Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Es probable que las políticas estadounidenses con Donald Trump en la Casa Blanca sean perjudiciales para África. El objetivo de las naciones del continente debería ser diversificar su producción al margen de la exportación de materias primas, fomentar las pequeñas y medias empresas nacionales, e intensificar el comercio en el interior de África. También deberían diversificar sus socios comerciales globales.
Es probable que la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos haga que la mayor potencia económica del mundo mire más hacia el interior, se vuelva más proteccionista y actúe de forma más unilateral en los asuntos globales.
El mundo se podría volver más peligroso si Trump implementa algunas de las propuestas políticas que hizo durante la campaña electoral.
A principios de este año la Economist Intelligence Unit (EIU) clasificó una futura presidencia de Trump como uno de los diez principales riesgos globales, advirtió que podía trastocar la economía mundial y aumentar las tensiones políticas y de seguridad. Según la EIU, una presidencia de Trump tenía el mismo nivel de riesgo que «la desestabilización de la economía global debido al aumento de la amenaza del terrorismo yihadista».
El predecesor de Trump, Barack Obama, ha mantenido una estrategia global de situar a Estados Unidos a la cabeza de un orden mundial basado en el dominio, el fomento de la democracia liberal al estilo estadounidense, el libre mercado globalizado y un multilateralismo basado en las Naciones Unidas, una estrategia que los países en desarrollo han criticado por favorecer a Estados Unidos y a los países industrializados en detrimento de los países en desarrollo.
Es muy probable que Trump desbarate el legado de Obama.
Trump ha amenazado con restringir el comercio, en especial con China, con quien Estados Unidos tiene un déficit comercial. Si, en efecto, Estados Unidos bajo la presidencia de Trump restringe el comercio, eso minará la economía global y ralentizará el crecimiento. El economista estadounidense Paul Krugman ya ha advertido que la presidencia de Trump puede provocar una recesión mundial. Una recesión económica global minará el crecimiento de las economías africanas, que son extremadamente dependientes del crecimiento de la economía global, el cual, a su vez, aumenta la posibilidad de que los países industrializados y en desarrollo compren recursos africanos.
Trump ha prometido introducir un arancel «defensivo» del 45 % a las importaciones chinas, interponer demandas judiciales contra el dragón chino ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) y acusar a China de manipular divisas.
Si Trump toma represalias contra China, eso no solo minará el crecimiento de la economía china, sino el crecimiento de otros países, especialmente africanos y los mercados emergentes. El año pasado ya hubo una ralentización de las economías africanas, especialmente de las exportadoras de materias primas, debido a una ralentización de la economía china, que ha sido el principal comprador de materias primas africanas. Una ralentización aún mayor de la economía china, provocada en esta ocasión por las políticas de Trump, hará que disminuya la compra de materias primas por parte de China lo que, a su vez, puede tener un fuerte impacto en las economías africanas.
Si Trump implementa lo que prometió durante la campaña electoral podría provocar una guerra comercial y de divisas entre Estados Unidos y otros países. En 2010 el ministro de Finanzas brasileño Guido Mantega advirtió que algunos países, en particular Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y Japón, manipulaban el valor de sus divisas para mejorar la competitividad de sus exportaciones.
En el pasado el ex gobernador del Banco de la Reserva de India Raghuram Rajan había advertido con toda razón que la política de la Reserva Federal estadounidense estaba provocando excedentes en los mercados emergentes, con oscilaciones en el flujo de capitales, volatilidad y desestabilización de los mercados financieros. Por ejemplo, la política estadounidense de flexibilización cuantitativa ha mantenido fuerte el valor del dólar en comparación con monedas emergentes como el rand sudafricano, el real brasileño y la lira turca .
Es probable que una guerra de divisas entre China y Estados Unidos provoque una recesión global, lo que de nuevo es perjudicial para África.
El periódico Global Times , controlado por Partido Comunista que gobierna en China, advertía la semana pasada que sería una «ingenuidad» por parte de Trump emprender una guerra comercial contra China. «Si Trump acaba con el comercio entre China y Estados Unidos se verán afectadas una serie de industrias estadounidenses», afirmaba este periódico en un editorial. El Global Times advertía también que cualquier nueva tarifa severa bajo una presidencia de Trump provocaría «medidas de respuesta» por parte de Beijing.
China es el principal poseedor de bonos del Tesoro de Estados Unidos y, por lo tanto, el principal poseedor de deuda estadounidense. Aunque es poco probable que China se deshaga drásticamente de su deuda estadounidense más allá de su venta regular y controlada de deuda estadounidense en los últimos años para apoyar su moneda, el yuan, esta podría ser una de las «medidas de respuesta» previstas Beijing.
Trump ha sugerido que iba a adoptar una política comercial de «Estados Unidos primero» y renegociar todos los acuerdos comerciales con otros países. Ha amenazado con retirarse del Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), propiciado por su antecesor, lo que implicaría un nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos y once países de Asia, América del Sur y el sur del Pacífico, excluyendo China.
Estados Unidos forjó el TPP para contrarrestar el cada vez mayor poder económico de China. Durante la campaña electoral Trump afirmó que quitaba empleo a Estados Unidos. El TPP todavía tiene que ser ratificado por el Congreso [estadounidense].
Trump también insistió en abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) que entró en vigor en 1994 y fue firmado por Estados Unidos, Canadá y México. Trump afirma que el NAFTA externaliza a México el empleo estadounidense.
[La política comercial de Trump] significa que también se podría revisar la actual Ley de Crecimiento y Oportunidades para África (AGOA, por sus siglas en inglés), que incluye a 38 países africanos que comercia con Estados Unidos y permite que algunos productos africanos entren en Estados Unidos libres de impuestos.
Trump ha sido muy crítico con la ayuda al desarrollo a los países en desarrollo. George W. Bush introdujo el Programa SIDA, el Plan de Emergencia para Luchar contra al Sida (PEPFAR por sus siglas en inglés), que ha destinado una considerable cantidad de dinero a la sanidad africana.
Estados Unidos prometió aportar 13.200 millones de dólares, o el 32,5 % de los 40.000 millones de dólares de donantes prometidos para financiar los programas de 2016 del Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria. Puede que la presidencia de Trump revise estos programas y las promesas de los donantes.
También es probable que Trump tenga menos interés en apoyar a la sociedad civil africana, lo que podría debilitar los intentos de la sociedad civil de fortalecer la democracia africana. Si Trump continúa vilipendiando a los musulmanes, fortalecerá a los fundamentalistas musulmanes en África y aumentarán las actividades terroristas.
La EIU advierte que las «tendencias militaristas de Trump hacia Oriente Medio (y la prohibición de que las personas musulmanas viaje a Estados Unidos) sería una potente herramienta de reclutamiento para grupos jihadistas, lo que aumentaría su amenaza», tanto en Oriente Medio como en África.
Trump ha prometido implementar unas estrictas leyes de inmigración, lo que hará más difícil para las personas africanas entrar en Estados Unidos, tanto para estudiar como para buscar refugio de gobiernos autócratas africanos.
África contribuye con un 3,8 % a las emisiones de gas de efecto invernadero del globo, aunque es la principal perjudicada por el cambio climático provocado por el consumo de los países industrializados. El Secretario General de la ONU Ban Ki-Moon afirma que 36 de los 50 países más afectados por el calentamiento global son africanos.
Oxfam afirma que en África este año otros 40 millones de personas sufren hambre debido al cambio climático y al fenómeno de El Niño. Estados Unidos es uno de los mayores emisores de gas de efecto invernadero del mundo.
Trump ha negado que el cambio climático sea un problema amenazador. Se teme que Trump retire a Estados Unidos del Acuerdo Global sobre el Clima, lo que perjudicaría a sus objetivos.
En 2015 las naciones firmaron conjuntamente el Acuerdo de París, que establece un objetivo de limitar el calentamiento global medio a dos grados centígrados reduciendo los gases de efecto invernadero que calientan el planeta y que están provocados por la quema de petróleo, carbón y gas.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente calcula que solo la financiación para que los países en desarrollo adapten sus economías para hacer frente al cambio climático costará entre 280.000 y 500.000 millones de dólares al año para 2050. La adaptación al cambio climático incluye cuestiones como el desplazamiento de los agricultores de las zonas secas a lugares donde haya agua, la sustitución de los cultivos actuales por otros resistentes a la sequía y la construcción de muros para proteger de las inundaciones provocadas por la subida de las mareas a las ciudades situadas en zonas bajas.
El presidente Obama presentó una serie de proyectos para aliviar el impacto en África del cambio climático provocado por los países industriales. El mayor de estos proyectos es el proyecto Power Africa dotado con 7.000 millones de dólares y que proporcionará electricidad procedente de energías renovables a seis países africanos. Actualmente se encuentra en entredicho el apoyo a la sostenibilidad de estas iniciativas contra el cambio climático.
Un informe del Centro para la Ciencia y Política de la Universidad de Cambridge publicado el año pasado y escrito por David King, Daniel Schrag, Zhou Dadi, Qi Ye y Arunabha Ghosh señaló las devastadoras consecuencias del cambio climático y advirtió que llevará al colapso de muchos Estados y con ello al aumento del terrorismo, a una escasez mundial de alimentos y una emigración masiva.
¿Qué deberían hacer los países africanos? Puede ser que una vez en el poder Trump se tranquilice y se vuelva más pragmático a la hora de tratar con el mundo.
No obstante, los países africanos tendrán que diversificar sus productos al margen de la exportación de materias primas y producir bienes manufacturados derivados de éstos y, al mismo tiempo, fomentar pequeñas y medianas empresas nacionales que puedan producir lo que necesitan los africanos .
Los africanos tendrán que comerciar más con los demás, los países africanos también tendrán que diversificar sus socios comerciales globales. Tendrán que gobernar mejor su política, su economía y su sociedad para que tanto las potencias industriales como las emergentes tomen en serio sus economías.
William Gumede es el presidente de Democracy Works Foundation. Es autor de Restless Nation: Making Sense of Troubled Times (Tafelberg). Una versión más breve de este artículo se publicó en primer lugar en The African Independent, de Johannesburgo.
Fuente: http://www.pambazuka.org/economics/trump-what-are-consequences-african-economies
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a los autores, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.