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Las Candidatures d'Unitat Popular se presentarán a las elecciones catalanas del 25-N

«Nuestra labor política es la de trabajar para superar el capitalismo»

Fuentes: MÁSPúblico

Las Candidatures d’Unitat Popular anunciaron ayer, tras la celebración de su Assemblea Nacional en Molins de Rei (Barcelona), que concurrirán a las elecciones adelantadas del Principat del 25 de noviembre, después de haber conseguido en las pasadas municipales más de cien regidores y cuatro alcaldías. Albert Botran es miembro del secretariado nacional. ¿La CUP se […]

Las Candidatures d’Unitat Popular anunciaron ayer, tras la celebración de su Assemblea Nacional en Molins de Rei (Barcelona), que concurrirán a las elecciones adelantadas del Principat del 25 de noviembre, después de haber conseguido en las pasadas municipales más de cien regidores y cuatro alcaldías. Albert Botran es miembro del secretariado nacional.

¿La CUP se presentará a las elecciones del 25-N?

La ponencia que se votará hoy [por ayer] defiende presentarse, y si la mayoría de la militancia la aprueba se concurrirá a las elecciones. Siempre hemos creído que los procesos asamblearios necesitan mucho tiempo, pero la aceleración de los acontecimientos ha hecho que también se acelerase nuestra reacción. Se ha organizado una serie de asambleas abiertas en las cuales la militancia se ha pronunciado, valorando si la CUP debería ir o no, qué papel jugar, qué puntos programáticos recoger y qué tipo de política defender.

¿En qué extremos se ha situado el debate?

La militancia y el entorno han reflexionado que la CUP debe jugar un papel en la nueva situación política que se abre. Hemos estado trabajando muchos años para crear unas condiciones de ruptura con el Estado español. Ahora parece que estas condiciones han aumentado, y por tanto es necesario que el independentismo de izquierdas intervenga. Tenemos un proyecto propio que hasta ahora habíamos ido trabajando desde los municipios, pero cada vez más gente ha valorado que este proyecto debe ir más allá.

¿La entrada en la dinámica parlamentaria puede ser contraproducente?

Evidentemente es un riesgo que la dinámica parlamentaria, que es muy absorbente y muy rápida, aleje a la CUP de sus bases y su entorno. Pero todo depende de los mecanismos que podamos establecer. Si hay un arraigo fuerte de las CUP con sus bases, unos mecanismos de participación, de decisión, de debate, que funcionen bien, nada indica que el grupo parlamentario tuviese que distanciarse.

¿Este es el principal reto de pasar de una labor a nivel local a un ámbito mucho más amplio?

Sí, mantener y perfeccionar los mecanismos de participación democrática. También pensamos que si la CUP ha tenido tanto recorrido hasta el día de hoy es en parte porque mucha gente ha visto en ella lo que no veía en los otros partidos -opacidad, dinámicas excesivamente jerárquicas o personalistas-. No se entendería que ahora lo dejáramos atrás, sino que el trabajo es perfeccionarlo.

¿Se plantea alguna coalición con otras fuerzas independentistas?

No. Se valoró que la CUP tiene un proyecto propio y que lo que le conviene es defenderlo independientemente de otros proyectos, con algunos de los cuales compartimos puntos en común.

Por eso no acudisteis a la reunión entre fuerzas independentistas para debatir sobre si concurrir en coalición…

Valoramos que no se daban las condiciones objetivas para que aquello saliese adelante, y pensábamos que podía acabar como acabó. Viendo las experiencias de otros puntos de Europa donde se producen coaliciones o alianzas, normalmente son procesos que se han trabajado durante bastante tiempo y desde la base. Es el caso de Syriza o el de Bildu. Los pactos entre cúpulas normalmente no funcionan, porque no se comparten suficientes elementos en común para que dos fuerzas se alíen.

¿Sería viable una Syriza a la catalana?

Ahora mismo, entre los actores que debería implicar, las fuerzas de izquierda, no hay suficientes elementos compartidos como para que se confluya.

¿Qué diferencias plantea la CUP respecto a ERC, un partido de izquierdas e independentista?

La CUP se sitúa en una tradición de la izquierda que podríamos considerar socialista y anticapitalista. Nuestra labor política también es la de trabajar para superar el capitalismo. ERC forma parte de otra tradición de la izquierda dentro del republicanismo liberal. En cuanto a diferencias en la práctica política, pienso que ERC, en los últimos años, se ha concentrado mucho en la labor parlamentaria, mientras que la CUP entiende la política como un despliegue más global de la acción.

Desde algunos sectores de la izquierda no se acaba de entender este concepto de independentismo de izquierdas, y se considera que divide en la lucha por los derechos sociales…

Recurriendo a los clásicos, el marxismo dice que los nacionalismos pueden ser conservadores o pueden ser revolucionarios, dependiendo de las clases sociales que haya detrás, y de si son nacionalismos de estado o son nacionalismos de liberación. El independentismo catalán surgió desde la izquierda y es fundamentalmente un movimiento de izquierdas, porque lo que hace es cuestionar un orden político, y por tanto un orden económico. Y cuestionar este orden es la semilla de los cambios y la transformación social. Para nosotros es una contradicción flagrante ser independentista y de derechas. El independentismo, desengañémonos, es un movimiento de izquierdas.

Las elecciones se plantean como un plebiscito sobre la autodeterminación, ¿qué puede aportar la CUP más allá de este debate?

Es muy necesario dar contenidos sociales al proyecto de independencia. Sólo conseguiremos una mayoría social por la independencia en el momento en que este proyecto vaya ligado a conquistas sociales, tanto a nivel democrático como a nivel de derechos. Esta es nuestra idea, y lo que nosotros entendemos como un vínculo indisoluble entre la lucha social y la lucha nacional. Por otro lado, puede aportar la cuestión del marco nacional. Pensamos que este proyecto, que en Cataluña se ha acelerado, debería de extenderse al conjunto de los Països Catalans. Para nosotros es el espacio de la nación catalana, y tenemos que hacer el esfuerzo para que la gente del País Valenciano y de las islas que se sienten catalanes y que reconocen el derecho a la autodeterminación y lo quieren ejercer, puedan hacerlo.

¿No se eternizaría mucho el proceso?

En Cataluña se ha dado una aceleración de los acontecimientos que era imprevisible hace diez años, y por qué no pensar que esta aceleración se pueda dar también en otras partes de los países catalanes. Al fin y al cabo, podemos intuir cómo van las cosas dentro de la sociedad del País Valenciano o de las islas, pero nadie les ha preguntado nunca. Por lo tanto nunca podremos decir que la realidad nos separa en dos caminos distintos porque no tenemos esta certeza. La prioridad de la CUP es extender el proceso de autodeterminación a todo el territorio.

¿Cuál es vuestra postura respecto al rescate que ha pedido el Govern?

Es una gran contradicción reivindicar, por un lado, las máximas cotas de soberanía, pidiendo el ejercicio de la autodeterminación, y por otro limitar las cotas de soberanía política y económica acogiéndose a un rescate. Es un problema que deberemos afrontar en los próximos años, y nos tendremos que oponer a esta pérdida de soberanía que va acompañada de pérdida de derechos.

¿Qué opináis del papel de Artur Mas y de CiU desde de la manifestación de la Diada?

Convergència no es un partido independentista, de hecho nos lo recuerdan a menudo. El proyecto histórico de Convergència es el proyecto histórico de la burguesía catalana: reformar el Estado español para poder participar en su gobernabilidad, y por tanto es totalmente opuesto al proyecto independentista, que es romper con él para edificar un nuevo proyecto político y social. Analizando el papel histórico de CiU y los intereses de clase que hay detrás, pensamos que priorizarán algún tipo de acuerdo hasta el último minuto entre las élites económicas y políticas catalanas y el Estado español. Por eso, pensamos que CiU no liderará una ruptura con él. El tiempo nos dará o no la razón.

Pero parece que el independentismo se aferra ahora a CiU para que lidere el proceso, entre otros, por la fuerza que tiene el partido…

Y también porque quizás las alternativas que se puedan dar aún son demasiado incipientes. No hay un gran polo de izquierdas dentro del independentismo. Pero la base del independentismo es mayoritariamente popular y los contenidos políticos de esta base son esencialmente convicciones basadas en los derechos democráticos y sociales. Si a esto se le diese una salida política podría haber una mayoría de izquierdas e independentista. Creo que es circunstancial el hecho de que actualmente la hegemonía dentro del soberanismo la tenga Convergència.

¿CiU se ha apropiado del trabajo de base que desembocó en la gran manifestación de la Diada?

Sí, claro. CiU tiene muchos medios para hacerlo, porque evidentemente tiene mucha influencia en los medios de comunicación, controla muchas instituciones, y por tanto influye mucho en el debate político. Es normal que haya querido llevar toda la movilización independentista y la manifestación hacia su terreno. Le ha servido para ocultar la parte negra de sus políticas de recortes y de los casos de corrupción. Pero por otro lado, también pienso que no ha sido seguirle el juego a CiU movilizar al independentismo, porque pienso que en su agenda tampoco encaja nada bien la situación actual. Desde mi punto de vista, CiU hubiera preferido que no se diese la manifestación del 11 de septiembre en las dimensiones en las que se dio, porque les sitúa en una posición incómoda dentro de su proyecto histórico.

Fuente: http://maspublico.com/2012/10/13/las-cup-ven-inviable-una-syriza-a-la-catalana/