El Ejército estadounidense perpetró a comienzos de esta semana un nuevo ataque aéreo contra el sur de Somalia, refugio de la Unión de Tribunales Islámicos. El diario «The Washington Post» cita a «funcionarios estadounidenses», que confirmaron que nuevamente fue empleado un avión de combate AC-130 en el ataque, que tuvo lugar el pasado lunes. Una […]
El Ejército estadounidense perpetró a comienzos de esta semana un nuevo ataque aéreo contra el sur de Somalia, refugio de la Unión de Tribunales Islámicos.
El diario «The Washington Post» cita a «funcionarios estadounidenses», que confirmaron que nuevamente fue empleado un avión de combate AC-130 en el ataque, que tuvo lugar el pasado lunes.
Una de estas fuentes confirmó que «ningún terrorista significativo» fue abatido. EEUU justifica siempre estos ataques asegurando que su objetivo son «terroristas de Al Qaeda». Así lo hizo en el anterior ataque, el pasado 7 de enero, en el que participó el mismo tipo de avión de combate, y que se saldó con decenas de muertos, la mayoría pastores nómadas.
El portavoz del Departamento de Defensa, Bryan Whitman, se escudó en el secretismo aunque insistió en que EEUU «irá a por Al Qaeda como parte de la guerra contra el terrorismo global dondequiera que nos lleve».
Morteros contra el aeropuerto
El aeropuerto internacional de Mogadiscio fue el objetivo ayer de un ataque con morteros escasos minutos después de que en su pista hubiera aterrizado una representación de la ONU para encontrarse con representantes del Gobierno títere somalí.
Fuentes oficiales cifraron en cinco las personas heridas en este ataque contra el aeropuerto, que funciona a la vez como base de las tropas etíopes que ocupan la capital desde finales de diciembre.
Pavor ante la retirada
Los morteros dieron la «bienvenida» al inicio del repliegue de parte del contingente militar etíope, que fuentes independientes cifran en 8.000 efectivos.
Con todo, el primer ministro de Etiopía, Meles Zenawi, advirtió que los soldados etíopes permanecerán en Mogadiscio «hasta que se complete la retirada total de nuestras tropas de Somalia», retirada cuya fecha se negó tajantemente a concretar.
Siempre según el cálculo del Gobierno títere somalí, que llegó a Mogadiscio a caballo de las tropas etíopes, 3.000 combatientes islamistas permanecen aún en la capital, Mogadiscio. Portavoces gubernamentales no ocultan su pavor ante una eventual retirada total de Etiopía, que les dejaría en manos de una población indignada por la ocupación de sus vecinos.
De ahí que implore la llegada inmediata de fuerzas militares de la Unión Africana. Estas esperan que la UE libre la ayuda correspondiente.