Naciones Unidas acaba de dar otra oportunidad a Etiopía y Eritrea para que retomen el camino de la paz y solucionen sus diferencias, con la extensión por otros cuatro meses de su misión en ambos Estados africanos. Sin embargo, una resolución adoptada la víspera por el Consejo de Seguridad para autorizar esa ampliación advierte a […]
Naciones Unidas acaba de dar otra oportunidad a Etiopía y Eritrea para que retomen el camino de la paz y solucionen sus diferencias, con la extensión por otros cuatro meses de su misión en ambos Estados africanos.
Sin embargo, una resolución adoptada la víspera por el Consejo de Seguridad para autorizar esa ampliación advierte a los dos países vecinos que de no lograrse progresos hacia la demarcación de las fronteras, la presencia de la ONU podría estar en peligro.
Si las dos partes no avanzan hacia la demarcación de la frontera para el 31 de enero de 2007, el Consejo de Seguridad «transformará o reconfigurará» a UNMEE, según el documento.
La posible reducción e incluso retirada de la Misión de Naciones Unidas para Etiopía y Eritrea (UNMEE) ha estado presente desde la adopción por parte de Asmara de restricciones a las operaciones y movimientos de esa representación.
Eritrea adoptó esas medidas para mostrar su molestia porque la ONU no había forzado a Etiopía a entregarle el poblado de Badme, una determinación de la Comisión Internacional de Demarcación (CID).
Addis Abeba se ha negado a acatar esa decisión de la CID, adoptada en 2002.
La resolución adoptada anoche unánimemente por los 15 miembros del Consejo de Seguridad demanda de las dos partes ofrecer a las fuerzas de la UNMEE todo el acceso que necesitan para llevar a cabo suS tareas.
Esa misión tiene a cargo la supervisión de una zona de seguridad de 25 kilómetros de ancho a lo largo de los más de mil 200 kilómetros de la frontera entre esos dos países.
El Consejo de Seguridad insistió también en que Asmara levante la prohibición impuesta en octubre del pasado año al uso de los helicópteros de ONU, necesarios para las tareas de patrullaje, desminado y traslado de personal.
Como reflejo de su disgusto por el estancamiento del proceso de normalización entre esos dos países, que suscribieron un acuerdo de paz en 2000, el máximo órgano de la ONU redujo sus fuerzas de tres mil 500 a dos mil 300 en abril último.
Con el acuerdo bilateral, que puso fin a una guerra que costó decenas de miles de muertes, quedó establecida la CID con la responsabilidad de trazar la línea divisoria en la disputada frontera.