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Pajas y vigas en el ojo ajeno y en el propio

Fuentes: Rebelión

El presidente de la Generalitat, don Artur Mas, tiene razón, toda la razón del mundo… en el siguiente caso. Es más que razonable que arremetiera duramente, lunes 4 de febrero, contra la decisión del fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, de abrir un expediente al fiscal superior de Cataluña, Martín Rodríguez Sol. Artur Mas, el […]


El presidente de la Generalitat, don Artur Mas, tiene razón, toda la razón del mundo… en el siguiente caso. Es más que razonable que arremetiera duramente, lunes 4 de febrero, contra la decisión del fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, de abrir un expediente al fiscal superior de Cataluña, Martín Rodríguez Sol. Artur Mas, el presidente que se ríe de los niños andaluces por su habla castellana, lamentó que en España «pueda ocurrir que «un general amenace con el Ejército y no pase nada» y, en cambio, para pedir «respeto a la voluntad del pueblo» se abra un expediente a un fiscal» [1]. La vicepresidenta del gobierno de la Generalitat, doña Joana Ortega, fue incluso más allá. «Lo que ha anunciado el fiscal general del Estado contra el de Cataluña nos remonta a la época del No-Do. ¿Hasta cuándo la época en blanco y negro?». ¡Qué ocurrente! Le habrán pasado seguramente la idea y la frase (aunque, por lo demás, la época del blanco y el negro tiene más caras que la señalada por la vicepresidenta y dirigente del partido corrupto).

Sea como fuere, la paradoja es inadmisible: «reflexiona» un militar en términos de extrema derecha pro-golpista y no pasa nada; un fiscal habla sobre pueblos y decisiones y se le abre un expediente (con expulsión incorporada). Pinta mal la cosa, muy mal. Que en estas condiciones, tras el fallecimiento del presidente Chávez y lanzándose corvinamente sobre su cadáver, algunos tertulianos hinchen el pecho hablando de democracia real produce risa cuando no llanto y rabia.

Hasta aquí, pues, de acuerdo. Hay una paja, una viga enorme en el ojo del gobierno central y en el de las instituciones del Estado, lo que aquí suelen llamar «Madrid» o «España». Pero, ¿sólo allí, sólo en esas instituciones? ¿Aquí no hay nada de eso? ¿No hay aquí, entre las instituciones catalanas, ninguna paradoja equiparable? ¡Hay cientos! Un ejemplo sangrante, entre mil posibles.

Nuevos datos, que no son verdaderamente nuevos, revelan un fuerte incremento del tiempo de espera para intervenciones quirúrgicas en Catalunya. El tiempo de espera para las principales intervenciones quirúrgicas se ha aumentado un 35% en 2012. El departamento de Salud, mira por donde, dice que la incoherencia detectada por la Plataforma de Afectados por los Recortes Sanitarios (PARS) se debe a un cambio del criterio estadístico [2]. ¡De criterio estadístico! Y a otra cosa, que se hace tarde y lo que se impone en la consulta. Pero no es eso, no es eso.

La PARS ha revelado recientemente unas incoherencias que aparecían en los datos del departamento de Salud sobre el tiempo de espera para operaciones quirúrgicas. Finalmente, desde la mismísima conselleria, han publicado nuevos datos que revelan una realidad aún peor. De las nuevas-viejas cifras se desprende que, en 2012, «los pacientes debían esperar 6,2 meses de promedio antes de ser operados en los hospitales públicos de Catalunya, un 35% más que en el año 2011 y un 51% más que en 2010». De este modo, en la mayoría de intervenciones, la Generalitat incumple la normativa que garantiza un máximo de 6 meses de espera para ciertas operaciones. Es el caso de «cataratas, varices, artroscopias, amigdalectomías, prótesis de rodilla o cadera y juanetes». El empeoramiento del servicio público ha sido particularmente notable para intervenciones de varices (+52% de espera en un año) y prótesis de cadera (+45%). Son las consecuencias de los hachazos sociales.

Eso sí, el departamento de don Boi Ruiz-la-salud-no-es-un-derecho mantiene las cifras publicadas al principio de febrero de 2013, «que indicaban una disminución del tiempo promedio de espera de 5,48 meses en 2011 a 4,61 meses en 2012». Se basaban en un criterio que no se usaba hasta ahora. La realidad es peor, mucho peor. Cambiamos la forma de medirla y ya está: la realidad es mejor, mucho mejor.

Según fuentes de Salut, las cifras publicadas en febrero se referían el tiempo que llevaban los pacientes en espera en un momento dado (en este caso, diciembre del 2012), es decir, el tiempo medio de espera de las personas que no habían sido operadas todavía. En cambio, el criterio antiguo se basaba en el tiempo total que habían aguardado las personas antes de ser operadas, y de ahí, señala la PARS, la sorprendente rebaja de las esperas que anunció el conseller en febrero. Estas mismas fuentes han declarado que «los dos criterios seguirán utilizándose durante un tiempo pero no descartan que el nuevo, el que solo cuenta el tiempo de espera en un momento concreto (no el total), se imponga en el futuro».

La PARS ha promovido una campaña de denuncia de estos hechos a través de las redes sociales («el hashtag #LesLlistesDeBoi ha llegado a ser trending topic en Twitter en España»).

¿También este vértice «paradójico» será denunciado y disuelto por el president Mas? ¿Seguirá otorgando su confianza al fanático neoliberal, de la patronal privada, que dirige el departamento de Salut? ¿No son estas pajas y vigas propias en nuestro propio ojo? ¿O es que estas son características intrínsecas de la «Catalunya del futur» que hegemoniza su partido y organizaciones afines? ¿Sólo la política «española» rebosa de paradojas y contradicciones? ¿De verdad o es un cuento estúpido y pueril?

PS. Desde varias plataformas de afectados por los recortes, se han formulado varias preguntas al director general de la conselleria de salud. «En total hay 9 medidas de las que no sabemos nada. Sr. Padrosa, ¿dónde están los datos sobre las listas de espera que están obligados a publicar y que están ocultando a la ciudadanía? ¿Por qué ocultan información retirando de la página web de la Generalitat el histórico de las listas de espera, dejando únicamente las de diciembre de 2012?» Añaden además: «El Sr. Padrosa en su entrevista sigue insistiendo en que el número de pacientes en lista de espera ha disminuido en el año 2012. Puede ser cierto, no lo dudamos (bueno, un poquito), pero que no nos engañen, el número de pacientes en lista de espera no es un dato relevante. La cifra que realmente importa es el tiempo que esperamos hasta que nos operan, haya mucha o poca gente esperando, y de hecho es el único que tiene un límite garantizado por la legislación (debe ser menor a 6 meses). No tendremos problemas si las listas de espera tienen mucha gente pero nos operan en menos de 6 meses. En el caso contrario, si hay poca gente en las listas de espera pero tardan mucho o muchísimo (más allá de 6 meses), seguiremos denunciándolo. Actualmente hay muchísimos pacientes en lista de espera y además están esperando muy por encima de lo que marca la normativa. El fraude asistencial está encima de la mesa» [la cursiva es mía].

Notas:

[1] El País, 5 de febrero de 2013, p. 13

[2] Tomo pie en artículos de Benoît Cros y en https://afectadasporlosrecortessanitarios.wordpress.com/2013/03/06/la-generalitat-reconoce-el-aumento-del-51-en-el-tiempo-de-espera/

Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; director Jordi Mir Garcia)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.