Un informante secreto asegura que EE. UU. vigila al líder boliviano. A pesar de las denuncias de los Estados Unidos de que Bolivia se convertiría en un «narcoestado» bajo la presidencia de Morales, el país ha logrado reducir el cultivo de hoja de coca, especialmente en los últimos cinco años.
Los Estados Unidos han acusado de forma secreta a altos funcionarios relacionados con el gobierno del presidente de Bolivia, Evo Morales, de presuntos nexos con una red de tráfico de cocaína. Las acusaciones, contenidas en una operación clasificada de la Administración para el Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) llamada «Operación Rey Desnudo», no fueron reveladas al público.
Morales, un ex líder del sindicato de productores de coca en Bolivia, ha estado, desde hace mucho tiempo, en desacuerdo con la DEA. En 2008 expulsó a la agencia de su país y se embarcó en su propia estrategia en la lucha contra el tráfico de drogas, auspiciando los usos tradicionales de la coca en la cultura boliviana; ha trabajado en colaboración con los productores para regular la actividad y promover el desarrollo alternativo en otro lugar. El plan de Morales ha sido eficaz en la reducción del cultivo, según las Naciones Unidas.
Pero eso no significa que la DEA haya aceptado su expulsión de buena manera. De hecho, la agencia persiguió a miembros de la administración de Morales en un aparente esfuerzo para socavar su liderazgo.
Las acusaciones clasificadas, que fueron reveladas la semana pasada en una demanda presentada por Carlos del Toro, un informante de largo tiempo de la DEA, apuntan a Walter Álvarez, un alto oficial de la Fuerza Aérea de Bolivia; al fallecido Raúl García, padre del vicepresidente Álvaro García Linera; Faustino Giménez, un ciudadano argentino y residente boliviano quien se dice que es cercano al vicepresidente; y Katy Alcoreza, descrita como una agente de inteligencia de Morales. Toro revela en el documento presentado en la corte que él jugó un papel integral en la obtención de las acusaciones como parte de una investigación clandestina de la DEA en la supuesta red de tráfico de cocaína boliviana, que la agencia investigó desde su sede en Asunción, Paraguay.
«Podríamos estar frente a un «narcoestado» que apoya el cultivo descontrolado de coca.» -James T. Hill, General del ejército de los Estados Unidos.
Toro presentó una demanda contra el gobierno en el Tribunal de Reclamaciones Federales de los Estados Unidos en septiembre, pidiendo $5,000,000 de dólares, como compensación por la falta de pago por sus más de 25 años de trabajo con la DEA. El ex miembro del Cártel de Medellín, reveló al público su carrera en una serie de entrevistas con The Huffington Post, y posteriormente con CBS News. Ha estado involucrado en la investigación, la detención o el enjuiciamiento de figuras prominentes, desde el narcotraficante colombiano Carlos Lehder y el dictador panameño Manuel Noriega, hasta miembros importantes de los cárteles mexicanos.
Voceros del Departamento de Estado, del Departamento de Justicia y de la DEA declinaron darnos algún comentario. Sin embargo, anteriores informes de prensa en la región han acusado a importantes miembros del gobierno de Morales de estar involucrado en el tráfico internacional de cocaína. René Sanabria y Oscar Nina, ambos ex altos funcionarios antidrogas del gobierno de Morales, han sido detenidos por narcotráfico. Nina fue arrestado en marzo de este año y Sanabria fue detenido en Panamá y extraditado a los EE.UU. en 2011; sus defensores sospechan que el arresto tuvo fines políticos.
«Deseamos recordar que la DEA no trabaja en Bolivia desde 2009 y desde entonces no realiza ninguna actividad en el país», dijo en respuesta a los reportes sobre la investigación Chase Beamer, consejero para Asuntos Públicos de la Embajada de Estados Unidos en Bolivia.
El funcionario aseguró a La Razón que la agencia trabaja en países vecinos e intercambia regularmente datos entre instituciones policiales.
Esta semana, el gobierno de Barack Obama anunció que está planeando oficialmente «retirar la certificación» a Bolivia – una medida burocrática que equivale a una acusación por funcionarios estadounidenses de que Bolivia no está cooperando lo suficiente en la lucha contra el tráfico de drogas.
El martes Morales se refirió a la decisión de retener fondos estadounidenses para el control de drogas, la calificó de una maniobra política por parte de una nación comprometida con tácticas ineficaces de lucha contra el narcotráfico.
«Creo que es una acción política ejercida por el Departamento de Estado de los Estados Unidos», dijo el presidente Morales durante una conferencia de prensa en el palacio de gobierno que reportó La Razón de Bolivia. «Pero si somos honestos, la política de los Estados Unidos es un fracaso en la lucha contra el tráfico de drogas en el mundo.»
Morales ha presumido del reciente éxito de Bolivia en la reducción de la producción de coca, y ha mencionado a Colombia – que, según las Naciones Unidas, ha registrado un aumento significativo en el cultivo de coca en el último año, a pesar del apoyo de los Estados Unidos – como un ejemplo de un fracaso del respaldo estadounidense.
«Podría mencionar muchos países en el mundo donde existe este problema y cómo ha crecido con la presencia de los Estados Unidos», dijo el presidente. «Están usando la lucha contra el narcotráfico con fines políticos claros.»
Mientras que la Casa Blanca identificó a Colombia como un importante productor de drogas ilícitas, escribió que la nación ha «demostrado un liderazgo muy eficaz en la lucha contra el tráfico de drogas y el crimen internacional», agregó que el país es un «socio fuerte en la lucha contra el narcotráfico.» Como prueba, la administración señaló los últimos niveles de erradicación de cultivos e incautación de drogas.
El actual mandatario boliviano y la DEA tienen una larga historia de desencuentros. Morales, un miembro del grupo indígena Aymara y quien fue productor de coca, llegó primero al poder como la cabeza de una federación de sindicatos cocaleros. La organización ganó mucha de su fuerza mediante su activismo en respuesta a las violaciones de los derechos humanos llevadas a cabo por el grupo anti-drogas apoyado por la DEA conocida como UMOPAR, a partir de la década de los ochentas. En 2005, Morales lideró las protestas en todo el país que derrocaron el gobierno del ex presidente de Bolivia, Carlos Mesa.
Morales llegó a la presidencia en 2006, y ha sido dos veces reelegido por amplios márgenes. Al inicio de su primera campaña, los bolivianos en la región cocalera del Chapare, donde el presidente inició su carrera, recordaron su ascenso como una respuesta a la guerra contra las drogas liderada por los Estados Unidos. Jaimie Rojas, un vendedor de periódicos en Villa Tunari, una ciudad en el Chapare, conoció a Morales desde que tenía unos 20 años. «Él fue capaz de unir a la gente y hacer que todos le dieran la espalda a la UMOPAR,», dijo en una entrevista de 2005.
«La guerra reveló las verdaderas intenciones del gobierno estadounidense al pueblo de Chapare. Detrás del combate a las drogas hay otros intereses. Los intereses en los recursos naturales y en el desmantelamiento de los sindicatos en el Chapare», dijo Feliciano Mamani, un líder en el partido político de Morales y productor de coca.
Muchos indígenas bolivianos, entre ellos Morales, defienden la producción de coca como un derecho ancestral. Después de todo, los bolivianos han utilizado las hojas de coca en una gran variedad de maneras por miles de años. Pero la coca también es el ingrediente esencial de la cocaína, y la íntima relación de la nación con la planta ha hecho que sea el tercer mayor productor mundial de la droga, después de Perú y Colombia.
«Me acusan de todo. Dicen que Evo es un narcotraficante, que Evo es un narcoterrorista.» – Evo Morales, presidente de Bolivia.
El gobierno de los Estados Unidos y la DEA no ocultaron su malestar cuando su némesis, Morales, fue elegido presidente. «Si los radicales siguen secuestrando al movimiento indígena, podríamos encontrarnos ante un ‘narcoestado’ que apoya al cultivo descontrolado de coca», dijo el General James T. Hill, comandante del ejército de los Estados Unidos del Comando Sur, al Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes en marzo 2004, en referencia al movimiento de Morales.
«Yo no creo que haya un futuro atractivo o viable al convertirse en un ‘narcoestado'», expresó John Walters, quien era el zar antidrogas del gobierno de Bush a The New York Times el año siguiente, cuando consideraba que Morales estaba camino a la victoria.
Morales utilizó las acusaciones para su beneficio político. «Me acusan de todo», dijo en un acto de campaña, de acuerdo con el mismo artículo del Times. «Dicen que Evo es un narcotraficante, que Evo es un narcoterrorista. No saben cómo defender su posición, por eso que nos atacan.»
El presidente boliviano, Evo Morales, expulsó tanto al embajador de los Estados Unidos como a la DEA de su país en 2008.
Hay una broma en Bolivia y otros países de América Latina que dice así:
P: ¿Por qué nunca ha habido un golpe militar en los Estados Unidos?
R: Porque no hay embajada estadounidense en Estados Unidos.
En septiembre de 2008, Morales aseguró que no habría una en Bolivia tampoco, y expulsó al embajador estadounidense Philip Goldberg del país.
Entonces, ese noviembre, Morales expulsó a la DEA, con el argumento de que la agencia había cometido violaciones de derechos humanos, ocultaron asesinatos y utilizaron rutinariamente sus facultades de investigación para enfocarse en los políticos y líderes de movimientos que desafiaban la agenda neoliberal de Washington. Morales había hecho la promesa en campaña de nacionalizar los recursos de gas natural del país y utilizar las ganancias para desarrollar la economía de abajo hacia arriba.
En respuesta a la expulsión de Goldberg, un portavoz del Departamento del Estado dijo que «el único derrocamiento que buscamos es el de la pobreza … Ningún país ha mejorado jamás el bienestar de sus ciudadanos antagonizando con los vecinos y absteniéndose de fructífera integración con las democracias del mundo. «
Sin embargo, bajo el mandato de Morales, Bolivia ha experimentado un auge económico favorable para los más pobres.
En el año 2014, el Times escribió sobre el renacimiento de Bolivia:
Escondido en la sombra de sus vecinos más poblados y prósperos, la pequeña y empobrecida Bolivia, alguna vez un caso perdido económico, se ha convertido de repente un tipo diferente de excepción – esta vez en el buen sentido. Su economía creció un estimado de 6.5% el año pasado, una de las tasas más altas en la región. La inflación se ha mantenido bajo control. El presupuesto está equilibrado, y la deuda pública que una vez era paralizadora, se ha reducido drásticamente. Y el país cuenta con un fondo de reservas de divisas tan grande por su relativamente pequeña economía, que podría ser la envidia de casi todos los demás países del mundo. El artículo del Times señala que con Morales la pobreza extrema ha caído en picada, a pesar de – o más bien, a causa de – su negativa a seguir el camino que los EE.UU. le habían trazado.
Sin embargo la prosperidad del país se enfrenta a un enemigo mayor que el neoliberalismo. La Paz, que se encuentra a unos 4,000 metros sobre el nivel del mar, depende del deshielo de las montañas de los alrededores para su supervivencia. Como resultado del cambio climático, la capa de nieve está desapareciendo.
A pesar de las denuncias de los Estados Unidos de que Bolivia se convertiría en un «narcoestado» bajo la presidencia de Morales, el país ha logrado reducir el cultivo de hoja de coca, especialmente en los últimos cinco años. De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la producción total de hoja de coca seca cayó un 11% desde 2013 hasta 2014, y ha caído en un promedio de casi 10% cada año desde 2011. Los esfuerzos de interdicción dirigidas a los cultivos de coca también han caído en picada desde la expulsión de la DEA en 2008, aunque las confiscaciones de cocaína siguieron aumentando hasta 2013, cuando se redujo significativamente. En 2014, las confiscaciones de clorhidrato de cocaína procesada volvieron a los niveles anteriores, aunque el decomiso de las hojas de coca y base de cocaína se mantuvo bajo.
«[El tráfico de drogas] debe ser combatido – estamos convencidos de eso – y lo estamos haciendo de manera más eficaz y más inteligente», dijo Morales a Al Jazeera en una entrevista de 2014. «Cuando los Estados Unidos lideraban la lucha contra el narcotráfico, utilizaron el tráfico de drogas con fines puramente geopolíticos …. Los Estados Unidos utilizan el narcotráfico y el terrorismo por el control político …. Hemos nacionalizado la lucha contra el narcotráfico.»
En 2009, Hillary Clinton, advirtió del «alarmismo» de Morales y del recién fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez en un testimonio escrito durante sus audiencias de confirmación para convertirse en secretaria de estado. Sin embargo, los temores de Morales, no eran producto de una mera paranoia. La DEA, de hecho fue tras él.
La revelación de la «Operación Rey Desnudo» viene a demostrar que la paranoia de los líderes bolivianos estaba bien justificada, dijo Kathryn Ledebur, quien dirige la Red Andina de Información con sede en Bolivia. «Las autoridades estadounidenses con frecuencia desestiman las denuncias del gobierno boliviano sobre la intervención de la DEA y de los Estados Unidos como especulación absurda, pero estas revelaciones muestran lo que es sabido por todos – durante mucho tiempo ha habido una alarmante falta de supervisión de las operaciones de la DEA en América Latina, incluyendo excesos en sus misiones y la violación de los acuerdos con los países anfitriones», escribió en un correo electrónico.
«Incluso antes de la elección de Morales, altos funcionarios estadounidenses advirtieron que sus políticas sobre la coca, la fiscalización de las drogas y el rechazo a las políticas estadounidenses, sumirían a Bolivia en el caos del tráfico de drogas. Sin embargo, sin la financiación de la DEA o de los Estados Unidos, Bolivia ha mejorado de forma consistente su control, con el cultivo de coca mas bajo de la región y con políticas de interdicción creíbles. Hay mucha incongruencia con los paladines antidrogas de los Estados Unidos, que en este caso, algunos parecen trabajar sólo para hacer su predicciones realidad.»
La versión original de este artículo apareció en HuffPost Politics, en inglés. El 15 de septiembre, Ledebur y Nick Wing del HuffPost aparecieron en el programa Democracy Now! para hablar de las revelaciones. (Esta entrevista será publicada el lunes por rebelion.org.)
Fuente: http://voces.huffingtonpost.com/2015/09/17/operacion-rey-desnudo-evo-morales_n_8148360.html