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NY Times: belicista Rubio enviaría tropas tanto a Libia como a Siria

Fuentes: Rebelión

En un comentario publicado este domingo, el New York Times valora que Marco Rubio, el enemigo número uno de Venezuela en el Congreso, hubiera enviado tropas a combatir en el terreno tanto en Libia como en Siria. El importante diario norteamericano estima que el candidato de Ileana Ros-Lehtinen, si fuera elegido a la presidencia, propondría […]

En un comentario publicado este domingo, el New York Times valora que Marco Rubio, el enemigo número uno de Venezuela en el Congreso, hubiera enviado tropas a combatir en el terreno tanto en Libia como en Siria. El importante diario norteamericano estima que el candidato de Ileana Ros-Lehtinen, si fuera elegido a la presidencia, propondría -en el mejor de los casos- una política exterior calcada sobre la de Ronald Reagan, pero con «imprudencias y empantanamientos».

Rubio debe confrontarse de inmediato con Rand Paul, el otro pretendiente declarado a la candidatura republicana para las presidenciales de 2016, en un buen debate, propone el periodico.

Señalando que el Partido Republicano ha ganado una victoria arrolladora en las recientes elecciones de medio término, el analista Ross Douthat, que firma el artículo titulado «La lucha que los republicanos necesitan ahora», hace un examen de las distintas políticas defendidas por los dos contendientes y subraya el extremismo de Rubio en los grandes debates de política exterior.

«El partido tiene una mayoría más que cómoda en la Cámara de Representantes y un sólido margen en el Senado, y se enfrenta a un presidente saliente sellado en una burbuja de autoestima agria», opina Douthat, el más joven de los editorialistas del Times, conocido por sus inclinaciones conservadoras.

«Esto significa que los debates políticos en Washington pronto serán tragados por inhabilidad presidencial, y si la próxima campaña de las primarias republicanas es como la última, el discurso conservador podría convertirse pronto en una zona libre de idea».

Pero hay razones para esperar que esta vez podría ser diferente, afirma el especialista del Times. Rubio y Paul no son necesariamente los más calificados de los contendientes republicanos, dice, precisando que son relativamente jóvenes, carecen de experiencia ejecutiva, y sus registros legislativos son modestos.

Pero ambos expresan ideas bien demarcadas en contraste con la mayoría de sus potenciales rivales -entre ellos Jeb Bush-, que en la actualidad no lo son.

Es en la política exterior, particularmente, donde la diferencia entre los dos políticos se agudiza, según Douthat.

Paul se presenta como el heredero de la tradición realista en la política exterior republicana, mientras que el récord y las declaraciones de Rubio están más en línea con el neoconservadurismo de la era Bush.

«Para utilizar ejemplos específicos de la era Obama, un Partido Republicano dirigido por Paul presumiblemente se opondría a las intervenciones humanitarias (sic) de estilo Libia y evitaría tácticas como nuestro esfuerzo para ayudar a los rebeldes de Siria», considera el columnista.

Al contrario, un partido republicano liderado por Rubio «podría estar dispuesto a poner las botas estadounidenses sobre el terreno en ambas situaciones. Estas no son pequeñas diferencias, y podrían ser aún ampliadas en crisis más grandes».

«Para imaginar a Rubio como un exitoso presidente en política exterior, tengo que imaginar una administración en el molde de Ronald Reagan, cuando la retórica de línea dura coexiste con profunda cautela en el uso de las tropas terrestres de Estados Unidos – pero creo que existen razones para preocuparse que obtendríamos más bien imprudencias y empantanamientos».

Douthat concluye deseando que el partido vea estos hombres en un debate. «Tal vez ese debate se acabaría con un vencedor y un vencido (…) pero implicaría exactamente los temas que los republicanos necesitan trabajar antes de que se les de el control de la Casa Blanca, una vez más», escribe el analista del Times.

LA OBSESION VENEZOLANA

Entretanto, Rubio irrumpió de las últimas elecciones -donde su escaño no estaba en juego- con su retórica algo torpe sobre la imposición de sanciones a los funcionarios venezolanos que «cometen abusos contra los derechos humanos». Dicho por quien aplaudió a los crímenes de Israel en Gaza – con su querida Iliana – esto sorprende.

El republicano de Florida es uno de los patrocinadores de la legislación – siempre con su pareja Ros-Lehtinen- contra el gobierno socialista de Venezuela, una «iniciativa» que se ha estancado.

Una legislación similar, que instruye a la administración de Obama congelar los activos estadounidenses de «abusadores conocidos» (¿?) y dedicar más del presupuesto estadounidense a los «grupos pro-democracia» en el país sudamericano, ya ha pasado la Cámara.

«Espero que podamos lograr algo mucho más fuerte que lo que la Casa Blanca ha hecho hasta ahora,» dijo Rubio, expresándose en perfecto gringoñol.

Hablando en Bogotá, Colombia, un día después de la victoria por el control del Senado, Rubio dijo que se alegra con la decisión de la administración Obama de imponer una prohibición de viajar (a EE.UU.) contra más de 20 funcionarios venezolanos no identificados.

Aún así, el legislador derechista dijo que se necesita «más acción para castigar» al gobierno del presidente Nicolás Maduro.

El extremismo de Rubio y de Ros-Lehtinen no se expresó con tanta firmeza, recientemente, cuando el Tampa Bay Times reveló cómo sus dos principales asesores disfrutaron de un viaje a China valorado en 10 000 dólares por persona con estancias en hoteles de lujo y visitas a los sitios turísticos más famosos – una cortesía del gobierno chino.

Tampoco Rubio se vio muy locuaz cuando el Buenos Aires Herald demostró cómo los fondos buitre que intentan estafar a Argentina, han engrasado su fondo de campaña, junto a el de otro favorito de la mafia cubanoamericana, el senador en desgracia Robert «Bob» Menéndez, símbolo vivo de la corrupción en el Congreso norteamericano.

Tampoco ha rectificado sus cuentos de pobre cubano infeliz, víctima del «castrismo», después que se supo que sus padres abandonaron la Isla, antes de la Revolución, cuando sus viejos amigos de la mafia cubanoamericana que tanto lo adulan… hacían reinar el terror al lado de Fulgencio Batista.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.