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Obama, subastador de guerras

Fuentes: Rebelión

«¡Oh la USA del dólar, oh atómica agresora, / Cartago anti-humanista, gigante que levantas/ sobre unos pies de barro tu cuerpo de oro y hierro,/ malditas sean tus madres, malditos sean tus muertos!» Perteneciente a «La invasión», del libro Dirección prohibida, de Gabriel Celaya.   El Congreso de EEUU es una casa de subastas y […]

«¡Oh la USA del dólar, oh atómica agresora, / Cartago anti-humanista, gigante que levantas/ sobre unos pies de barro tu cuerpo de oro y hierro,/ malditas sean tus madres, malditos sean tus muertos!»

Perteneciente a «La invasión», del libro Dirección prohibida, de Gabriel Celaya.

 

El Congreso de EEUU es una casa de subastas y una cuadra sucia. Obama va subastando las guerras, se ha sabido con respecto a Siria, antes estuvo Libia y antes Iraq, ahora ha sido Croacia, pone precio de salida, y los congresistas hacen cuentas, calculan sus ganancias empresariales y pujan para que sean sus mercenarios quienes asesinen. Luego cogen el gobierno, el gas, el petroleo, y corrompen la sociedad que queda, lo dejan todo revuelto, derruido, sucio moral, ética y físicamente. El Congreso de EEUU parece una cuadra sucia, las cabras dejan el estiércol, y con el estiércol surgen las moscas. Los orines lo enfangan la Cuadra Blanca y el tufo ácido es su misma atmósfera. Habrá que derruir semejante chabola infecta. El mundo no puede vivir sin eliminar tal veneno, como acabó la Alemania nazi, el alma de la guerra hasta aquel momento.

En su paso por la Historia el Congreso de EEUU escribe los capítulos más tristes y trágicos desde después de la 2ª Guerra, los capítulos de antes se puede preguntar a los sudamericanos, pero estábamos en lo ocurrido después de la 2ª Guerra, los gobiernos de EEUU que bien han seguido los pasos de aquellos que mentían mil veces hasta que la mentira pasaba por verdad.

Años antes ya escribía Mark Twain en «Satanas y la raza de los borregos»: «A continuación, los estadistas inventarán mentiras baratas, echando la culpa a la nación atacada, y todos los hombres se alegrarán de falsedades como esas que aplacan sus conciencias, y las estudiarán diligentemente y rehusarán todo examen para refutarlas. Con ello, poco a poco se convencerán a sí mismos de que la guerra es justa, y darán gracias a Dios por un mejor sueño de que gozarán después de este proceso de grotesco autoengaño.»

Pero el autoengaño de las gentes «con las falsedades que aplacan sus conciencias», es conducido por el aparato de propaganda del gran capital, y el gran capital tiene una parte de su defensa en la creación de miedo social. Un ejemplo de los últimos días: el periódico estadounidense El País, presenta un espacio publicitario en el que anuncia un libro publicado por la misma empresa. La idea que sostiene es que todo va directamente al desorden. Para hacer tal afirmación el libro, firmado por Boltzmann, se presenta con un párrafo que comienza: «Las personas envejecen, las máquinas se estropean, las estrellas se apagan … Todo tiende al caos.» El autor debió de creerlo hasta las trancas puesto que terminó su vida suicidándose.

No es una broma de mal gusto, la subasta de la guerra da grandes emolumentos, la subasta, los mercenarios, la difusión de un inminente desastre, abren la puerta al terror, desarrollan el miedo instintivo a cualquier futuro, es la maniobra para cada caso que prepara la perversión de cualquier buen deseo social. Estas maniobras buscan el mantenimiento del sistema que condena a la mayoría del mundo. Pero esa conclusión no se nos dice nunca, se nos inculca desde sus medios la idea de que vivimos en el mejor de los mundos posibles, o de que la culpa de es de cualquiera que diríamos es como nosotros mismos y no lo reconocemos, o que el mundo va al desorden sin que nadie pueda evitarlo. Nos sirven en bandeja de plata la mentira como verdad.

Cuánto se parecen todas esas mentiras a las películas estadounidenses: una tropa especial, heroica hasta dejarse el pellejo, desinteresadamente luchan por salvarnos de unos desconocidos que causan el terror, vienen las hormigas gigantes y nos comen; se declara un incendio en Nueva York y amenaza con consumir la ciudad, que es según nos dicen el ombligo del mundo, y también nos salvan; un sunami, unos marcianos, un asesino en serie, unos palestinos … y al final viene Obama Superman, o la brigada no se cuantos a la que Obama , su madre y los suyos dirigen, y nos salvan. Y nos dicen que lo hacen por nuestro bien. Eso de que en la pura realidad nos roban y nos matan no tenemos que creerlo.

En ese sentido el periódico estadounidense que se edita en España presenta frases memorables sobre Crimea y el sureste asiático. Lo hace recogiendo un informe de la revista especializada IH Jane´s, una revista que encaja su propaganda en ese concepto de destrucción mundial, revista que, curiosamente, considera al periódico que la acoge en el Estado español apto para difundir su propaganda antirusa, estando como estamos en plena campaña contra nosotros de recortes de servicios públicos, leemos un par de frases sobre el gasto militar de Moscu: «… crece mientras el Gobierno recorta el Estado de bienestar y la sanidad pública». Y continua reduciendo a cenizas todo lo que se refiere a Rusia, China …, ¡Rusia y China son el demonio!. Y los obamas nos salvan de los extraterrestres, de las hormigas gigantes, de los terroristas venidos de no sabemos donde … Es tan cínico todo el periódico que en su encumbramiento de Obama, por cierto el presidente más rechazado de EEUU, nos lo lleva al más alto de los altares, todo un santo cristiano a los pies del presidente del Vaticano, un Estado improductivo, teocrático, machista desde la raíz, señalado como paraíso fiscal … y el subastador de guerras contra los pueblos hace un alago al que se dice enviado de Dios al pedirle: «por favor, rece por mí y por mi familia.»

¡Calla!, esperaba que dijese: «haga algo para acabar con las guerras que provoco o provoca mi gobierno; elimine la pobreza en EEUU y en el mundo; acabe con el capitalismo, causante de tanta injusticia social …», pero no, lo que ha dicho el peor presidente del mundo es que se acuerde de él. Patético. Después de pedirle que rece por su familia y por él mismo, va y declara que el Papa le ha «inspirado», ¿el qué?, al decir que el problema del mundo no es económico: «en el fondo es una cuestión ética.» Y continúa: «Una de las cualidades que más admiro en el santo padre es su coraje de hablar sin pelos en la lengua de los desafíos económicos y sociales más grandes con los que nos encontramos en estos tiempos.» Un descanso, por favor.

Hay que tener mala baba, desde luego, para decir que el problema económico del mundo «en el fondo es una cuestión ética.» Los crímenes de guerra, sus subastas de las guerras, sus crímenes económicos y sociales empezando en EEUU y terminando en su dominio global del mundo, son «una cuestión ética». A Obama le viene muy bien éste Papa, puede hablar con él de ética durante horas y salir sin un rasguño. Los dos se entienden. El subastador de guerras y sus comerciantes, mercenarios y santones, nos repiten la última mentira a través de sus revistas especializadas y sus periódicos, las gentes que sostenemos el mundo estamos dejándolo caer a las tinieblas del infierno piensan que tenemos un problema … de ética. Boltzman decía que «todo tiende al caos.» Ahora que las clases trabajadoras se mueven por el mejor fin, el cambio social que haga justicia social.

Ramón Pedregal Casanova es autor de «Dietario de crisis», puedes bajártelo de Libros libres, en rebelion.org; y es autor de «Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios», edita Fundación Domingo Malagón.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.