El Gobierno ecuatoguineano decidió prohibir la manifestación prevista para este miércoles 23 de marzo en Malabo, un acto que había sido organizado por el grupo opositor Unión Popular (UP) y en el que se mezclaban reivindicaciones políticas y socioeconómicas, desde «una real apertura democrática» del país hasta «la vivienda y el empleo». Este mes también […]
El Gobierno ecuatoguineano decidió prohibir la manifestación prevista para este miércoles 23 de marzo en Malabo, un acto que había sido organizado por el grupo opositor Unión Popular (UP) y en el que se mezclaban reivindicaciones políticas y socioeconómicas, desde «una real apertura democrática» del país hasta «la vivienda y el empleo». Este mes también han sido prohibidos dos intentos de manifestación de otro partido opositor, Convergencia Para la Democracia Social (CPDS), los días 8 y 20.
La manifestación de UP de este miércoles 23 estaba convocada en la calle Nigeria, en las proximidades del Ayuntamiento de Malabo, a las 10.00 horas. Sin embargo, el martes 22, el ministro de Interior, Clemente Engonga Nguema, comunicó a UP que dicho acto estaba prohibido y avisó al líder de UP, Daniel Darío Martínez, de que si finalmente se manifestaban incurrían en una grave responsabilidad. Durante esta semana se ha podido observar una gran presencia policial en Malabo, con especial incidencia en la calle Nigeria.
En una reciente intervención ante la Cámara de Representantes del Pueblo, el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, envió un mensaje a los convocantes de este tipo de protestas, acusándoles de intentar provocar una revuelta y de perjudicar la imagen del país en el exterior. Según fuentes gubernamentales, el dictador ecuatoguineano ha anunciado su intención de reunirse con la oposición legal este jueves para transmitirles esta misma idea.
En este mismo sentido, Obiang, que en la actualidad también preside la Unión Africana (UA), aseguró la semana pasada que las «justas y legítimas» reivindicaciones de los jóvenes de varios países africanos a favor de las reformas políticas deben llevarse a cabo «dentro del orden» para que no se transformen «en rebeldía y desobediencia civil».
Durante los últimos días, personas cercanas al gobierno de Guinea intentaron presionar y amenazar a los dirigentes de UP para que desconvoquen la concentración del día 23. «El gobierno está muy preocupado» o «podría haber detenciones y cuando estés en la cárcel el gobierno puede entregar tu partido a otra persona», fueron algunos de los argumentos trasladados a los líderes de UP, según fuentes opositoras.
Este intento de manifestación de UP se produce días después de que otro partido opositor legalizado, CPDS, intentara manifestarse en Malabo y Bata con igual resultado. El CPDS había pedido autorización para celebrar mítines («reuniones públicas»), en Malabo y en Bata, el 20 de marzo. El gobierno respondió negativamente a esta petición. CPDS insistió en su solicitud y las autoridades gubernativas llamaron el pasado viernes a representantes del partido opositor para comunicarles que no iban a autorizar reunión alguna, que no entendían la «resistencia» de CPDS a su decisión y si mantenían su decisión de llevar a cabo los mítines «se atuvieran a las consecuencias». Finalmente las reuniones no tuvieron lugar.
El mismo día 20 se pudo apreciar una anormal presencia de policías pertrechados con equipos anti-disturbios (cascos, escudos…) en la región continental, especialmente en Bata. De hecho, la policía esperaba que los militantes de la formación opositora CPDS salieran a la calle pese a la prohibición. Ese día llevaron a cabo diversos actos en la sede de su partido y la policía esperaba que a la salida intentaran una manifestación. En días posteriores, aumentó el número de policías en las calles de Bata e incluso algunos de ellos patrullaron por las ciudades de la región continental. En uno de estos desplazamientos al interior, el teniente coronel de la policía, Pedro Engonga, comunicó a los distintos «jefes de poblado que, según sus informaciones, CPDS tenía intención de llevar a cabo una manifestación antes de fin de mes y que no iba a ser tolerada.
Ya el pasado día 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la ciudad de Bata amaneció casi en estado de sitio: impresionante presencia militar en todas las calles, blindados antidisturbios, rigurosos y sistemáticos controles militares y de policía en la mayoría de los cruces de la ciudad, registrando todos los vehículos. La ciudad amaneció literalmente paralizada, según fuentes opositoras.
El pretexto para este despliegue de fuerzas era el control de extranjeros indocumentados, pero, en realidad, el régimen sabía que las mujeres de CPDS tenían previstas varias actividades en este día, entre las cuales una manifestación pacífica, algo que se intentó y se logró evitar a toda costa.
Fuente: http://www.guinguinbali.com/index.php?lang=es&mod=news&task=view_news&cat=3&id=1718