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Preocupación de la Comisión Independiente por los Derechos Humanos de Afganistán por la situación de los derechos de los niños

Fuentes: Kabul Press

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Afganistán firmó y ratificó la Convención Internacional de los Derechos del Niño en 1994. Sin embargo, a pesar de haber ratificado esa Convención y algunos tratados internacionales más, el estado afgano y las organizaciones de protección de los derechos humanos tienen todavía mucho camino delante por recorrer porque una gran parte de los niños afganos no puede acceder a sus derechos. La falta de atención a los derechos del niño por parte de la sociedad, la debilidad y carencia de mecanismos para proteger sus derechos, la inestabilidad política, la falta de seguridad y, finalmente, las desagradables costumbres y tradiciones prevalentes en la sociedad, que imposibilitan que los niños puedan acceder a sus derechos, son los elementos que componen un sombrío panorama.

Durante los primeros cinco meses de 2010, la Comisión entrevistó a 2.804 niños en 68 distritos del país. A partir de los resultados, se vio que sólo el 78,9% de los niños entrevistados asistía al colegio, que aproximadamente el 12,5% no había asistido nunca y que otro 8,7% había dejado de ir al colegio. Por otra parte, alrededor del 20% de los niños no acuden al colegio con regularidad; las razones más sobresalientes de esa irregularidad son: carencia de libros y de instalaciones (4,7%), carencia de profesores (4,2%) y escuelas en malas condiciones (3%). Además, el 14% de los niños sufre problemas linguales o dialectales dentro del ambiente del aula.

En cuanto a los servicios médicos, los niños se enfrentan a numerosos problemas y uno de cada cuatro niños muere antes de cumplir los cinco años. Además, de promedio, cada treinta minutos muere una madre a causa de un conjunto de problemas que tienen que ver con el parto. Los resultados de la Comisión indican que la mayoría de los niños (93%) puede tener acceso a servicios médicos, pero impedimentos tales como el alto coste de los medicamentos (11,9%), la larga distancia hasta los centros sanitarios (45,6%), la ausencia de equipos sanitarios femeninos (1,5%), la baja calidad de los equipamientos y servicios médicos (11,1%) y, finalmente, la carencia de medicinas (6,3%), dificultan en grado extremo tal acceso.

Los niños entrevistados por la Comisión se ocupan de tareas y trabajos diversos. Alrededor del 56,9% ayudan en las tareas del hogar; el 13% cuida de los animales domésticos o son pastores; el 9,3% trabaja en granjas; el 2,1 en fábricas y el resto se dedica a comprar cosas, recoger metales y rebuscar en la basura, trabajar en la construcción, tejer alfombras, etc. Alrededor del 8% trabaja para otros debido a sus deudas o a las deudas de sus padres.

De los 177 ejemplos de violación de los derechos humanos registrados por la Comisión durante los primeros seis meses del año, el 10% (18 casos) tienen que ver con matrimonios tempranos. La mayor parte de esos matrimonios han ido acompañados de violencia, y en más del 5% de los casos se da una disparidad en la edad de la pareja de alrededor de 30 o más años. 129 de los 2.804 niños entrevistados afirmaron que les habían obligado a casarse muy jóvenes. El 36,4% de esos matrimonios se habían producido para solventar problemas económicos, el llamado matrimonio Badal (matrimonios de trueque); el coste de casarse por esta modalidad es escaso.

Entre esos 177 ejemplos citados de violaciones de los derechos humanos de los niños, el porcentaje más alto (27,7%, 49 de los casos) se referían a abusos sexuales o violación. Esta cifra, comparada con la del año anterior (32 casos), muestra un incremento, y el resto de ellos (23 casos, el 13%) se corresponden con violencia física o psicológica; el 10,2% son matrimonios tempranos, y 11 casos, el 6,2%, tienen que ver con torturas o palizas de la policía en el momento de su captura o durante la detención.

Los resultados de la Comisión reflejan un incremento del porcentaje de víctimas civiles; de enero a julio de 2010, 1.325 civiles, incluidos 217 niños (el 16,37%), perdieron la vida en las operaciones militares dirigida por fuerzas a favor o en contra del gobierno. La cifra, comparada con la del año anterior, muestra un incremento del 5,5%.

Recomendaciones:

  • La Comisión Independiente por los Derechos Humanos de Afganistán pide a todas las facciones en guerra que no ataquen áreas civiles ni centros de servicios públicos, especialmente los centros educativos y sanitarios, durante sus operaciones armadas y que no utilicen esos centros para establecer objetivos militares.
  • La Comisión pide al gobierno que apoye los mecanismos de protección del niño y se esfuerce por avanzar en el desarrollo de los mismos para conseguir que se apliquen seriamente.
  • La Comisión pide al gobierno afgano que allane el camino para que los adultos puedan disponer de oportunidades de empleo en el país y pueda así reducirse el número de niños trabajadores. En cuanto al desarrollo de medidas legislativas laborales -especialmente en relación con los niños-, el gobierno debería hacer cuanto fuera necesario para su implantación. Además, para ofrecer servicios educativos y sanitarios de calidad, también debería poner en marcha los procesos pertinentes.
  • La Comisión pide al estado afgano, a los organismos de la sociedad civil y a la comunidad internacional que atiendan debidamente y aumenten la sensibilización ante los derechos humanos por todo el país, especialmente en lo que se refiere a los derechos humanos de los niños. Además, se pide al gobierno afgano que persiga y enjuicie debidamente a quienes violan los derechos de los niños, incluidos los autores de abusos y ataques sexuales.

Fuente:

http://kabulpress.org/my/spip.php?article41166