no ha impedido que el pasado martes votara favorablemente en el Congreso la participación de las tropas españolas. ¿Es consistente A y B, denunciar hipocresías y apoyar (¿hipócritamente?) una «intervención» que, a no ser que queremos cegarnos, poco tiene que ver con la democracia, los derechos humanos, las libertades ciudadanas y la autodeterminación de los pueblos? La mismo hizo en el Parlamento europeo el eurodiputado verde que salió elegido en la listas de IU Raül Romeva, uno de los jóvenes dirigentes de una organización que dice, en su publicidad política municipal, hacer política mirando de frente a los ojos. En síntesis, una ICV cada vez más en armonía con lo peor de las organizaciones verdes europeas. No sólo es «¡ quien le ha visto y quien le ve, señor Zapatero!», sino también ¡quién os ha visto y quien os ve, compañeros de Iniciativa!

De Núria Buenaventura suele decirse que es diputada de ICV. Es inexacto. NB es diputada por la coalición ICV-EUiA. Muchas de las personas que apoyamos la coalición en 2010 y que nos movemos en los alrededores de EUiA, y creo que bastantes de los votantes y amigos de ICV, no nos sentimos representados por una posición política que tiende a coincidir con las tesis básicas de ese gran partido institucional y servil con tres o más caras llamado PPSOECiU.

No, pues, en nuestro nombre ni con nuestro voto. La decisión de la diputada representa acaso su posición y, seguramente, la del sector más derechista, con más y acomodado seny, de su formación política pero no, desde luego, la posición de EUiA. Los militantes, afiliados, amigos y algunos de los dirigentes de esta organización estábamos manifestándonos el pasado domingo en las calles de Barcelona, gritando, con otros compañeros y compañeras de la «Plataforma contra la guerra», de «Dones lliures en països lliures» y de otras organizaciones de izquierda, ¡No a las intervenciones imperiales!, ¡No a la hipocresía política europea! y ¡No a los dictadores y represores de los pueblos (Gadafi y los reyes de Bahrein, Yemen y Arabia Saudita, todos ellos, incluidos en el lote).

Isaac Rosa lo ha expresado con estas palabras: «No se evita una matanza con otra matanza. Tenemos muchos precedentes par dudarlo. De los muertos de Gadafi sólo sabemos de oídas, no hemos visto muchos. En cambio, empezamos a ver cadáveres bajo nuestras bombas. Ah, claro, son partidarios de Gadafi, merecen ser eliminados».

Nota:

[1] Isaac Rosa, «Qué harías tú en vez de atacar Libia». Público, 22 de marzo de 2011, p. 6.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.