Traducido para Rebelión por J. Zafra
Sudáfrica acaba de tender puentes político-económicos con el némesis de EEUU en Latinoamérica, Venezuela, mediante la firma de contratos bilaterales para el comercio y exploración de petróleo. La política mantenida por Sudáfrica siempre es la de que tus enemigos no son obligatoriamente mis enemigos.
El ahora ex-presidente Nelson Mandela dejó absolutamente claro que la política exterior Sudafricana no sería dictada por Washington cuando él defendiera sus relaciones con Libia, al visitar la nación Árabe en 1997: «Aquellos que se oponen a mi visita no tienen ética alguna y yo no me uniré a ellos porque ética tengo yo. Gaddafi es amigo mío.. Él nos ayudó cuando nosotros estábamos aislados. Y aquellos que se están oponiendo a nuestra visita aquí estaban ayudando a nuestros enemigos en ese entonces». En ese entonces era la administración Clinton la que disparaba sus críticas contra Sudáfrica.
Cuando el presidente Clinton estaba de visita oficial a Sudáfrica -1998 el año, el en ese momento presidente Mandela le recordó a sus críticos que «nuestra ética política nos ordenaba nunca abandonar a quienes nos apoyaron durante nuestra más terrible hora continental. No nos apoyaron tan sólo con retórica: nos dieron también los recursos para conducir la lucha y ganarla. Y a los Sudafricanos ahora latigándonos por ser leales a nuestros amigos, yo les digo, en serio vayan y tírense de cabeza a la pisicina.» Esta vez, él no sólo defendía las relaciones históricas de Sudáfrica con Libia sino también con Cuba.
Los EEUU han perfeccionado el arte del embuste cuando se trata de líderes bien dispuestos a desafiar y socavar su hegemonía. En Venezuela hay uno de esos casos. No soprende pues la campaña incesante en contra de Hugo Chávez desde su llegada al poder, enmarcándolo como dictador primero y ahora tal vez como delincuente. Los EEUU quieren quebrar al democráticamente elegido gobierno de la potencia petrolera Latinoamericana. «En Venezuela, un demagogo copado con dinero del petróleo amenaza la democracia y busca desestabilizar la región,» se lee en un comunicado expedido por la Casa Blanca.
El libro de Eva Golinger «Bush versus Chávez», ofrece datos sobre cómo los EEUU han venido financiado ciertos grupos con el expreso propósito de respaldar acciones contra-revolucionarias en Venezuela. Washington sigue tratando de descargar innúmeras sanciones, justificadas con evidencia falsa para así causar tensiones económicas en el país Suramericano y subvertir sus revolución social -la revolución Bolivariana. Esta es un movimiento de masas modelado sobre los ideales de Simón Bolívar (1830-1783), pionero líder independentista de Venezuela y el entero sub-continente.
En 2002 los EEUU apoyaron un golpe de estado contra el gobierno Chávez con la esperanza de dejar al títere denominado Pedro Carmona como presidente. George W Bush y sus amigazos dijeron no saber nada aunque los complotadores del golpe -Carmona incluido, habían sido recibidos meses antes al ataque de abril del 2002 en la Casa Blanca por el funcionario Otto Reich.
El golpe cobarde fue dramáticamente revertido dentro de 48 horas. Una serie de levantamientos pro-Chávez a través de Caracas llevó a soldados Venezolanos leales para con su verdadero presidente a realizar un contra-golpe en últimas exitoso. Chávez continuamente venía haciendo denuncias de los intereses homicidas de Washington en su contra -denuncias que Washington por supuesto refutó. Sin embargo, un reverendo (Pat Robertson) aliado del poder, fue textual en misa : «Si él [Chávez] cree que estamos tratando de matarlo, bueno, pues tenemos que hacerlo. Es bastante más barato que cualquier guerra….»
Hugo Chávez había ofrecido previamente petróleo barato para la gente de EEUU, pero Bush le dijo a Chávez que se metiera su barato petróleo por la tubería a pesar de la confirmación del departamento de Energía norteamericano de que Venezuela tiene más de ese líquido que su suministrador favorito, Arabia Saudita.
Venezuela tiene con qué presionar económicamente a los EEUU. Esto suena raro pero resulta bastante verdadero. Washington necesita tanto de los peto-dólares Sauditas como del suministro potencialmente mayor de petróleo Venezolano. Todo, mientras Chávez viene eligiendo destinos Latinoamericanos para los petro-dólares propios, lo cual le garantiza a Venezuela una progresivamente mayor influencia sobre la región. Los Latinoamericanos cada vez rodean más a Chávez y cada vez se fastidian más con Washington.
El abierto desprecio de Washington hacia Chávez además de sus puercas intentonas de tumbar al democraticamente electo líder contradice los ideales políticos que EEUU dice proteger en el mundo completo. Es una demostración de hipocresía del más alto nivel.
Mientra Hugo Chávez es vilificado por el poder imperial, las economías en ascenso reconocen la necesidad de más estrecha colaboración para así curarse del azote de la miseria que corroe su democracia. La política exterior de EEUU es manejada por intereses creados y busca abarcar su dominio imperial a costa de los otros países. El mundo desarrollándose podrá zafarse del sometimiento preferido por las instituciones Estadounidenses de Bretton Wood, el FMI y el Banco Mundial, cuando aquel sepa trazar su propia carta de navegación a futuro.
Es imperativo que las economías desarrollándose empiezen a desafiar abiertamente al sistema mundial que las ha dañado durante décadas produciendo resultados devastadores, y que sepan usar sus propios recursos para atender las necesidades sociales de las masas empobrecidas.
África afronta los más grandes retos en asuntos concernientes a la democracia, tan conspicuamente ausente en grandes zonas del continente y en todo sentido responsable de los profundos niveles de pobreza y subdesarrollo. Existe una movida regional hacia la unidad de África para así fomentar más cercana cooperación entre economías ahora mismo fragmentarias. La CDSA (Comunidad para el Desarrollo del Sur de África, por sus siglas en español) se ha pronunciado a sí misma como Zona de Libre Comercio. El reto confrontado por estos países en desarrollo es la mejora de su respectivas macroeconomías y del acercamiento de unos a otros.
Es vital para África reconocer que naciones exitosas son levantadas sobre las bases de propósitos comunes. Hagamos una verdad del dicho Latino: «Ex Africa semper aliquid novi!» -¡Algo nuevo siempre sale de África! El alba de la temporada de esperanza está demorada por culpa nuestra y aún más por los poderes imperiales.
Enlace a artículo original en inglés:
http://www.thoughtleader.co.za/sentletsediakanyo/2008/09/05/reasons-for-doing-business-with-hugo-chavez-and-not-the-us/